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Furia impune en Glorieta Colón

Dentro de todos los excesos, trivialidades y revictimizaciones que se dan en las redes sociales, por el espacio de libertad que representan y en las que, afortunadamente, florece ahí a diario el debate público, otro aspecto positivo es que se han convertido en el ojo visor para que las actitudes de prepotencia, furias y violencias urbanas se viralicen y no queden impunes.

Así pasó, por ejemplo, el pasado 15 de mayo que circuló profusamente la brutal agresión de un hombre que iba en una unidad del transporte público de la Ruta 55, en Guadalajara, y que, por un incidente vial que tuvo el conductor, se levantó a patearlo y a golpearlo en la cabeza con su termo metálico hasta dejarlo inconsciente.

Como en el video quedó plenamente identificado, trató de huir y esconderse, pero finalmente Sergio “N” fue detenido la semana pasada, y en prisión preventiva oficiosa por un año desde hace dos días por homicidio calificado en grado de tentativa.

En un caso mucho más grave de feminicidio, también pudo ser detenido Kevin, el joven que asesinó con un fusil AR-15 a Karla en plena vía pública en la Colonia Lomas de Oblatos la madrugada del sábado 12 de julio. Diez días después se le capturó gracias a que también fue captado por cámaras de video cuyas imágenes se viralizaron.

Tanto en el caso del feminicida de Karla como del agresor al operador del camión de transporte público, el gobernador Pablo Lemus destacó las detenciones acuñando la frase de que en Jalisco “el que la hace la paga”.

El lunes pasado ocurrió otro episodio de prepotencia, furia y violencia urbana a plena luz del día en la transitada Glorieta Colón, en el que ojalá se siga el mismo principio enaltecido por el mandatario. Porque, sin duda, es erradicando la impunidad de este tipo de agresiones como podremos lograr que ya no se repitan, o que, efectivamente, quienes las cometan las paguen.

En los noticieros televisivos y en las redes sociales quedó clarísimo cómo un altercado vial terminó en una brutal golpiza de cuatro hombres que conducían un auto de alta gama contra un motociclista que usaba ese vehículo para repartir el pan que produce.

Los agentes viales y los policías remitieron a dos de los agresores y al motociclista golpeado a los separos de la Fiscalía, donde se abrió una carpeta de investigación. Hoy se sabe que el motociclista se llama José Cruz, y dos de los agresores, Óscar Bernabé y Rodrigo Alberto. Falta identificar a otros dos agresores que huyeron del lugar de la dispareja riña.

Extrañamente, ayer un juez determinó que fue ilegal la detención del golpeado y de los golpeadores, mientras que los familiares de José Cruz ya denunciaron ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDHJ) las amenazas que recibió de quienes lo agredieron en bola y de los malos tratos que recibió en los separos de la Fiscalía. Habrá que estar, por ello, muy pendientes de este caso, para que los que la hicieron, la paguen.

jbarrera4r@gmail.com

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