Ideas

Seguridad en Guadalajara: ¿qué está pasando?

Por todos lados la pregunta es la misma: ¿qué está pasando?, ¿por qué tantas balaceras en Guadalajara?

Siete ataques en la calle en el último mes. Si atendemos a la información oficial es difícil, sino imposible, establecer una relación entre los diferentes eventos. En cada uno hay un atacado y unos atacantes distintos. La mayoría son en una zona específica de la ciudad, los alrededores de la zona Andares o Puerta de Hierro, pero no hay un patrón. Los victimarios, nos dicen las autoridades, son todos “malos de malolandia” para usar las palabras del Presidente, pero nadie explica nada, sólo nos dicen que “se está investigando”, para usar las palabras del gobernador.

Nos ayudaría más a entender lo que está sucediendo si atendemos a las víctimas, las personas atacadas. La mayor parte de las víctimas mortales han sido escoltas. Ex militares y ex policías dedicados a cuidar a otros. ¿Quiénes son sus jefes?, ¿por qué traen guardaespaldas?, ¿quién los autoriza y controla? En los últimos años el delito de secuestro ha venido a la baja. No ha desaparecido, pero las grandes bandas dedicadas al secuestro (la mayoría, por cierto, integradas por ex policías) están desintegradas y de acuerdo con las cifras del Gobierno este delito se ha reducido en 73 por ciento en los últimos años. Sin embargo, el número de personas con escolta va al alza, ¿de qué se cuidan? Asalto y robo de auto, puede ser la explicación para los ciudadanos comunes, pero muchos de quienes hoy tienen guardaespaldas en realidad se cuidan de sus propios delitos.

Todavía no sabemos bien a bien quién era el personaje que intentaron secuestrar, plagiar o levantar en Land Mark hace 22 días. Sólo sabemos que sus escoltas eran ex militares y estaban registrados medio chuecos en la Ciudad de México. Sabemos también que el supuesto agresor, ya detenido, César Augusto N, es, en palabras del propio Ejército Mexicano, un “presunto líder de un grupo de choque extremadamente violento” encargado, entre otras cosas, “de la eliminación de grupos delictivos antagónicos”. ¿Cuál fue, pues, el móvil del ataque?

En el caso de la persona asesinada el viernes pasado en Providencia, Salvador Llamas Urbina, donde murió también su escolta, Luis Fernando Muñoz Ortega, un ex comisario de la policía de Puerto Vallarta las preguntas del móvil siguen sin ser respondidas. Llamas era un personaje vinculado al mundo político, jefe de gabinete del Gobierno municipal de Puerto Vallarta, delegado del partido Morena, y que antes había pasado por las filas de Movimiento Ciudadano y del Partido Verde. Fue asesinado por alguien al que él conocía, pues se habían citado a comer. La pregunta no sólo es quién es ese personaje, sino por qué lo mató.

Si atendemos al mantra de los políticos de que “se matan entre ellos”, lo que tenemos que preguntarnos, y preguntarles a nuestras autoridades, es quiénes son “ellos”, qué vínculos tienen “ellos” con la clase política, quién controla, vigila y tiene registro de los escoltas de “ellos”, por qué “ellos” viven tan tranquilamente en Guadalajara, sin que nadie los investigue ni persiga y cuando pasa algo que pone en riesgo a los habitantes de la ciudad sólo nos dicen que van a “reforzar la seguridad”.

Temas

Sigue navegando