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Reino mágico: como pasear en un sueño
La magia de Disney sorprende a chicos y grandes
GUADALAJARA, JALISCO (09/JUN/2013).- La promesa de Disney de “convertir los sueños en realidad” no está muy alejada del cúmulo de sensaciones y experiencias que se viven conforme transcurre el día dentro del Reino Mágico de Walt Disney World Resort, el parque más colorido y festivo de este complejo turístico que, de hecho, se encuentra en plena expansión: la zona de Fantasyland se está ampliando de 40 mil a 85 mil metros cuadrados de bosques, castillos, princesas y nuevas atracciones que invitan al viajero a sentirse, literalmente, dentro de un cuento de hadas.
Como muchas historias, ésta da inicio en el majestuoso Castillo de Cenicienta, de 58 metros de altura, ubicado en el corazón del parque, a cuatro cuadras de la entrada principal. Sin duda, éste es el punto más fotografiado del Reino Mágico y la razón por la que suspiros y lágrimas hacen su aparición en niños, adolescentes, jóvenes y hasta adultos mayores.
Desde que se intenta tomar la primera foto del recuerdo en este sitio, se acerca con una gran sonrisa un fotógrafo del servicio Disney PhotoPass, quien muy amablemente se ofrece a capturar ese momento con su cámara réflex y con la del turista. Después del último flashazo, escanea y entrega una tarjeta con un código de barras para que, posteriormente, incluso cuando esté de regreso en casa, pueda revisar online las impresionantes fotos que estos profesionales de la lente le hayan tomado y elegir o no, comprarlas.
Si bien para la mayoría basta con observar el castillo por fuera, también se puede entrar y tener la oportunidad de fotografiarse con Cenicienta, así como hacer reservaciones para subir al segundo piso y desayunar, comer o cenar en el restaurante familiar Cinderella’s Royal Table, decorado como un verdadero comedor de la época medieval.
Tras una soleada caminata bordeando el castillo se llega a la nueva Fantasyland (Tierra de la Fantasía), inaugurada con gran éxito en diciembre pasado. Es aquí donde varias de las películas favoritas de Disney saltan de la pantalla y se materializan ante nuestros ojos: los escenarios y las atracciones de La Sirenita y de La Bella y la Bestia, por ejemplo, fueron recreados por los mismísimos dibujantes que colaboraron en los filmes originales, ayudando a diseñar réplicas exactas y de tamaño real.
Gracias al equipo de Walt Disney Imagineers y a expertos de 140 disciplinas distintas, en la atracción Enchanted Tales with Belle se puede pasar de la cabañita de Maurice –el papá de Bella–, a la biblioteca de Bestia a través de un Espejo Mágico, para encontrarse con el ropero-que-habla (Madame Wardrobe), con Lumiere (ambas extraordinarias figuras audio-animatronics) y con la princesa en persona, quien juega con los niños del público a recontar su famosa cinta estrenada en 1991.
Impactante resulta también el paseo musical Under The Sea-Journey off The Little Mermaid que nos sumerge en una concha hasta las profundidades del océano, al tiempo que nos va contando la historia de Ariel. Durante el trayecto, se aprecian 183 personajes (70% de ellos en la escena Bajo el mar que canta Sebastián) y una Úrsula de 2.5 por 3.6 metros de alto. Una vez en “la superficie”, al salir, se puede hacer fila para “besar a la chica”, la Sirenita en persona, en una rocosa y húmeda gruta.
Cerca de ahí hay establecimientos como la Gaston’s Tavern y el Be Our Guest Restaurant en el castillo de la Bestia, aclamado por sus dimensiones y su magnífica ornamentación. Hay tiendas, boutiques y mucho más, todo marchando cual reloj suizo, sin contratiempos, gracias al alegre, eficiente y bien capacitado personal.
“Nuestros visitantes también tendrán la oportunidad de pasar una buena cantidad de tiempo en el Fantasy Forest y Storybook Circus (a un costado de la atracción de Dumbo), y nos hemos asegurado de incorporar sombras y asientos extras y áreas con aire acondicionado para que tanto los adultos como los niños puedan descansar, relajarse y disfrutar el paisaje”, expresa en un comunicado Tim Warzecha, director jefe del proyecto.
