Lunes, 20 de Mayo 2024

Alfred Alvarez y su huella imborrable 

El teórico de la literatura, el póker y el suicidio murió a la edad de 90 años

Por: El Informador

Alfred Alvarez tuvo una vida llena de talento y obras emblemáticas, pero también con tintes de polémica. AP

Alfred Alvarez tuvo una vida llena de talento y obras emblemáticas, pero también con tintes de polémica. AP

Alfred Alvarez, el crítico y autor que ayudó a conformar la poesía moderna en su natal Inglaterra, quien exploró de todo de la extracción de petróleo al póker y escribió una popular historia sobre el suicidio tras su propio intento por quitarse la vida y la muerte de su amiga Sylvia Plath, ha muerto. Tenía 90 años.

Alvarez falleció de neumonía en Londres, de acuerdo con sus representantes literarios en Aitken Alexander Associates.

Firmaba sus obras como A. Alvarez o Al Alvarez, y tuvo una larga, productiva y controversial carrera. Comenzó como un crítico altamente influyente y como editor de poesía de Observer, fue uno de los primeros en impulsar a Plath, su entonces esposo Ted Hughes, John Berryman y otros que consideraba que inyectarían vida a la poesía contemporánea. Después escribió novelas y poemas, además de libros de no ficción “Más allá del fraude” del mundo literario, ya fuera escalada de rocas (“Feeding the Rat”), natación (“Pondlife”), la búsqueda de petróleo en el Mar del Norte (“Offshore”) o el póker (“The Biggest Game In Town”).

“La gente solía preguntarme de muchas maneras qué hacía un tipo literario que sabía de poesía metido en asuntos como ese”, escribió en las memorias “Where Did It All Go Right?” publicadas en 1999. “Lo hice porque me di cuenta pronto que tenía sólo una oportunidad en el planeta, así que tenía que ver por mí mismo lo que había en oferta”.

El martes amigos y admiradores recordaron el gran legado de Alvarez, algunos destacaron a “The Biggest Game of Town” por ayudar a popularizar la Serie Mundial de Póker que cubrió en 1981. El autor y admirador del póker Jim McManus escribió en un página de Facebook que el libro de Alvarez “inspiró a muchos miles de amateurs a jugar en ese torneo y a varios periodistas”.

La obra revelación de Alvarez, publicada en 1971, fue la más dolorosamente personal. En “The Savage God: A Study of Suicide” (“El Dios Salvaje: ensayo sobre el suicidio”) repasó la historia de cómo la sociedad ha visto el suicidio, desde los siglos en los que fue tratado como un tabú religioso a la glorificación por los románticos del siglo XIX y al absurdo y la desesperación de los tiempos modernos.

Alvarez se casó con Anne Adams en 1966 y tuvo dos hijos con ella. Previamente tuvo un hijo con Barr, quien era nieta de Frieda Lawrence, viuda de D.H. Lawrence, un linaje que según Alvarez lo llevó a proponerle matrimonio. Alvarez escribió brevemente sobre su primera esposa en “The Savage God” y con más profundidad en “Life After Marriage” de 1982 que Barr denunció en London Review of Books como ficción, mientras que agregó: “es una lástima que no tenga el buen gusto ni el talento para presentarlo como tal”.

Nació en Londres, y cuando era joven se sentía atraído por las aventuras y la contemplación, aunque al principio ganó la contemplación. En el Corpus Christi College de Oxford absorbió tanta teoría literaria que fundó un grupo de discusión llamado Critical Society. Se convirtió en crítico de poesía y editor de Observer en 1956, pero una década más tarde estaba aburrido de analizar las creaciones de otros. Su epifanía llegó al leer “Bleak House” que lo atrapó tanto que no se molestó en analizarlo.

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