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Eli Manzo: Ahí hay talento

Las ovaciones de la noche fueron para la obra que cerró el programa: la suite Culiacán, de Eduardo Gamboa; lo sobresaliente de la velada, sin embargo, fue la participación del jovencito Eli Manzo (14 años) como solista en un concierto que sólo a rareza se programa: el No. 2 en Re menor, Op. 40, para piano y orquesta, de Mendelssohn.

Para abrir el primer concierto de la Temporada 2018 de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), la noche del jueves en el Teatro Degollado, Alejandro Basulto Martínez, autor de Plaza de los Mártires (obra ganadora del Premio Nacional de Composición Orquestal 2016, auspiciado por la misma OFJ), explicó, desde el proscenio, que su obra trata de recrear los “granadazos” del 15 de septiembre de 2008 en la Plaza de Armas, de Morelia, de los que él mismo fue testigo. Sólo el tiempo dirá si la obra tiene valor intrínseco para inscribirse en los repertorios; la obra, por lo pronto, tiene un valor testimonial incuestionable, al recrear el ambiente festivo, el clímax trágico y el epílogo sombrío de la jornada.

Serio, sin poses de niño prodigio, con una técnica, una familiaridad con la partitura y una dinámica impecables, Eli Manzo tuvo el desempeño de un concertista consumado en el Segundo Concierto para piano de Mendelssohn. Bordó, literalmente, la cadenza central (casi una balada) del segundo movimiento. Integrado con la orquesta, no ensimismado en su instrumento, Eli, más que tocar el piano, recreó la música. ¡Ahí hay talento! El joven solista obsequió dos encores (un “arreglo” del Rondó alla turca, de Mozart, inicialmente) en que corroboró sus dotes sobresalientes.

La segunda parte del programa se abrió con El Moldava, de la suite Mi Patria, de Smetana, en una lectura plana, pródiga en fortes, avara en pianos, del director huésped Lanfranco Marcelletti, titular de la Sinfónica de Xalapa.

El fin de fiesta -literalmente, por las palmas entusiastas con que el público la recompensó- fue la suite Culiacán. Eduardo Gamboa, su autor, explicó que se trata de una sucesión de 12 pasajes inconexos, casi todos de corte festivo, bailables incluso, con evidentes evocaciones de danzón, mambo y cha-cha-chá algunos de ellos. Musicalmente, sobresalió por su belleza el dúo de flauta y arpa en “Matadormidos”.

El programa se repite este domingo, en la misma sala, a partir de las 12:30 horas.

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