La belleza, limpieza y el detalle de cada rincón de la nueva Fantasyland no deja de maravillar al paseante, quien hasta en el área de los baños encuentra toques mágicos: una zona dedicada al descanso, a los sanitarios y a estacionar carriolas se convirtió hace tres meses en la villa de Rapuntzel, con luminarias, música original de Enredados y, a lo lejos, una preciosa vista de su amada torre.
Pero eso no es todo. Disney ha anunciado dos nuevas atracciones que se encuentran en plena construcción y que se espera revelar a finales de 2013 y en 2014, respectivamente: el Princess Fairytale Hall, un salón exclusivo para conocer a todas las princesas, y el Seven Dwarfs Mine Train, un tren que dará un recorrido musical dentro de la mina de los Siete Enanos “donde un millón de diamantes brillan”.
En Fantasyland no todo es novedad. También es el hogar de atracciones clásicas muy solicitadas: Peter Pan’s Flight, que invita a volar sobre Londres surcando el cielo en un barco pirata; It’s a Small World, un viaje en lancha desde donde observas muñequitos con trajes típicos de diversos países, cantando y bailando; y el enorme y tradicional Prince Charming Regal Carrousel, en el que niños y adultos se pueden montar (y marear) las veces que quieran.
En pos de las princesas
Si en Guadalajara el boom de las princesas Disney es palpable tanto en tiendas de autoservicio como de prestigio, en su “tierra natal” no podría ser la excepción.
De camino al Reino Mágico en el monorriel o en el autobús, el forastero se va topando una y otra vez con niñas cubiertas con “polvo de hadas” o, mejor dicho, con la brillantina, el maquillaje, los vestidos volados, las coronas, las varitas y las zapatillas de sus princesas preferidas. Esas copias casi exactas de las protagonistas de las películas de Disney son un éxito entre las mujercitas a partir de los cuatro años, quienes en la Bibbidi Bobbidi Boutique, adentro del Cinderella Castle, se pueden someter a una fantástica transformación.
Dependiendo del paquete y el presupuesto, primero se escoge el atuendo de Cenicienta, Bella, Aurora, Blanca Nieves, Ariel, Jasmine, Tinker Bell o Tiana (hay desde 54.95 dólares y de más de 189.95 dólares, ambos más impuestos), los zapatos o sandalias, el tocado… y posteriormente, la agasajada entra al vestidor para ponerse el ajuar completo y se sienta dando la espalda al espejo para que la maquillen, le hagan manicure, la peinen y la coronen. ¡Qué gran sorpresa se lleva cuando al girar el asiento descubre en su reflejo que su sueño de ser una princesa se ha hecho realidad!
Conseguir la foto y el autógrafo de las princesas más famosas es otra misión divertida y muy gratificante para las damitas y para uno que otro galán también. Si se cuenta con tiempo limitado, la mejor decisión es ir al Town Square Theater, localizado cerca del ingreso al parque, frente al City Hall. Aunque se tiene que hacer fila, después de 30, 40 o 60 minutos (en la entrada hay un letrero que indica el tiempo aproximado de espera) se consigue saludar no a una, sino a tres de estas celebridades en un mismo salón. Por lo general, Cenicienta y Aurora, a veces Rapuntzel o Blanca Nieves.
Por parejas o familias, los invitados se van acercando para interactuar con cada heroína, que gentilmente saluda, sonríe y se deja apapachar. Este momento mágico se alarga cuando Su Majestad se sienta en el piso para platicar de cerca con los pequeñitos, a quienes también les hace cariños, brinda su autógrafo y con quienes se toma la foto para el álbum. -“Tengo siete vestidos en mi castillo, de haber sabido que vendrías de vestido blanco, me lo hubiera puesto para que anduviéramos iguales”- le comentó en inglés Rapuntzel a una nena de tres años que la miraba fascinada.
En el salón contiguo está la fila para ver a Mickey Mouse en su camerino. Poco a poco, se va ingresando en un cuarto donde la estrella exclusiva es el “Jefe”, como le dicen los miembros del staff. Del recinto se sale con foto y autógrafo del famoso ratón, aunque la interacción es muy diferente que con las princesas, puesto que los personajes que traen máscara no tienen voz, aunque se comunican muy bien a través de la mímica. Mientras se está posando junto al único e irrepetible Mickey, anfitrión de estas vacaciones de ensueño, es inevitable que una sensación de alegría y nostalgia recorra todo el cuerpo.
