Ideas

El debate de ayer, el del domingo, todos

Esta reflexión sobre el debate de ayer es un poco tramposa, pues no es ex post, sino ex ante, pero para los ejes que pretendo abordar, es suficiente con saber que a los candidatos a la Presidencia les harán preguntas enviadas por los ciudadanos al Instituto Nacional Electoral.

Eso es muy confuso. En algún momento confundimos los debates con un foro, una entrevista con buenos periodistas (a veces) o un examen oral para los candidatos.

Así han sido los debates en todos los casos: para la Presidencia, para el Senado, para alcaldes, para jefe de gobierno de la Ciudad de México. Pasó también en Jalisco el pasado fin de semana, con el encuentro de los demasiados candidatos a la gubernatura. Ese domingo, los aspirantes fueron sometidos otra vez a la ya cansina pregunta: ¿y usted qué haría para… las citas en los hospitales, las escuelas, la inversión pública?

Ah, pues transparencia. Ah pues deporte. Ah, pues quitar a los políticos que están y poniendo otros. Ah pues cambiar las cosas porque están terribles. Ah pues sólo yo entiendo muy bien el coraje de la gente.

Los periodistas se lucen, hablan de presupuesto, sacan sus diagnósticos y preguntan cómo, en un formato de entrevista de alta calidad que no sirve para nada porque no comparan entre candidatos y además porque estos se hacen guajes y hábiles como son para el toreo, se pasan para otro lado: Ah, pues muy buena pregunta, pero eso no es lo urgente, lo urgente es cambiar el tema y hablar de seguridad.

Eso sí: qué bueno que ya estamos discutiendo la inutilidad de nuestros debates y no la necesidad de hacerlos, pero a ver si apuramos la calidad y afinamos la moderación para que podamos llamarlos así. Ya van juntos los candidatos a un foro. Qué bueno. Ya es más flexible el formato. Qué bueno, listo, ¿podemos empezar a tener debates?

Pero ¿qué es lo que con tanta insistencia pido? Argumentos y contraargumentos. Como cuando le dicen a Lomelí que es un pillo y él contesta que no, que tiene auditorías. Algo así, pero sumándole al sabroso debate sobre la trayectoria de los truhanes, algunos planteamientos de Gobierno.

Me imagino algo así. Candidatos, hablemos de las necesidades educativas en nuestro país. Ah pues mira, te voy a contar mi propuesta, que incluye vouchers. ¿Por qué usted no incluye vouchers?, pregunta el moderador a otro candidato, que explica que esta medida genera desigualdad y favorece a los ricos y es ridícula. Uno más explica que para los vouchers no alcanza y además se pierde la rectoría en la educación y qué onda con las escuelas religiosas. Otro, por joder, le tira al segundo diciendo que no se haga, que su propuesta es peor y de derecha porque plantea acabar con la educación estatal y un último advierte que ninguno de los presentes sabe que de lo que se trata es de olvidar eso de la excelencia educativa y buscar niños felices, no lógicos.

Algo así.

Temas

Sigue navegando