Ideas

- Faramalla

Las del próximo 6 de junio en México van a ser las elecciones más complejas en varias décadas, por varias razones:

1.- La cantidad de potenciales electores: más de 90 millones de ciudadanos.

2.- La cantidad de funcionarios electorales convocados: casi millón y medio de personas.

3.- La cantidad de cargos de elección popular en disputa: 500 diputaciones federales, 15 gubernaturas, más de mil diputaciones en 30 congresos locales, casi dos mil presidencias municipales, más de 14 mil regidurías y más de dos mil 500 plazas entre sindicaturas, concejalías, juntas municipales y presidencias de comunidad. (20 mil en números redondos).

4.- Las dificultades para las campañas y la jornada electoral por la pandemia de COVID-19.

5.- La crisis de los partidos tradicionales y el desconocimiento de candidatos, plataformas y propuestas de los nuevos partidos o coaliciones por parte de un gran porcentaje de los electores.

6.- (…Y lo que apuntó el pariente: “¡Ya nomás falta que llueva…!”).

-II-

Bien. De cara a esa jornada y a los procesos previo (campañas) y posterior (escrutinio), el presidente López Obrador llamó a los gobernadores de los estados a firmar un “Acuerdo Nacional por la Democracia” orientado a evitar “el uso de programas sociales o recursos públicos en favor de candidatos o partidos políticos”. En ese “acuerdo” -que no fue tal porque quienes lo firmaron no fueron consultados para su redacción- fueron absurdamente excluidas las máximas autoridades en materia de comicios y justicia electoral: el INE, el Tribunal Electoral y la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales.

Los gobernadores -salvo el de Jalisco…, ojalá que por dignidad y no por rebeldía- viajaron desde sus estados (con cargo al erario, desde luego) solo para salir en la foto, aparecer como “extras” en una película en que el consabido “Muchacho” la hizo esta vez de paladín de la democracia, y firmar un documento ocioso por innecesario e inútil por redundante, ya que quienes suscribieron el mal llamado “acuerdo” solo se comprometieron a lo que todos, sin excepción, “protestaron” hacer al asumir sus cargos: “Cumplir y hacer cumplir la ley”. Punto.

-III-

La presidenta de la Conferencia Nacional de Gobernadores, Claudia Pavlovich, habló en nombre de sus colegas… aunque once de ellos -la tercera parte- ya formaron la disidente (que no por ello menos legítima) Alianza Nacional de Gobernadores, y se niegan a otorgarle interlocución ante el Gobierno federal.

Colofón: pura faramalla. (Por definición, “charla artificiosa encaminada a engañar”, o “cosa de mucha apariencia y poca sustancia”).

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