Personajes hasta en la sopa
Una de las preguntas obligadas que surgen en viajes de este tipo es ¿cuánto cuestan las comidas en el Reino Mágico? La respuesta es tan amplia como las opciones de alimentos y bebidas que se ofrecen por todo el parque, desde palomitas de maíz de carritos ambulantes, lugares de pizzas y hot dogs, hasta restaurantes con menú de especialidades y servicio a la mesa, que por lo general requieren reservación previa.
Para muestra un botón: cerca del castillo, en el coqueto The Plaza Restaurant, una hamburguesa clásica con carne calidad Angus cuesta 13.99 dólares, y el refresco o té helado, 2.99 dólares.
Sin embargo, un desayuno buffet en The Crystal Palace, A Buffet with Character puede alcanzar los 29.99 dólares por adulto, pero no porque sus ingredientes sean gourmet o el menú sofisticado (hay los típicos huevos revueltos, hot cakes, fruta, salchichas, etc.), sino porque sin necesidad de ponerse de pie y hacer fila, los personajes de alguna película de Disney van de mesa en mesa para abrazar comensales, posar para las cámaras y brindar autógrafos. Hace unas semanas estaban de visita Winnie The Pooh y sus amigos.
En ‘Ohana, el restaurante del hotel Disney Polynesian, el desayuno consta de un platón que va al centro de la mesa e incluye huevos revueltos, salchichas, tocino y papas isleñas, un waffle en forma de Mickey y fruta de temporada. A pesar de la casi nula versatilidad en cuanto al menú y lo oneroso del precio, la experiencia se compensa al ver que Mickey, Pluto, Lilo y Stitch se acercan para tomarse fotos y firmar autógrafos. No cabe duda que ésta, para los pequeños, es una experiencia que vale la pena aprovechar si se cuenta con el presupuesto y el tiempo suficientes.
Otra gran ventaja de reservar desayunos mañaneros en restaurantes dentro del Reino Mágico (a las 7:30 u 8:00 horas, por ejemplo) es el entrar antes de que el parque abra sus puertas, lo que permite, entre otras cosas, el poder tomarse fotos familiares frente al Castillo de Cenicienta prácticamente sin gente, pues ésta se quedó haciendo fila afuera.
Main Street, USA: comienza la fiesta
Existen diversas formas de arribar al Reino Mágico: en auto, monorriel, autobús y hasta en bote. Una vez en el umbral, un escáner confirma con la huella dactilar la identidad del portador de la tarjeta de ingreso (en el caso de quienes se hospedan en hoteles Disney) y, luego de una ágil revisión de bolsos y mochilas, se camina unos metros hasta llegar a Main Street, USA, la avenida principal flanqueada por edificios de estilo victoriano, que hospedan boutiques, dulcerías, restaurantes, heladerías, joyerías y más.
La atmósfera festiva, las instalaciones cómodas, los espectáculos perfectamente producidos y ejecutados y hasta el engranaje y mantenimiento de atracciones, vehículos, hoteles y restaurantes logran multiplicar exitosamente la sonrisa de quienes se dejan seducir por la magia de Disney.
Para que no se escape ningún detalle importante durante su estadía, al ingreso del parque están los mapas y las guías semanales, donde se especifican el lugar y horas donde se realizarán ciertas actividades. Resulta conveniente acercarse varios minutos antes de la hora señalada para disfrutar el espectáculo, desfile o show desde un buen lugar.
Imperdible es el show Dream Along With Mickey, que se lleva a cabo en el patio delantero del Castillo de Cenicienta, al aire libre, y en el que salen bailando y cantando Peter Pan, Wendy, Garfio, las Princesas con sus Príncipes, Mickey, Minnie, Donald, Goofy y Maléfica. Al término de este espectáculo, arranca la fiesta “callejera” con el desfile Move It! Shake It! Celebrate It!, cuya música invita a mover el cuerpo, aplaudir y hasta brincar.
El desfile Celebrate A Dream Come True Parade, de las 15:00 horas, es el más grande y sorprendente, ya que muchos personajes de un montón de cuentos de Disney se dan cita, desde Woody y la vaquerita Jessie hasta la Reina de Corazones, Jafar y las hermanastras de Cenicienta, Anastasia y Griselda, ya sea andando e interactuando con los asistentes o sobre un carro alegórico.
El Main Street Electrical Parade, por la noche, es un legendario desfile de carrozas brillantes, totalmente iluminadas, que pasan por la avenida con los personajes y bailarines de Disney también con trajes de luces. Por último, está Wishes!, espectáculo nocturno de fuegos artificiales sobre el Castillo de Cenicienta, que inicia 10 o 20 minutos antes del cierre del parque.
