Tecnología
El ATV-2 tiene delicada operación con la EEI
Se tiene previsto que el carguero se ensamblará a las 15:46 GMT de mañana
PARÍS, FRANCIA (23/FEB/2011).- El carguero europeo ATV-2 "Johannes Kepler" acometerá mañana una delicada maniobra de precisión extrema para acoplarse a la Estación Espacial Internacional (
EEI), a la que aprovisionará con 4.5 toneladas de combustible para que se eleve unos 40 kilómetros respecto a su posición actual.
Después de recorrer cerca de cuatro millones de kilómetros desde su lanzamiento el pasado 16 de febrero en el Centro Espacial Europeo de Kurú, en la Guayana francesa, el carguero se ensamblará a la EEI a las 15:46 GMT de mañana.
La operación, controlada por los ingenieros de la Agencia Espacial Europea (ESA) desde su base de Toulouse, en el sur de Francia, y supervisada desde la propia EEI por el astronauta italiano Paolo Nespoli, vivirá sus instantes cruciales en los 12.5 últimos metros, recta final que el ATV recorrerá sin interacción humana.
Una vez que Nespoli dé luz verde a sus colegas en la Tierra para que la operación entre en su fase final, el carguero recorrerá esos últimos metros guiado por sensores láser automáticos, para fundirse con la EEI a una altitud de 350 kilómetros sin que nadie intervenga.
El responsable de la misión ATV de la ESA, John Elwood, anticipó en un vídeo de la propia agencia que se podrán ver "las luces moviéndose en los reflectores de la parte de atrás de la estación, como si fuera una bienvenida para mostrar que están en el camino correcto".
"Lo que haremos será parar en varios puntos. Pararemos a 20 metros, para asegurarnos de que todo está en orden, nos acercaremos un poco más, volveremos a parar... de alguna forma, será como ver a dos personas bailando", explicó.
En esos momentos, la EEI orbitará a una velocidad de 28 mil kilómetros por hora mientras que el "Johannes Kepler" viajará siete metros por segundo más rápido que su estación de destino.
Si la operación se concreta con éxito, los seis astronautas que actualmente se encuentran en el laboratorio orbital de la EEI recibirán una carga total de 7,1 toneladas que incluye 100 kilos de oxígeno, 1,6 toneladas de víveres y ropa y 4,5 toneladas de carburante, entre otras provisiones.
El suministro de combustible, la carga clave del ATV, servirá para corregir la órbita de la EEI, que pierde cada día siete metros de altitud, y elevarla unos 40 kilómetros respecto a su posición actual.
El "Johannes Kepler", sucesor del "Julio Verne" lanzado en 2008, se amarrará en el mismo punto que acaba de dejar libre su hermana rusa Progress M-07M y se convertirá durante unos meses en un nuevo módulo de la EEI, hasta que en el próximo mes de julio emprenda el camino de regreso.
Cargada con deshechos de la EEI, el carguero se desprenderá de la estación y se dirigirá hacia la atmósfera terrestre, donde la mayor parte de su masa se desintegrará de forma controlada.
Los trozos que sobrevivan al impacto caerán en el cementerio de naves espaciales situado en una zona deshabitada del Pacífico Sur.
La tecnología del carguero europeo, que eventualmente podría adaptarse para transportar también astronautas y no sólo mercancías, será crucial para una hipotética misión a Marte, donde sería necesario enviar un dispositivo capaz de recoger muestras y de acoplarse solo a otro módulo de manera autónoma antes de una posible misión tripulada, comentó Elwood.
El ATV (acrónimo en inglés de Vehículo Automatizado de Transferencia), llegará a la EEI unas horas antes de que desde Florida despegue una nave Discovery con seis astronautas que pasarán once días en la estación.
Su misión aportará a la estación un módulo suplementario en el que se podrán desarrollar experimentos científicos, además del que se ha bautizado como Robonaut 2 y que se convertirá en el primer robot humanoide en flotar en el espacio exterior.
Después de recorrer cerca de cuatro millones de kilómetros desde su lanzamiento el pasado 16 de febrero en el Centro Espacial Europeo de Kurú, en la Guayana francesa, el carguero se ensamblará a la EEI a las 15:46 GMT de mañana.
La operación, controlada por los ingenieros de la Agencia Espacial Europea (ESA) desde su base de Toulouse, en el sur de Francia, y supervisada desde la propia EEI por el astronauta italiano Paolo Nespoli, vivirá sus instantes cruciales en los 12.5 últimos metros, recta final que el ATV recorrerá sin interacción humana.
Una vez que Nespoli dé luz verde a sus colegas en la Tierra para que la operación entre en su fase final, el carguero recorrerá esos últimos metros guiado por sensores láser automáticos, para fundirse con la EEI a una altitud de 350 kilómetros sin que nadie intervenga.
El responsable de la misión ATV de la ESA, John Elwood, anticipó en un vídeo de la propia agencia que se podrán ver "las luces moviéndose en los reflectores de la parte de atrás de la estación, como si fuera una bienvenida para mostrar que están en el camino correcto".
"Lo que haremos será parar en varios puntos. Pararemos a 20 metros, para asegurarnos de que todo está en orden, nos acercaremos un poco más, volveremos a parar... de alguna forma, será como ver a dos personas bailando", explicó.
En esos momentos, la EEI orbitará a una velocidad de 28 mil kilómetros por hora mientras que el "Johannes Kepler" viajará siete metros por segundo más rápido que su estación de destino.
Si la operación se concreta con éxito, los seis astronautas que actualmente se encuentran en el laboratorio orbital de la EEI recibirán una carga total de 7,1 toneladas que incluye 100 kilos de oxígeno, 1,6 toneladas de víveres y ropa y 4,5 toneladas de carburante, entre otras provisiones.
El suministro de combustible, la carga clave del ATV, servirá para corregir la órbita de la EEI, que pierde cada día siete metros de altitud, y elevarla unos 40 kilómetros respecto a su posición actual.
El "Johannes Kepler", sucesor del "Julio Verne" lanzado en 2008, se amarrará en el mismo punto que acaba de dejar libre su hermana rusa Progress M-07M y se convertirá durante unos meses en un nuevo módulo de la EEI, hasta que en el próximo mes de julio emprenda el camino de regreso.
Cargada con deshechos de la EEI, el carguero se desprenderá de la estación y se dirigirá hacia la atmósfera terrestre, donde la mayor parte de su masa se desintegrará de forma controlada.
Los trozos que sobrevivan al impacto caerán en el cementerio de naves espaciales situado en una zona deshabitada del Pacífico Sur.
La tecnología del carguero europeo, que eventualmente podría adaptarse para transportar también astronautas y no sólo mercancías, será crucial para una hipotética misión a Marte, donde sería necesario enviar un dispositivo capaz de recoger muestras y de acoplarse solo a otro módulo de manera autónoma antes de una posible misión tripulada, comentó Elwood.
El ATV (acrónimo en inglés de Vehículo Automatizado de Transferencia), llegará a la EEI unas horas antes de que desde Florida despegue una nave Discovery con seis astronautas que pasarán once días en la estación.
Su misión aportará a la estación un módulo suplementario en el que se podrán desarrollar experimentos científicos, además del que se ha bautizado como Robonaut 2 y que se convertirá en el primer robot humanoide en flotar en el espacio exterior.