Tecnología
Esterilizan a perros con semillas de papaya
Los investigadores de la UADY trabajan un fármaco para esterilizar perros a partir de sustancias presentes en las semillas de papaya
CIUDAD DE MÉXICO.- La vasectomía, castración quirúrgica y, recientemente, la aplicación de inyecciones intra-testiculares de agentes toxicos, son las opciones existentes para esterilizar a un perro macho.
Todos los métodos anteriores son invasivos y en algunos casos puede causar complicaciones en los animales, por lo que muchos dueños deciden no utilizarlos.
Motivado por ofrecer a los animales una alternativa sin posibles complicaciones, investigadores de la Universidad Autónoma de Yucatán ( UADY) trabajan en la elaboración de un fármaco a partir de sustancias presentes en las semillas de papaya para esterilizar a los perros, tratamiento que también puede contribuir al control de la población canina callejera.
De acuerdo con el líder de la investigación, doctor Antonio Ortega Pacheco, las semillas de papaya contienen sustancias que administradas en las dosis correctas pueden provocar la infertilidad en los perros machos y evitar su reproducción.
“La concentración normal de células espermáticas en un perro es aproximadamente de 300 millones por mililitro, después de aplicar el extracto de las semillas de papaya esta concentración bajó a 2 mil células por mililitro; es decir, el animal quedó prácticamente infértil. Incluso, en algunos casos la concentración de dichas células llegó a cero: una azoospermia (carencia de espermatozoides)”, indicó el profesor de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UADY.
Además de afectar la concentración de células espermáticas, la sustancia extraída de la semilla de papaya reduce del 90 al 20 por ciento la motilidad de los espermas, que significa una menor velocidad y vigor con que se mueven. “Bajo esas condiciones, el animal ya no se puede reproducir”, aseguró.
Sobre cómo funciona la sustancia, explicó que ocasiona una lesión en el epitelio germinal de los testículos, lo que anula el proceso de espermatogénesis o producción de espermatozoides. La lesión no afecta el comportamiento sexual de los perros, por lo que “pueden seguir montando, pero sin la capacidad de reproducirse”.
Actualmente, el tratamiento se encuentra en la primera etapa de desarrollo y ya ha sido probado en 24 perros, a los cuales se les han hecho estudios para evaluar la reducción en los niveles de producción de espermas y el posible efecto tóxico que el extracto pudiera ocasionarles.
Las dosis que el investigador ha probado son tres: 50, 100 y 150 miligramos por kilogramo de peso en cada perro, el equivalente a 2 o 3 mililitros del extracto de semilla de papaya, mismas que no causan efectos secundarios.
La única posible complicación del tratamiento es la diarrea, pero esto ocurre sólo si se aplica el extracto en una concentración mayor a la señalada. Además, ese efecto secundario es mínimo si se compara con la llamada castración química, por ejemplo, pues la aplicación de inyecciones en los testículos del animal puede provocar úlceras.
La sustancia, cuyos componentes aún no pueden ser revelados por el científico, debido a una posible patente, debe administrarse diariamente a los perros durante al menos 60 días para que obtener el efecto deseado: la infertilidad, y mantener el tratamiento para evitar que recupere su capacidad reproductiva, lo que hace al tratamiento poco práctico actualmente, admitió.
Por ello, comenzará a experimentar con los elementos que componen el extracto pero ya purificados, esto con el propósito de lograr una esterilización definitiva.
“La meta final es crear una pastilla anticonceptiva para los perros que pueda aplicarse durante las campañas de vacunación antirrábica”, afirmó.
Para obtener la sustancia activa, es decir, los compuestos que causan la infertilidad, los doctores toman las semillas de la papaya, las lavan y dejan secar, posteriormente las muelen y con el uso de componentes clorofórmicos las filtran, hasta obtener el extracto, el cual finalmente se inyecta en un trozo de salchicha para que los perros lo ingieran.
El financiamiento de la primera etapa de esta investigación corrió a cargo del Fondo Mixto Campeche-Conacyt, a través del cual el proyecto obtuvo poco más de 140 mil pesos.
De acuerdo con el doctor Antonio Ortega Pacheco, integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel I, si logra desarrollar este anticonceptivo, sería posible controlar en cierta medida el aumento de la población de perros callejeros, muchos de los cuales, al no estar esterilizados, continúan reproduciéndose, lo que favorece problemas de salud pública, como la propagación de la rabia o la contaminación de agua y alimentos por las heces fecales de estos animales.
Sobre el número de perros callejeros en el país, no se tiene una cifra exacta, pero estimaciones indican que son alrededor de 15 millones.