Viaje con peques y adultos mayores
Aunque muchos piensan que ir a Walt Disney World es una inversión que debe reservarse para cuando los niños son mayores, la magia de este destino de clase mundial permite que la diversión, el confort y la experiencia sea igual de grata para toda la familia, sin importar la edad.
Los pequeñitos de un año y medio, por ejemplo, pueden aprender a relacionarse con otras personas, incluso con los personajes que posan para las fotos, y son bienvenidos en prácticamente todas las atracciones de Fantasyland: It’s a Small World, Peter Pan’s Flight, Dumbo The Flying Elephant, Under The Sea-Journey off The Little Mermaid, Enchanted Tales with Belle y en el carrusel.
Los niños en edad preescolar sienten que viven un sueño: disfrutan, imaginan, juegan, aprenden y hasta pueden vencer poco a poco sus miedos, y ni qué decir de los más grandecitos, que buscan ya otros juegos interactivos y atracciones reservadas para “niños grandes”.
En cuanto a los servicios para los peques, la mayoría de los restaurantes cuentan con periqueras y menús para niños (incluso con una opción “sana” recomendada por Mickey); en los servicios siempre hay cambiadores y se cuenta con un Baby Care Center o Centro para Bebés, cerca del castillo, donde se pueden cambiar pañales, utilizar cuartos privados con mecedoras para amamantar y aprovechar el microondas, horno y el fregadero, en un ambiente cómodo.
En cuanto a las personas de la tercera edad con dificultad para caminar, es recomendable utilizar una silla de ruedas y, de ser posible, de las eléctricas (de renta), ya que las distancias son enormes y en el parque hay colinas y largos trayectos que pueden agotar a los adultos mayores.
Por fortuna, la cultura de la discapacidad está muy avanzada en Disney: cuanto alguna personita se presenta en su silla de ruedas, no faltará quién la ayude a pararse o a acomodarse en el tren, el monorriel o en alguna atracción.
Toma nota
Volar e imaginar
> Delta Airlines tiene vuelos Guadalajara-Orlando vía Atlanta (www.delta.com).
> Fantasyland en el Reino Mágico / Boleto base de entrada (1 día): mayores de 10 años, 95 dólares más impuestos; niños de 3 a 9 años, 89 dólares más impuestos / Mayor información: Walt Disney World Resort en el teléfono (407) 824-4321 en Estados Unidos / www.disneyworld.com / http://disneyworld.disney.go.com
Como muchas historias, ésta da inicio en el majestuoso Castillo de Cenicienta, de 58 metros de altura, ubicado en el corazón del parque, a cuatro cuadras de la entrada principal. Sin duda, éste es el punto más fotografiado del Reino Mágico y la razón por la que suspiros y lágrimas hacen su aparición en niños, adolescentes, jóvenes y hasta adultos mayores.
Desde que se intenta tomar la primera foto del recuerdo en este sitio, se acerca con una gran sonrisa un fotógrafo del servicio Disney PhotoPass, quien muy amablemente se ofrece a capturar ese momento con su cámara réflex y con la del turista. Después del último flashazo, escanea y entrega una tarjeta con un código de barras para que, posteriormente, incluso cuando esté de regreso en casa, pueda revisar online las impresionantes fotos que estos profesionales de la lente le hayan tomado y elegir o no, comprarlas.
Si bien para la mayoría basta con observar el castillo por fuera, también se puede entrar y tener la oportunidad de fotografiarse con Cenicienta, así como hacer reservaciones para subir al segundo piso y desayunar, comer o cenar en el restaurante familiar Cinderella’s Royal Table, decorado como un verdadero comedor de la época medieval.
Tras una soleada caminata bordeando el castillo se llega a la nueva Fantasyland (Tierra de la Fantasía), inaugurada con gran éxito en diciembre pasado. Es aquí donde varias de las películas favoritas de Disney saltan de la pantalla y se materializan ante nuestros ojos: los escenarios y las atracciones de La Sirenita y de La Bella y la Bestia, por ejemplo, fueron recreados por los mismísimos dibujantes que colaboraron en los filmes originales, ayudando a diseñar réplicas exactas y de tamaño real.
