Ideas

* Preocupante

Suenan las alarmas. Se encienden las luces amarillas en el feudo del Guadalajara…

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En contraste con las declaraciones, rebosantes de optimismo, triunfalistas incluso -la marca de la casa, por lo demás…- que acompañaron las notas periodísticas alusivas a las incorporaciones de Toño Rodríguez, Alanís, Briseño y Peralta, la maldita realidad, hasta ahora, parece empeñada en desmentirlas.

Primero fueron los tropiezos en los partidos internacionales… aunque hubiera las disculpas de que las derrotas ante River Plate y Boca Juniors se produjeron cuando el equipo acababa  de salir de la pretemporada, y la sufrida ante el Benfica obedeció a que se jugó con un cuadro alternativo.

Después, el 3-0 adverso de ayer en el inicio de la competencia doméstica…

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Si los primeros descalabros pudieron atribuirse a una errática planificación de la etapa preparatoria de la campaña, el descalabro dominical ante Santos Laguna aportó indicios preocupantes acerca de una planificación igualmente errática en lo referente a la integración del plantel…

El craso error de Toño Rodríguez en el primer gol de los “Guerreros” tuvo, por sobre todas las cosas, desastrosos efectos anímicos en el equipo. Lo hundió. Lo dejó listo para las desatenciones defensivas que permitieron a Doria y Furch redondear la goleada. Y lo más grave: desnudó a las “Chivas”. Puso en evidencia que nada de lo que se hizo para depurar el plantel de la temporada anterior, contribuyó a subsanar la más acentuada de sus carencias: la inoperancia a la ofensiva. No sólo falta de contundencia, sino algo más preocupante todavía: falta de ideas.

Ayer, por ejemplo, salvo la atajada con que correspondió a un disparo de Huerta, Orozco, en el marco lagunero, tuvo prácticamente un día de campo. Las “Chivas”, ayer, como en la mayoría de los partidos del certamen precedente, fueron más inofensivas que los pensamientos de una monja de clausura.

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En el caso del Atlas, antes de echar a vuelo las campanas, habrá que esperar a que el tiempo permita establecer la estatura de su primer sinodal, Ciudad Juárez.

Lo mismo en ese asunto que en la derrota del Guadalajara, una golondrina no hace verano… aunque, por otra parte, nadie va a poner en tela de duda que así como la victoria robustece la moral de un equipo, la derrota lo debilita… especialmente si, a despecho de sus ínfulas, es inquilino de la parte más incómoda de la tabla de cocientes.

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