Tan sólo en la ciudad de Mérida, de acuerdo con un estudio realizado por el investigador con apoyo de la Secretaría de Salud, de los 200 mil perros existentes, aproximadamente 30 mil deambulan libremente por las calles, “lo que no significa necesariamente que carezcan de dueños, pues muchos de ellos tienen propietarios irresponsables que les permiten vagar”, concluyó. (Agencia ID)
Todos los métodos anteriores son invasivos y en algunos casos puede causar complicaciones en los animales, por lo que muchos dueños deciden no utilizarlos.
Motivado por ofrecer a los animales una alternativa sin posibles complicaciones, investigadores de la Universidad Autónoma de Yucatán ( UADY) trabajan en la elaboración de un fármaco a partir de sustancias presentes en las semillas de papaya para esterilizar a los perros, tratamiento que también puede contribuir al control de la población canina callejera.
De acuerdo con el líder de la investigación, doctor Antonio Ortega Pacheco, las semillas de papaya contienen sustancias que administradas en las dosis correctas pueden provocar la infertilidad en los perros machos y evitar su reproducción.
“La concentración normal de células espermáticas en un perro es aproximadamente de 300 millones por mililitro, después de aplicar el extracto de las semillas de papaya esta concentración bajó a 2 mil células por mililitro; es decir, el animal quedó prácticamente infértil. Incluso, en algunos casos la concentración de dichas células llegó a cero: una azoospermia (carencia de espermatozoides)”, indicó el profesor de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UADY.
Además de afectar la concentración de células espermáticas, la sustancia extraída de la semilla de papaya reduce del 90 al 20 por ciento la motilidad de los espermas, que significa una menor velocidad y vigor con que se mueven. “Bajo esas condiciones, el animal ya no se puede reproducir”, aseguró.
Sobre cómo funciona la sustancia, explicó que ocasiona una lesión en el epitelio germinal de los testículos, lo que anula el proceso de espermatogénesis o producción de espermatozoides. La lesión no afecta el comportamiento sexual de los perros, por lo que “pueden seguir montando, pero sin la capacidad de reproducirse”.
Actualmente, el tratamiento se encuentra en la primera etapa de desarrollo y ya ha sido probado en 24 perros, a los cuales se les han hecho estudios para evaluar la reducción en los niveles de producción de espermas y el posible efecto tóxico que el extracto pudiera ocasionarles.
Las dosis que el investigador ha probado son tres: 50, 100 y 150 miligramos por kilogramo de peso en cada perro, el equivalente a 2 o 3 mililitros del extracto de semilla de papaya, mismas que no causan efectos secundarios.
La única posible complicación del tratamiento es la diarrea, pero esto ocurre sólo si se aplica el extracto en una concentración mayor a la señalada. Además, ese efecto secundario es mínimo si se compara con la llamada castración química, por ejemplo, pues la aplicación de inyecciones en los testículos del animal puede provocar úlceras.
La sustancia, cuyos componentes aún no pueden ser revelados por el científico, debido a una posible patente, debe administrarse diariamente a los perros durante al menos 60 días para que obtener el efecto deseado: la infertilidad, y mantener el tratamiento para evitar que recupere su capacidad reproductiva, lo que hace al tratamiento poco práctico actualmente, admitió.
Por ello, comenzará a experimentar con los elementos que componen el extracto pero ya purificados, esto con el propósito de lograr una esterilización definitiva.
“La meta final es crear una pastilla anticonceptiva para los perros que pueda aplicarse durante las campañas de vacunación antirrábica”, afirmó.
Para obtener la sustancia activa, es decir, los compuestos que causan la infertilidad, los doctores toman las semillas de la papaya, las lavan y dejan secar, posteriormente las muelen y con el uso de componentes clorofórmicos las filtran, hasta obtener el extracto, el cual finalmente se inyecta en un trozo de salchicha para que los perros lo ingieran.
El financiamiento de la primera etapa de esta investigación corrió a cargo del Fondo Mixto Campeche-Conacyt, a través del cual el proyecto obtuvo poco más de 140 mil pesos.
De acuerdo con el doctor Antonio Ortega Pacheco, integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel I, si logra desarrollar este anticonceptivo, sería posible controlar en cierta medida el aumento de la población de perros callejeros, muchos de los cuales, al no estar esterilizados, continúan reproduciéndose, lo que favorece problemas de salud pública, como la propagación de la rabia o la contaminación de agua y alimentos por las heces fecales de estos animales.
Sobre el número de perros callejeros en el país, no se tiene una cifra exacta, pero estimaciones indican que son alrededor de 15 millones.
Tan sólo en la ciudad de Mérida, de acuerdo con un estudio realizado por el investigador con apoyo de la Secretaría de Salud, de los 200 mil perros existentes, aproximadamente 30 mil deambulan libremente por las calles, “lo que no significa necesariamente que carezcan de dueños, pues muchos de ellos tienen propietarios irresponsables que les permiten vagar”, concluyó. (Agencia ID)