Crear cine en comunidad es uno de los propósitos de Grupo México, que a través de su modelo de desarrollo comunitario, Casa Grande, instalado en 16 comunidades de 11 Estados de México, ofrece más de 35 talleres de diversas ramas siendo el séptimo arte uno de los acercamientos más recientes y creativos que ha tenido con el sector infantil.De la mano de la productora La Matatena, Asociación de Cine para Niños y Niñas A.C. ambas instituciones recién crearon “Nita la minita”, cortometraje realizado por niños de la comunidad de Nacozari, quienes reflejan y dan sus perspectiva sobre las condiciones de la minas de su entorno.El cortometraje brinda un testimonio y refleja el sentir de la comunidad de niñas y niños de dicha comunidad sonorense. La narración parte de la cuestión ¿qué pasaría si tomáramos a todos en cuenta?, desde a cada persona hasta el más pequeño insecto, pasando por las plantas e incluso a los objetos inanimados que nos rodean, como las piedras. Ésa es la pregunta que los pequeños se hacen durante el filme, tratando de llegar a la respuesta para lograr la armonía entre las necesidades del ser humano y la naturaleza.El vocero de la productora Casa Grande, Carlos Lozada, detalla en entrevista: “Queremos que las propias comunidades nos cuenten sus historias, hacerlo de manera profunda y real, generar una escuela. Nos encontramos con La Matatena que lleva más de 20 años impartiendo talleres de realización y animación cinematográfica para niños, así empezamos a enseñar cine a los niños de Nacozari y el producto es ‘Mina La Minita’”.Por su parte, Lizeth Cotera, directora de La Matatena, señala el éxito que su intervención ha tenido en estos talleres partiendo de su experiencia para ofrecer un panorama sobre el quehacer cinematográfico.“Es fundamental que los niños no solo sean espectadores pasivos, queremos que puedan transitar y ser realizadores de sus propios mensajes.Tuvimos la oportunidad durante dos semanas de poder estar cerca de los niños de Nacozari, saber lo que piensan, qué sucede, cómo ellos nos expresan su entorno. El resultado plástico y creativo de la historia que ellos trasmiten,es algo muy entrañable”, detalla Lizeth Cotera, al resaltar los elementos propios de la región que se utilizaron en la realización del corto como la piedra mineralizada, y personajes hechos en plastilina por los mismos niños.
