Noche de análisis, anécdotas y perspectivas sobre el legado arquitectónico de Luis Barragán fue la que se vivió en el Foro Arquitectura (ForA), donde ayer jueves presentaron la antología “Barragán x Palomar”, del arquitecto y autor Juan Palomar, quien encabezó esta tertulia para ahondar en las motivaciones que lo animaron a explorar la obra y trayectoria de quien fue el jalisciense ganador, en 1980, del prestigiado Premio Pritzker.La arquitecta Sarah Obregón, el doctor Honoris Causa por el Sistema Universitario Jesuita Alfonso Alfaro y el arquitecto Salvador Macías resaltaron la peculiar y atinada visión que Juan Palomar ha tenido no solo en sus proyectos, como la Biblioteca José Vasconcelos, sino también en su labor académica y su voz crítica, pero también ciudadana, en las columnas de opinión y análisis que ha consagrado en medios como EL INFORMADOR con “Diario de un espectador” y “La ciudad y los días”, en las que siempre está el legado de Barragán y reflexiones sobre su siempre eterna Guadalajara.El arquitecto Diego Orduño, quien editó y escribió el prólogo para “Barragán x Palomar”, coeditado por Impronta Casa Editora y Artlecta, recordó el impacto que Juan Palomar ha dejado en múltiples generaciones de estudiantes, como él, por lo que hace un par de años no dudó en proponerle recopilar todas sus aventuras narrativas, crónicas, ensayos, análisis y cientos de anécdotas sobre su gran pasión por la arquitectura y desde luego la gran influencia de Luis Barragán.“La lectura que Juan ha construido sobre Barragán es muy particular, y fiel a la estructura de su pensamiento, ha sido realizada con absolutas libertades poéticas, que es lo que la hace genial (...) sin todo esto y sin la energía combativa con la que Juan ha asumido la tarea de divulgarlo, creo que también Barragán hoy sería otro”, indicó Diego Orduño. Juan Palomar relató las infinitas ocasiones en que Luis Barragán ha figurado en sus estudios y apreciaciones, resaltando la oportunidad que tuvo desde su infancia de conocer en persona al arquitecto y años después de poder trabajar en emblemáticas obras, icónicas de Guadalajara, como Casa Cristo o el Parque Revolución, por ejemplo.“Era un gran señor, un hombre discreto, mesurado, salvo de sus pasiones”, destacó Juan Palomar sobre Luis Barragán, y cómo esta admiración y respeto ahora se aprecia en cada página de “Barragán x Palomar”, al considerar que más que un libro con espíritu arquitectónico, es la “posibilidad de transmitir un poco del mundo de Luis Barragán, un mundo en el que se articula todo un universo estético, que replica sobre todas las cosas la posibilidad de la belleza, del aire de los nuevos tiempos, de un clima intelectual y sensible, donde las propias circunstancias encontraron ecos y correspondencias”, agregó. CT
