La foto de la pobreza sin el Coneval
Luego de la desaparición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en junio pasado, y tras la determinación de la mayoría morenista y aliados de que la “medición de la pobreza y la evaluación integral” de los programas de desarrollo social, así como “la emisión de recomendaciones” sobre la materia, correspondería al INEGI, ayer este instituto presentó su primer informe sobre la pobreza en México.
Antes de entrar al análisis de los resultados, hay que señalar que todo el prestigio y credibilidad del que goza el INEGI se pone a prueba ahora que le asignan la tarea que tenía el Coneval, un órgano constitucional autónomo, cuya desaparición fue criticada por la 4T debido a su incomodidad ante los contrapesos. Para la oposición, la causa de su eliminación fueron los resultados desfavorables que en su momento mostró respecto al impacto de programas sociales insignia como Sembrando Vidas y el de Adultos Mayores en el combate a la pobreza.
También conviene consignar que, en la metodología del extinto Coneval para determinar si crecía o decrecía la pobreza en distintas regiones del país y para calcular la media nacional, el insumo principal era la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), publicada cada dos años, siendo la más reciente el pasado 30 de julio. Este factor, sin duda, y la anotación al calce en las tablas de que se mantuvo el método del Coneval, da un amplio beneficio de la duda y reduce el escepticismo ante esta nueva misión del INEGI, que levanta esta encuesta donde, además del ingreso y gasto, registra características de las viviendas y su equipamiento, así como los perfiles ocupacionales y sociodemográficos de sus moradores.
En la medición “Pobreza Multidimensional 2024”, difundida ayer, la población en esta condición se redujo del 36.3% en 2022 al 29.6%, lo que significa, según el INEGI, que salieron de la pobreza en los últimos dos años 8.3 millones de mexicanos, al pasar de 46.8 a 38.5 millones de pobres.
Para beneplácito del expresidente Andrés Manuel López Obrador, en sus dos últimos años de gobierno no solo bajó la pobreza moderada del 29.3% al 24.2%, al pasar de 37.7 a 31.5 millones de mexicanos en esa condición, y la pobreza extrema del 7.1% al 5.3%, al disminuir de 9.1 a 7 millones de personas, sino que la población no pobre y no vulnerable creció del 27.1% al 32.5%, al pasar de 34.9 a 42.3 millones de habitantes.
Por lo que respecta a Jalisco, se ubicó en el lugar número 12 con menos pobreza multidimensional, con 18.6%, por debajo de la media nacional de 29.6%, con un millón 626 mil 400 jaliscienses en esta situación, mientras que la pobreza extrema afecta al 1.3% de la población (lugar ocho), con 114 mil 200 personas.
Pese a estas bajas en el número de pobres, sigue habiendo muchos mexicanos sin cubrir sus necesidades básicas; por ello, mañana seguiremos con el análisis de los resultados de esta primera medición de la pobreza del INEGI.