Suplementos
Una selva en la ciudad
El tradicional parque de diversiones renueva su oferta de entretenimiento de cara a la temporada vacacional
GUADALAJARA, JALISCO (22/JUL/2012).- La fortuna fue caprichosa con Jalisco. En el Estado existen lagunas, ríos, mares, manglares, barrancas, cañadas, volcanes, cerros, llanos, esteros y bosques. Pero lo que pocos saben, es que también hay una Selva, y para mayor asombro, dentro de ella existe una zona tan fría como la tundra.
El parque de diversiones Selva Mágica es un lugar donde se siembran recuerdos y se cosechan emociones. Es el lugar ideal para pasar el día libre con amigos, en familia o hasta en pareja. Y no, aunque se llama “Selva”, no hay que cruzar los paralelos hasta el Ecuador para encontrarla. Se puede llegar tomando la Calzada Independencia con rumbo al norte. Siga los señalamientos del Zoológico, cuídese del tráfico de la “Jungla de Asfalto” en que se ha convertido Guadalajara y llegará al punto “mágico” de la urbe. También las rutas de camión 320, 78, 360 y el Macrobús en la Estación Zoológico son opciones para llegar al lugar.
Lo primero que encontrará el visitante son puestos de comida, antojitos y refrescos a la entrada del parque. Tentador para los que llegaron sin desayunar o sin comer, pero cuidado, Selva Mágica prohíbe el ingreso de cualquier tipo de alimentos o bebidas al recinto.
“Los mejores días para venir, son los soleados”, afirma Diego González, jefe de promoción del parque, “por lo que les recomendamos que traigan gorra, sombrero y vengan bien hidratados, porque buena parte del horario en que Selva Mágica permanece abierta el público (de 10:00 a 20:00 horas), hay Sol”.
Pero todo el calor que por momentos se deja sentir en la Perla Tapatía no es capaz de derretir la “atracción de temporada” con la que cuenta el centro de entretenimiento: La Zona de nieve, una serie de espacios de entretenimiento donde el hielo y las bajas temperaturas se convierten en un curioso oasis que contrasta con los rayos del Astro Rey.
Para quedar “helados”
Una vez atravesado el umbral de acceso a Selva Mágica, ante los ojos de los visitantes se abre una amplia variedad de opciones para entretenerse: 38 juegos mecánicos para todas las edades; además, por estos días, las miradas se dirigen a la Zona de Nieve: “Aquí los visitantes pueden hacer sus ‘guerritas’, subir al tobogán helado, deslizarse, andar en motos y un playground para los más pequeños”.
Aunque esta zona es la gran novedad, es imposible no pasar por otras atracciones que ya se convirtieron en clásicos y sellos de Selva Mágica. “Los troncos, El Titán y el Sky Coaster siguen siendo los grandes favoritos”, señala Diego. Mientras habla, un niño de tres años llora porque no lo dejan subir a Los troncos.
Llorar a lágrima tendida no ablanda el corazón de los cuidadores del parque. “Todos los juegos tienen una guía de seguridad, en este caso, el niño está muy chiquito para subirse. Así que aunque llore, sea su cumpleaños o nos digan que tiene la edad, si no da la estatura necesaria, no puede. Hay opciones más adecuadas para él”, señala.
Sin miedo
El concepto de los parques de diversiones está asociado con la juventud y el ir a hacer relajo, aunque durante el recorrido de este medio, queda claro que esa idea está bastante alejada de la realidad. “Aquí vienen niños, desde amigos, primos, hermanos a grupos escolares que vienen como premio de fin de curso. Pero también tenemos a muchos adultos, muchos papás que vinieron cuando eran pequeños (Selva Mágica tiene 24 años) y ahora quieren repetir la experiencia en familia”.
En las filas muchas veces son los niños los que “le pican” el orgullo a los papás para subirse a “la montaña rusa” o “ese juego que da muchas vueltas”.
Mientras que el Titán hace su recorrido en dos minutos, con subidas y bajadas pronunciadas (y que dan una buena vista de la Barranca de Huentitán), otras atracciones disparan la adrenalina al máximo y duran más tiempo. La Nao de China, por ejemplo, pone “de cabeza” en varias ocasiones a los valientes que se suben (y muchas veces, ya arriba, lo valiente desaparece).
