India para principiantes
Dueña de una cultura milenaria, destinos mágicos y una cocina de fama mundial, la nación asiática será la invitada de honor para la edición 2019de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara
1. Nación de letras
La tradición literaria de la India es antiquísima. De aquí proviene Rudyard Kipling (1865-1936) y Salman Rushdie, autores que le han dado brillo al mundo de las letras en el siglo XX. Recientemente comienzan a destacar nombres como los de Hari Kunzru y Jhumpa Lahiri.
2. La importancia del Río Ganges
Nace en el Himalaya y desemboca en el Golfo de Bengala. En sus orillas se han construido templos de enorme importancia y por encima de todo, es sagrados. En la ciudad de Benarés se celebran ritos de enorme antigüedad y en Varanasi los hindúes queman a sus fallecidos y después tiran las cenizas o lo que quede al río. Está de más decir que es uno de los más contaminados del mundo.
3. Los sabores de un país inmenso
Si alguna vez has probado su cocina, sabrás el papel central que juegan las especias. El chile, la semilla de mostaza negra, el comino y el curry son parte integral de sus sabores. En Guadalajara puedes probarla en el restaurante Goa, que se encuentra en la calle López Cotilla 1520.
4. Las vacas son sagradas
En la India es un animal venerado desde la antigüedad, por lo que está prohibido comer su carne. Algunos textos mitológicos hindúes representan a la madre tierra como este animal. Tienen una fiesta anual, llamada Gopastami, en el que se les baña y decora.
5. El entretenimiento necesario
La tradición del yoga ha sido parte de la cultura de este país durante miles de años, como también lo es el ajedrez, el álgebra y la trinogometría. Pero lo que les apasiona realmente a los hindúes es ¡el críquet! Fue llevado por los ingleses a este país y sigue siendo la máxima pasión de sus habitantes.
6. Taj Mahal, la máxima atracción turística
El gigantesco edificio es una de las joyas arquitectónicas a nivel mundial y la atracción más visitada en esa nación. Todos los días hay largas filas para visitar esta gran obra de amor y dolor. Y es que se levantó para servir como mauselo de Mumtaz Mahal, esposa del emperador mogol Shah Jahan, quien murió al dar a luz al décimo cuarto hijo de la pareja.