Gracias al equipo de Walt Disney Imagineers y a expertos de 140 disciplinas distintas, en la atracción Enchanted Tales with Belle se puede pasar de la cabañita de Maurice –el papá de Bella–, a la biblioteca de Bestia a través de un Espejo Mágico, para encontrarse con el ropero-que-habla (Madame Wardrobe), con Lumiere (ambas extraordinarias figuras audio-animatronics) y con la princesa en persona, quien juega con los niños del público a recontar su famosa cinta estrenada en 1991.
Impactante resulta también el paseo musical Under The Sea-Journey off The Little Mermaid que nos sumerge en una concha hasta las profundidades del océano, al tiempo que nos va contando la historia de Ariel. Durante el trayecto, se aprecian 183 personajes (70% de ellos en la escena Bajo el mar que canta Sebastián) y una Úrsula de 2.5 por 3.6 metros de alto. Una vez en “la superficie”, al salir, se puede hacer fila para “besar a la chica”, la Sirenita en persona, en una rocosa y húmeda gruta.
Cerca de ahí hay establecimientos como la Gaston’s Tavern y el Be Our Guest Restaurant en el castillo de la Bestia, aclamado por sus dimensiones y su magnífica ornamentación. Hay tiendas, boutiques y mucho más, todo marchando cual reloj suizo, sin contratiempos, gracias al alegre, eficiente y bien capacitado personal.
“Nuestros visitantes también tendrán la oportunidad de pasar una buena cantidad de tiempo en el Fantasy Forest y Storybook Circus (a un costado de la atracción de Dumbo), y nos hemos asegurado de incorporar sombras y asientos extras y áreas con aire acondicionado para que tanto los adultos como los niños puedan descansar, relajarse y disfrutar el paisaje”, expresa en un comunicado Tim Warzecha, director jefe del proyecto.
La belleza, limpieza y el detalle de cada rincón de la nueva Fantasyland no deja de maravillar al paseante, quien hasta en el área de los baños encuentra toques mágicos: una zona dedicada al descanso, a los sanitarios y a estacionar carriolas se convirtió hace tres meses en la villa de Rapuntzel, con luminarias, música original de Enredados y, a lo lejos, una preciosa vista de su amada torre.
Pero eso no es todo. Disney ha anunciado dos nuevas atracciones que se encuentran en plena construcción y que se espera revelar a finales de 2013 y en 2014, respectivamente: el Princess Fairytale Hall, un salón exclusivo para conocer a todas las princesas, y el Seven Dwarfs Mine Train, un tren que dará un recorrido musical dentro de la mina de los Siete Enanos “donde un millón de diamantes brillan”.
En Fantasyland no todo es novedad. También es el hogar de atracciones clásicas muy solicitadas: Peter Pan’s Flight, que invita a volar sobre Londres surcando el cielo en un barco pirata; It’s a Small World, un viaje en lancha desde donde observas muñequitos con trajes típicos de diversos países, cantando y bailando; y el enorme y tradicional Prince Charming Regal Carrousel, en el que niños y adultos se pueden montar (y marear) las veces que quieran.
En pos de las princesas
Si en Guadalajara el boom de las princesas Disney es palpable tanto en tiendas de autoservicio como de prestigio, en su “tierra natal” no podría ser la excepción.
De camino al Reino Mágico en el monorriel o en el autobús, el forastero se va topando una y otra vez con niñas cubiertas con “polvo de hadas” o, mejor dicho, con la brillantina, el maquillaje, los vestidos volados, las coronas, las varitas y las zapatillas de sus princesas preferidas. Esas copias casi exactas de las protagonistas de las películas de Disney son un éxito entre las mujercitas a partir de los cuatro años, quienes en la Bibbidi Bobbidi Boutique, adentro del Cinderella Castle, se pueden someter a una fantástica transformación.
Dependiendo del paquete y el presupuesto, primero se escoge el atuendo de Cenicienta, Bella, Aurora, Blanca Nieves, Ariel, Jasmine, Tinker Bell o Tiana (hay desde 54.95 dólares y de más de 189.95 dólares, ambos más impuestos), los zapatos o sandalias, el tocado… y posteriormente, la agasajada entra al vestidor para ponerse el ajuar completo y se sienta dando la espalda al espejo para que la maquillen, le hagan manicure, la peinen y la coronen. ¡Qué gran sorpresa se lleva cuando al girar el asiento descubre en su reflejo que su sueño de ser una princesa se ha hecho realidad!