“La gran novedad ahorita es el Sky Coaster”, anota Diego González. El juego eleva a los usuarios a más de 30 metros de altura y los hace oscilar por casi dos minutos. “Es una experiencia fantástica, casi como volar”, remata González.
Para los que quieran algo más “tranquilo” y que exija menos de las Leyes de gravedad, el parque cuenta con una Zona de habilidad (con juegos de destreza), La casa del Terror, La Choza Chueca del tío Chuy, Go Karts y el show de delfines. Además de que si ya hace hambre, hay zonas de alimentos para hacer escala, con sombrillas para protegerse del Sol. Allí el visitante encontrará hamburguesas, pizzas, nachos, hot dogs, papitas, palomitas, paletas y bebidas.
Un buen día en Selva Mágica termina con una gran sonrisa, la piel un poco más tostada por el Sol, una buena carga de nuevas anécdotas y sobre todo la sensación de que por unas horas, arriba de los juegos mecánicos, todos somos como niños de nueva cuenta.
SABER MÁS
El ABC de Selva Mágica
- La entrada se adapta a diversos presupuestos. Selva Mágica maneja entradas con formato de “pasaporte”.
-El Pasaporte Mágico incluye 20 juegos y cuesta 90 pesos
- El Pasaporte Mega incluye32 juegos por 140 pesos
- El Pasaporte Platino incluye 36 juegos y cuesta 190 pesos.
- Si el visitante quiere subir a los Go Karts y o al Sky Coaster, tendrá que pagarlos por separado, pues no vienen incluidos en el formato de pasaporte.
- La Zona de Nieve permanecerá abierta hasta el 19 de agosto.
- Las filas son el “talón de Aquiles” del parque. Vaya armado con paciencia, pues en alguna tendrá que esperar más de 10 minutos, en especial, en la taquilla de entrada. Los juegos con mayor demanda también requieren esperar para ser abordados, lo mismo que la zona de comidas.
-¡Cuidado con las monedas! Algunos juegos lo pondrán de cabeza, y cualquier cosa que no tenga bien sujeta a su cuerpo (monedas, celulares, gafetes, gorras, lentes) puede salir volando. El parque no se hace responsable de estas pérdidas.
El parque de diversiones Selva Mágica es un lugar donde se siembran recuerdos y se cosechan emociones. Es el lugar ideal para pasar el día libre con amigos, en familia o hasta en pareja. Y no, aunque se llama “Selva”, no hay que cruzar los paralelos hasta el Ecuador para encontrarla. Se puede llegar tomando la Calzada Independencia con rumbo al norte. Siga los señalamientos del Zoológico, cuídese del tráfico de la “Jungla de Asfalto” en que se ha convertido Guadalajara y llegará al punto “mágico” de la urbe. También las rutas de camión 320, 78, 360 y el Macrobús en la Estación Zoológico son opciones para llegar al lugar.
Lo primero que encontrará el visitante son puestos de comida, antojitos y refrescos a la entrada del parque. Tentador para los que llegaron sin desayunar o sin comer, pero cuidado, Selva Mágica prohíbe el ingreso de cualquier tipo de alimentos o bebidas al recinto.
“Los mejores días para venir, son los soleados”, afirma Diego González, jefe de promoción del parque, “por lo que les recomendamos que traigan gorra, sombrero y vengan bien hidratados, porque buena parte del horario en que Selva Mágica permanece abierta el público (de 10:00 a 20:00 horas), hay Sol”.
Pero todo el calor que por momentos se deja sentir en la Perla Tapatía no es capaz de derretir la “atracción de temporada” con la que cuenta el centro de entretenimiento: La Zona de nieve, una serie de espacios de entretenimiento donde el hielo y las bajas temperaturas se convierten en un curioso oasis que contrasta con los rayos del Astro Rey.
