El séptimo año del sexenio
Dicen que el año más complicado de sexenio es el séptimo, o lo que es lo mismo, el primero del sucesor, el primero después de abandonar el poder. Es en ese año que todo sucede: se calla el teléfono; el dedo que ordenaba y marcaba la dirección deja de funcionar como varita mágica; los aplausos de los otrora abyectos comienzan a convertirse poco a poco en críticas.
López Obrador parecía tener un séptimo año de ensueño. Nadie lo cuestionaba, por el contrario, los seguidores de la Cuarta Transformación buscaron santificarlo. Todo iba muy bien hasta hace unas semanas que dejó de ser así. De repente cayeron los cuestionamientos a las obras emblemáticas, el Tren Maya, la refinería Dos Bocas y el Aeropuerto Felipe Ángeles. Se comenzó a hablar del incremento de la deuda, del fracaso de la política de seguridad. Nada que no se hubiera dicho, la diferencia es que ahora el aparato de propaganda que antes defendía al presidente hoy tiene otras prioridades, otras ocupaciones y otro poder que proteger.
Dos Bocas apunta ya para ser la refinería más costosa del mundo. Iba a costar 8 mil millones de dólares y ya va en 21 mil. La diferencia es que esas otras refinerías costosas de Egipto o Arabia que costaron lo mismo si refinan. Lo que iba a salvar a Pemex terminó siendo la loza que lo está hundiendo. No fueron pocas las voces que lo advirtieron, no era una buena idea hacer una refinería y menos aún hacerla en ese terreno en el delta de dos ríos. La gran obra del presidente López Obrador es, hoy por hoy, solo un elefante blanco, un monumento a la terquedad. Probablemente algún día funcione, pero por el sobre costo pasará a la historia como el monumento a la ineficiencia.
El Tren Maya, también con un sobre costo de casi más de tres veces lo presupuestado, no termina de funcionar como debería, Tiene un problema fundamental: la gente de la península no lo usa. Pequeño detalle: a nadie se le ocurrió preguntar a los habitantes de la zona cuáles eran sus hábitos y necesidades de movilidad. Cada día hay más corridas suspendidas, problemas para dar mantenimiento a vías y trenes. El Tren Maya es un devorador de presupuesto y es un dolor de cabeza para la administración de la Presidenta Sheinbaum.
Cuando el Aeropuerto Felipe Ángeles veía la luz al final del túnel con la próxima inauguración del tren de cercanías que finalmente conectará a la terminal aérea con la Ciudad de México, vino la demanda de Estados Unidos por haber obligado a las compañías de carga aérea a salir del Benito Juárez y a operar, por decreto presidencial, desde el AIFA. Hoy la Presidenta tiene un frente abierto más con el vecino del Norte.
Cada detención que hace, y presume, García Harfuch, es un recordatorio a lo que se dejó de hacer en el sexenio anterior. Cada cuestionamiento a un funcionario sea Adán Augusto o López Gatell, este recae sobre el ex presidente. Cada receta no surtida en el IMSS o el ISSSTE es un recordatorio de que el séptimo año será sin duda el más complicado del sexenio de López Obrador.