Conseguir la foto y el autógrafo de las princesas más famosas es otra misión divertida y muy gratificante para las damitas y para uno que otro galán también. Si se cuenta con tiempo limitado, la mejor decisión es ir al Town Square Theater, localizado cerca del ingreso al parque, frente al City Hall. Aunque se tiene que hacer fila, después de 30, 40 o 60 minutos (en la entrada hay un letrero que indica el tiempo aproximado de espera) se consigue saludar no a una, sino a tres de estas celebridades en un mismo salón. Por lo general, Cenicienta y Aurora, a veces Rapuntzel o Blanca Nieves.
Por parejas o familias, los invitados se van acercando para interactuar con cada heroína, que gentilmente saluda, sonríe y se deja apapachar. Este momento mágico se alarga cuando Su Majestad se sienta en el piso para platicar de cerca con los pequeñitos, a quienes también les hace cariños, brinda su autógrafo y con quienes se toma la foto para el álbum. -“Tengo siete vestidos en mi castillo, de haber sabido que vendrías de vestido blanco, me lo hubiera puesto para que anduviéramos iguales”- le comentó en inglés Rapuntzel a una nena de tres años que la miraba fascinada.
En el salón contiguo está la fila para ver a Mickey Mouse en su camerino. Poco a poco, se va ingresando en un cuarto donde la estrella exclusiva es el “Jefe”, como le dicen los miembros del staff. Del recinto se sale con foto y autógrafo del famoso ratón, aunque la interacción es muy diferente que con las princesas, puesto que los personajes que traen máscara no tienen voz, aunque se comunican muy bien a través de la mímica. Mientras se está posando junto al único e irrepetible Mickey, anfitrión de estas vacaciones de ensueño, es inevitable que una sensación de alegría y nostalgia recorra todo el cuerpo.
Personajes hasta en la sopa
Una de las preguntas obligadas que surgen en viajes de este tipo es ¿cuánto cuestan las comidas en el Reino Mágico? La respuesta es tan amplia como las opciones de alimentos y bebidas que se ofrecen por todo el parque, desde palomitas de maíz de carritos ambulantes, lugares de pizzas y hot dogs, hasta restaurantes con menú de especialidades y servicio a la mesa, que por lo general requieren reservación previa.
Para muestra un botón: cerca del castillo, en el coqueto The Plaza Restaurant, una hamburguesa clásica con carne calidad Angus cuesta 13.99 dólares, y el refresco o té helado, 2.99 dólares.
Sin embargo, un desayuno buffet en The Crystal Palace, A Buffet with Character puede alcanzar los 29.99 dólares por adulto, pero no porque sus ingredientes sean gourmet o el menú sofisticado (hay los típicos huevos revueltos, hot cakes, fruta, salchichas, etc.), sino porque sin necesidad de ponerse de pie y hacer fila, los personajes de alguna película de Disney van de mesa en mesa para abrazar comensales, posar para las cámaras y brindar autógrafos. Hace unas semanas estaban de visita Winnie The Pooh y sus amigos.
En ‘Ohana, el restaurante del hotel Disney Polynesian, el desayuno consta de un platón que va al centro de la mesa e incluye huevos revueltos, salchichas, tocino y papas isleñas, un waffle en forma de Mickey y fruta de temporada. A pesar de la casi nula versatilidad en cuanto al menú y lo oneroso del precio, la experiencia se compensa al ver que Mickey, Pluto, Lilo y Stitch se acercan para tomarse fotos y firmar autógrafos. No cabe duda que ésta, para los pequeños, es una experiencia que vale la pena aprovechar si se cuenta con el presupuesto y el tiempo suficientes.
Otra gran ventaja de reservar desayunos mañaneros en restaurantes dentro del Reino Mágico (a las 7:30 u 8:00 horas, por ejemplo) es el entrar antes de que el parque abra sus puertas, lo que permite, entre otras cosas, el poder tomarse fotos familiares frente al Castillo de Cenicienta prácticamente sin gente, pues ésta se quedó haciendo fila afuera.
Main Street, USA: comienza la fiesta
Existen diversas formas de arribar al Reino Mágico: en auto, monorriel, autobús y hasta en bote. Una vez en el umbral, un escáner confirma con la huella dactilar la identidad del portador de la tarjeta de ingreso (en el caso de quienes se hospedan en hoteles Disney) y, luego de una ágil revisión de bolsos y mochilas, se camina unos metros hasta llegar a Main Street, USA, la avenida principal flanqueada por edificios de estilo victoriano, que hospedan boutiques, dulcerías, restaurantes, heladerías, joyerías y más.