Para quedar “helados”
Una vez atravesado el umbral de acceso a Selva Mágica, ante los ojos de los visitantes se abre una amplia variedad de opciones para entretenerse: 38 juegos mecánicos para todas las edades; además, por estos días, las miradas se dirigen a la Zona de Nieve: “Aquí los visitantes pueden hacer sus ‘guerritas’, subir al tobogán helado, deslizarse, andar en motos y un playground para los más pequeños”.
Aunque esta zona es la gran novedad, es imposible no pasar por otras atracciones que ya se convirtieron en clásicos y sellos de Selva Mágica. “Los troncos, El Titán y el Sky Coaster siguen siendo los grandes favoritos”, señala Diego. Mientras habla, un niño de tres años llora porque no lo dejan subir a Los troncos.
Llorar a lágrima tendida no ablanda el corazón de los cuidadores del parque. “Todos los juegos tienen una guía de seguridad, en este caso, el niño está muy chiquito para subirse. Así que aunque llore, sea su cumpleaños o nos digan que tiene la edad, si no da la estatura necesaria, no puede. Hay opciones más adecuadas para él”, señala.
Sin miedo
El concepto de los parques de diversiones está asociado con la juventud y el ir a hacer relajo, aunque durante el recorrido de este medio, queda claro que esa idea está bastante alejada de la realidad. “Aquí vienen niños, desde amigos, primos, hermanos a grupos escolares que vienen como premio de fin de curso. Pero también tenemos a muchos adultos, muchos papás que vinieron cuando eran pequeños (Selva Mágica tiene 24 años) y ahora quieren repetir la experiencia en familia”.
En las filas muchas veces son los niños los que “le pican” el orgullo a los papás para subirse a “la montaña rusa” o “ese juego que da muchas vueltas”.
Mientras que el Titán hace su recorrido en dos minutos, con subidas y bajadas pronunciadas (y que dan una buena vista de la Barranca de Huentitán), otras atracciones disparan la adrenalina al máximo y duran más tiempo. La Nao de China, por ejemplo, pone “de cabeza” en varias ocasiones a los valientes que se suben (y muchas veces, ya arriba, lo valiente desaparece).
“La gran novedad ahorita es el Sky Coaster”, anota Diego González. El juego eleva a los usuarios a más de 30 metros de altura y los hace oscilar por casi dos minutos. “Es una experiencia fantástica, casi como volar”, remata González.
Para los que quieran algo más “tranquilo” y que exija menos de las Leyes de gravedad, el parque cuenta con una Zona de habilidad (con juegos de destreza), La casa del Terror, La Choza Chueca del tío Chuy, Go Karts y el show de delfines. Además de que si ya hace hambre, hay zonas de alimentos para hacer escala, con sombrillas para protegerse del Sol. Allí el visitante encontrará hamburguesas, pizzas, nachos, hot dogs, papitas, palomitas, paletas y bebidas.
Un buen día en Selva Mágica termina con una gran sonrisa, la piel un poco más tostada por el Sol, una buena carga de nuevas anécdotas y sobre todo la sensación de que por unas horas, arriba de los juegos mecánicos, todos somos como niños de nueva cuenta.
SABER MÁS
El ABC de Selva Mágica
- La entrada se adapta a diversos presupuestos. Selva Mágica maneja entradas con formato de “pasaporte”.
-El Pasaporte Mágico incluye 20 juegos y cuesta 90 pesos
- El Pasaporte Mega incluye32 juegos por 140 pesos
- El Pasaporte Platino incluye 36 juegos y cuesta 190 pesos.
- Si el visitante quiere subir a los Go Karts y o al Sky Coaster, tendrá que pagarlos por separado, pues no vienen incluidos en el formato de pasaporte.
- La Zona de Nieve permanecerá abierta hasta el 19 de agosto.
- Las filas son el “talón de Aquiles” del parque. Vaya armado con paciencia, pues en alguna tendrá que esperar más de 10 minutos, en especial, en la taquilla de entrada. Los juegos con mayor demanda también requieren esperar para ser abordados, lo mismo que la zona de comidas.
-¡Cuidado con las monedas! Algunos juegos lo pondrán de cabeza, y cualquier cosa que no tenga bien sujeta a su cuerpo (monedas, celulares, gafetes, gorras, lentes) puede salir volando. El parque no se hace responsable de estas pérdidas.