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Yuriria, el encanto del Bajío

Este es un rincón de México perfecto para el descanso, en medio de edificaciones coloniales

GUADALAJARA, JALISCO (10/AGO/2014).- El Centro de México es poseedor de una rica historia en la que abonó la presencia española durante el periodo de la Nueva España. Son numerosos los pequeños pueblos que pese a su tamaño guardan una gran historia, muchas veces representada por su arquitectura, algunas otras veces por su entorno natural. Hay algunos casos en los que ambos elementos se cruzan, y en ocasiones crean un ambiente mágico que invita a los paseantes a demorarse por sus calles, disfrutar de los paisajes y el clima. Uno de estos casos es el de Yuriria.

Este pueblo en Guanajuato, cuenta con atractivos ecológicos como su peculiar laguna, pero también posee arquitectura colonial representativa de la región con templos y ex conventos. Su ambiente tranquilo y el ritmo de vida relajado hacen a Yuriria un destino turístico ideal para los viajeros en busca de descansar del ajetreo de las ciudades modernas. Catalogado como pueblo mágico, tan sólo se encuentra a poco más de dos horas de camino desde León.

Situado en la ruta de las localidades de Acámbaro y Salvatierra, Yuriria es un pueblo con gran historia: a su costado se realizó la que es conocida como la primera gran obra hidráulica llevada a cabo en la Nueva España, la Laguna de Yuriria. Con mano de obra colonial, fue en 1754 cuando con el propósito de regular el Río Lerma por iniciativa del fraile Diego de Chávez se conectaron las aguas del río para crear esta laguna y con ella regar los campos de la zona, por medio de la desviación de los caudales, para así beneficiar a los pobladores de la región.

Su objetivo fue el de irrigar los terrenos para la agricultura, pero en la actualidad se puede practicar la pesca, por ejemplo de la especie bagre, que son peces comestibles de rápido crecimiento en estanques. Este lago artificial cuenta con aproximadamente 200 millones de metros cúbicos de agua, y abastece a los municipios cercanos de Jaral del Progreso y Valle de Santiago.

Además de la pesca, otra actividad turística disponible en esta laguna es la renta de pequeñas embarcaciones para surcar por sus aguas. Si al viajero le invade un temor por navegar, no hay por qué preocuparse, pues su profundidad apenas alcanza los 2.6 metros: en cuanto a su tamaño, la laguna tiene 19 kilómetros de largo y siete de ancho. El viaje en lancha oscila entre los 200 y los 300 pesos, según la temporada y la lancha: el costo es por embarcación. El Ayuntamiento local actualmente mantiene un proyecto de desarrollo ecoturístico que incluye a la laguna para preservar su entorno.

Cuna religiosa

Más allá de su histórica laguna, esta pintoresca población es parte de la ruta de los conventos de Guanajuato. Una de sus cartas estelares en este rubro es el Templo y Ex Convento Agustino de San Pablo. En su momento, los agustinos se encargaron de la evangelización del Estado de Michoacán y sus alrededores, por ello este convento formó parte del antiguo obispado de Michoacán. La construcción de este inmueble comenzó en el lejano 1540, bajo la autorización del primer virrey en la Nueva España, don Antonio de Mendoza. En su etapa del noviciado se enseñaron las letras y las artes, pero su importancia radicó en que fungió para dotar de frailes de la orden agustina, que era muy inferior frente a las otras órdenes que existía en el siglo XVI: estas órdenes eran las de los franciscanos y los dominicos.

Durante su etapa de construcción las críticas advirtieron la posible desproporción existente entre la magnitud del proyecto y la población en la que se encontraba, pues su grandeza resultaría excesiva para una localidad pequeña. Sin embargo, pese a los intentos de frenar la obra ésta logró llegar a buen fin. En la  actualidad el ex convento es un museo bajo el cuidado del INAH: desde la época postrevolucionaria se instauró como casa de las artes. Además del templo y convento, muestra de la arquitectura del siglo XVI, Yuriria cuenta con otras construcciones que se remontan hasta los siglos XVII y XVIII.

Otro recinto sacro para visitar en Yuriria es la Capilla de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de los Pobres, mejor conocida con el nombre menos doliente de Capilla de Santa María. Esta capilla se ubica a orillas del río, y fue edificada bajo el mandato de fray Alonso de Alvarado, en el siglo XVI. En contraste con estos edificios coloniales, en las postrimerías del siglo XIX se construyó la Iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo, famosa por las fiestas en su honor.

La toponimia de Yuriria es una versión corta de Yuririapúndaro, que en lengua purépecha significa “lago de sangre”. La referencia a la sangre es por el color del terreno en un cráter antiguo. De hecho, el espacio que ocupa la laguna es una cuenca rodeada por elevaciones volcánicas. Yuririapúndaro fue el nombre del antiguo poblado prehispánico que habitó el lugar. Entre los yurirenses ilustres se haya el beato Elías del Socorro Nieves, además del catedrático Salvador Díaz Cíntora y el caudillo de la independencia Joaquín López Arias.

Las especialidades grastronómicas que se pueden degustar durante la estancia en el pueblo son el caldo de michi o el molcajete de mariscos. Pero como no sólo de mariscos vive el hombre, en el centro modesto de Yuriria se pueden adquirir diversas artesanías tradicionales, prendas bordadas, artículos en piel pirograbada y calzado.

TOMA NOTA

Dónde dormir


Hotel Rafa Yuriria.
Este hotel se encuentra a tres cuadras de la Laguna de Yuriria y a cinco cuadras del centro. La especialidad de su restaurante es el molcajete de mariscos.
Teléfono: 01-445-168-3555.
Habitación sencilla 250 pesos, doble (dos camas matrimoniales) 300 pesos por noche.

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