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Vivir de la magia

Job Granell. La pasión por los trucos de magia corre por sus venas

GUADALAJARA, JALISCO (29/MAY/2016).- Revelar los secretos de la magia cualquiera lo puede hacer. Pero ejecutar a la perfección un acto de magia ante miles de personas, muy pocos. Job Granell es uno de esos magos y recientemente ha sido reconocido como el mago más visto en redes sociales a nivel Latinoamérica por la revista especializada “Magic”.

Job Granell es tapatío y su gusto por el mundo mágico es herencia de su padre, el Mago Jerónimo Granell, quien despertó en su hijo la pasión por los trucos, la vocación de entretener al público, de sorprenderlo y dejarlo sin palabras cuando los objetos aparecen y desaparecen frente a sus ojos en cuestión de segundos.

Granell no solamente goza de popularidad por su maestría al manipular las cartas y espadas a su antojo, el mago también se ha ganado la confianza del espectador a través de diversos proyectos en los que ejecuta sus actos en las calles de la ciudad de manera inesperada o a través de programas de televisión y espectáculos en vivo en dónde hace uso de la tecnología más avanzada o reivindica los trucos más viejos y artesanales.

Son 20 años de trayectoria los que respaldan el prestigio de Job Granell, el mago que desde la infancia definió su destino para convertirse en uno de los mejores magos que rompieran las fronteras mexicanas, aunque confiesa, la inquietud por ser payaso también se visualizó en su mente. “Cuando era niño quería ser mago, después quise ser payaso por mi hermano mayor, pero a los 14 años me definí por ser mago. Es algo que me gusta. El público puede vivir sin un mago, pero un mago no puede vivir sin público. No te puedes hacer magia a ti mismo, por eso siempre andas buscando quien te haga caso, especialmente cuando vas empezando”.

Bajo esta idea es como Job se ha consagrado en plataformas de prestigio dentro del mundo de la magia, compitiendo en la Federación Internacional de Sociedades Mágicas (FISM) -considerado el mundial de magia- y hasta la Federación Latinoamericana de Sociedades Mágicas (FLASOMA), y de más congresos y torneos en donde ha llevado orgullo el estandarte tapatío desde los ocho años de edad. “Desde los 10 años empecé a trabajar, me mandaban a fiestas infantiles y recuerdo claramente mi primer truco, el de copa-confeti, en el que al destapar la copa desaparece el confeti y cuando se desapareció, me sorprendí”.

Tanto la televisión y la calle han sido los espacios de trabajo de Job Granell, sin olvidar los rincones más bohemios como los cafés de la ciudad y hasta lugares emblemáticos como el escenario del Teatro Galerías.

No es “cosa de niños”


Job se ha hecho de prestigio y tiene sus razones para defender a capa y espada esta profesión, de la que asegura, es momento de enaltecerla no sólo por el misterio y asombro que despierta en el público, sino por todo el trabajo creativo que hay detrás de cada acto de magia. “Ahorita está de moda en YouTube encontrar videos con los secretos de los actos, que hacen ver a la magia como algo muy fácil. La magia es más que un secreto, es ensayo, creatividad, originalidad y saberlo presentar ante el público. Pienso que a la gente que no se le da esto es a la que le gusta andar revelando los secretos, acabar con la magia”.

Si bien Job no está en contra de que estas “revelaciones” sean un motor para motivar el nacimiento de más magos y hacer a la magia más accesible, reconoce que es de importancia la forma en la cómo se comparten estos contenidos para cuidar justamente el encanto natural de la magia, pues asegura que muchos de estos videos se han encargado de hacerle creer al público que más allá de magia y creatividad, esto se trata fríamente de ciencia.

El mago dice que hay secretos “pero hay que saber que a veces para crear un efecto te tardas meses ensayando y todo para que alguien revele que el truco se genera o esconde desde la espalda o que todo se activa jalando un hilo. La magia está diseñada para entretener y quien quiera otra cosa es chantaje. No importa si un mago es bueno o malo, lo importante es cómo tome el arte y lo respete”.

El reto: ¡Impresionar!

Aunque ahora la magia también ha evolucionado gracias a la tecnología y permite que los magos puedan ofrecer espectáculos manipulando artefactos como el láser, Job Granell puntualiza la forma en como el mago debe saber cómo presentar su show, cómo asombrar nuevamente al público aunque ya conozcan el truco.

“Disfruto el creer que soy un mago muy bueno. Disfruto mi actuación y para ser mago tienes que ser buen actor (...) Lo malo es que aquí en Guadalajara la gente no reacciona tanto, es muy raro encontrar que alguien se sorprenda. Te puedes quitar la cabeza y solo te dicen, ¡ah, bravo! Pero si ves al público gringo, cuando el mago hace cualquier cosa la gente enloquece, se tira al piso, siempre hay esa comparación entre la calidad del mago mexicano y el estadounidense”.

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