Mujeres buscadoras, defensoras de derechos humanos
Después del décimo informe periódico de México ante el Comité de Expertas de la CEDAW (Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres) de la ONU, dicho Comité emitió sus observaciones al Estado Mexicano, mismas que nos reconfirman la absoluta lentitud y negligencia con la que México actúa respecto a la protección y garantía de los derechos humanos de las niñas y mujeres mexicanas. Importante también, es reiterar, que, para la elaboración de su respuesta, la CEDAW consideró tomar en cuenta los llamados informes sombra que presentan las organizaciones de la sociedad civil.
La CEDAW realizó una acción sin precedente a partir de la realidad de la grave crisis de desapariciones en México. Reconoció, a nivel internacional y dentro de todo su andamiaje jurídico, a las mujeres buscadoras como defensoras de derechos humanos. Una acción que permite dotarles de protección y reconocimiento internacional.
A partir de ello, es que el Comité de Expertas, hizo un enérgico llamado al Estado Mexicano, a que dicho reconocimiento derive en un apoyo de las instituciones del estado mexicano a sus labores de búsqueda, así como a las necesidades de sus familias. De igual forma, hace un llamado a que México genere unidades especializadas, protocolos, así como medidas de protección especializadas para apoyarles en sus labores de búsqueda.
Dicho organismo, criticó la ausencia de un diálogo “adecuado y seguro” entre las autoridades y las mujeres buscadoras, así como los colectivos organizados para dichos efectos, mismos que comenzaron a desarrollarse por el Gobierno de la Presidenta Sheinbaum en el mes de mayo a través de la Secretaría de Gobernación pero que llegaron demasiado tarde.
La ausencia de diálogo duró todo un sexenio, desde donde el ex presidente Andrés López Obrador, ninguneó las problemáticas, el diálogo y el trabajo con las mujeres buscadoras. Un ex presidente que vivió años evadiendo el diálogo con las víctimas reales porque la víctima permanente se consideraba él. López Obrador, se atrincheró en su propia victimización.
Años de desprotección y lucha, muchos años de amenazas cotidianas y asesinatos de mujeres buscadoras se han vivido en México. Asesinar a una mujer buscadora es una triple muerte cuyas dimensiones sobre las familias nunca se han podido dimensionar y comprender, mucho menos atender. La CEDAW realizó una fuerte observación a la negligencia mostrada por la institución nacional que se supone debería de defender y acompañar a las víctimas y que siempre ha permanecido ausente, a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por su “insuficiente atención” a sus luchas y necesidades de defensa y protección.
Tan solo hay que recordar que en los diálogos que la Secretaría de Gobernación llevó a cabo con diferentes colectivos de búsqueda y madres, se destacó la grave ausencia de Rosario Piedra, titular de la CNDH. Rosario Piedra, representa la peor parte de indefensión de los derechos humanos de la historia moderna de nuestro país.
La CNDH debería de ser la instancia capaz de acompañar, defender y atender a las víctimas, hoy la atención a las víctimas pasa por la desacreditación de los youtuberos que igual son contratados para visitar un rancho de exterminio que para atacar y cuestionar a las mujeres buscadoras. Hoy la CEDAW nos marca los límites del maltrato y la espectacularidad política para exigir que las mujeres buscadoras sean tratadas como lo que siempre debieron ser, defensoras de derechos humanos, constructoras de la memoria, pacificadoras del país.
Hoy las mujeres buscadoras enfrentan solo cercos burocráticos e ideológicos que perpetúan las incontables violencias que viven cotidianamente. La CEDAW hizo lo mejor que podía hacer, reconocerlas como lo que el estado mexicano no ha reconocido, como defensoras de derechos humanos, constructoras de la verdad, exigentes de protección, repudiadas por un estado que no quiere escuchar su realidad y verdad cotidiana.
ierika.loyo@udg.mx