La atmósfera festiva, las instalaciones cómodas, los espectáculos perfectamente producidos y ejecutados y hasta el engranaje y mantenimiento de atracciones, vehículos, hoteles y restaurantes logran multiplicar exitosamente la sonrisa de quienes se dejan seducir por la magia de Disney.
Para que no se escape ningún detalle importante durante su estadía, al ingreso del parque están los mapas y las guías semanales, donde se especifican el lugar y horas donde se realizarán ciertas actividades. Resulta conveniente acercarse varios minutos antes de la hora señalada para disfrutar el espectáculo, desfile o show desde un buen lugar.
Imperdible es el show Dream Along With Mickey, que se lleva a cabo en el patio delantero del Castillo de Cenicienta, al aire libre, y en el que salen bailando y cantando Peter Pan, Wendy, Garfio, las Princesas con sus Príncipes, Mickey, Minnie, Donald, Goofy y Maléfica. Al término de este espectáculo, arranca la fiesta “callejera” con el desfile Move It! Shake It! Celebrate It!, cuya música invita a mover el cuerpo, aplaudir y hasta brincar.
El desfile Celebrate A Dream Come True Parade, de las 15:00 horas, es el más grande y sorprendente, ya que muchos personajes de un montón de cuentos de Disney se dan cita, desde Woody y la vaquerita Jessie hasta la Reina de Corazones, Jafar y las hermanastras de Cenicienta, Anastasia y Griselda, ya sea andando e interactuando con los asistentes o sobre un carro alegórico.
El Main Street Electrical Parade, por la noche, es un legendario desfile de carrozas brillantes, totalmente iluminadas, que pasan por la avenida con los personajes y bailarines de Disney también con trajes de luces. Por último, está Wishes!, espectáculo nocturno de fuegos artificiales sobre el Castillo de Cenicienta, que inicia 10 o 20 minutos antes del cierre del parque.
Viaje con peques y adultos mayores
Aunque muchos piensan que ir a Walt Disney World es una inversión que debe reservarse para cuando los niños son mayores, la magia de este destino de clase mundial permite que la diversión, el confort y la experiencia sea igual de grata para toda la familia, sin importar la edad.
Los pequeñitos de un año y medio, por ejemplo, pueden aprender a relacionarse con otras personas, incluso con los personajes que posan para las fotos, y son bienvenidos en prácticamente todas las atracciones de Fantasyland: It’s a Small World, Peter Pan’s Flight, Dumbo The Flying Elephant, Under The Sea-Journey off The Little Mermaid, Enchanted Tales with Belle y en el carrusel.
Los niños en edad preescolar sienten que viven un sueño: disfrutan, imaginan, juegan, aprenden y hasta pueden vencer poco a poco sus miedos, y ni qué decir de los más grandecitos, que buscan ya otros juegos interactivos y atracciones reservadas para “niños grandes”.
En cuanto a los servicios para los peques, la mayoría de los restaurantes cuentan con periqueras y menús para niños (incluso con una opción “sana” recomendada por Mickey); en los servicios siempre hay cambiadores y se cuenta con un Baby Care Center o Centro para Bebés, cerca del castillo, donde se pueden cambiar pañales, utilizar cuartos privados con mecedoras para amamantar y aprovechar el microondas, horno y el fregadero, en un ambiente cómodo.
En cuanto a las personas de la tercera edad con dificultad para caminar, es recomendable utilizar una silla de ruedas y, de ser posible, de las eléctricas (de renta), ya que las distancias son enormes y en el parque hay colinas y largos trayectos que pueden agotar a los adultos mayores.
Por fortuna, la cultura de la discapacidad está muy avanzada en Disney: cuanto alguna personita se presenta en su silla de ruedas, no faltará quién la ayude a pararse o a acomodarse en el tren, el monorriel o en alguna atracción.
Toma nota
Volar e imaginar
> Delta Airlines tiene vuelos Guadalajara-Orlando vía Atlanta (www.delta.com).
> Fantasyland en el Reino Mágico / Boleto base de entrada (1 día): mayores de 10 años, 95 dólares más impuestos; niños de 3 a 9 años, 89 dólares más impuestos / Mayor información: Walt Disney World Resort en el teléfono (407) 824-4321 en Estados Unidos / www.disneyworld.com / http://disneyworld.disney.go.com