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Recorrido por un rincón ''olvidado'' de Tapalpa

Inmerso en la sierra, este pueblo ofrece múltiples atracciones poco conocidas para los turistas

GUADALAJARA, JALISCO (12/JUN/2011).- Ferrería de Tula, un pueblo lleno de historia, color y un ambiente muy típico, se ubica a tan sólo 10 minutos del centro de Tapalpa y es un poblado de este mismo municipio; su entorno denota un pueblo totalmente rústico, pero no por ello deja a un lado un amplio panorama de diversión y distracción para los visitantes.

Antiguo, ni que dudarlo; un lugar pequeño que encierra los elementos más propios de un rancho liderado por una hacienda, la de Ferrería, donde se realizaban actividades de fundición de fierro, cuyas obras han quedado establecidas en diferentes partes de nuestro Estado.

El ahínco por darle fuerza como un destino turístico se ve reflejado en diferentes delegaciones creadas por los oriundos del pueblo y apoyados –hasta cierto límite– por la Secretaría de Turismo de Tapalpa; ahora, Ferrería de Tula es capaz de brindar un día especial a sus visitantes con diferentes actividades ecoturísticas, a fin de maximizar los recursos naturales con los que cuenta el lugar. Uno de ellos es su presa, en la cual actualmente se ofrece el servicio de kayak por una cantidad accesible: 50 pesos por hora.

Paisajes, historia y una calidez humana que se dejan notar por sus habitantes en cada rincón, son algunas de las características más apreciadas de Ferrería de Tula.

Además, aún se conservan las ruinas de lo que fue hace años aquella hacienda; un templo, el del pueblo, que en lo alto sostiene un par de campanas de principios del siglo pasado, esto, entre muchas otras cosas, aguarda en este místico lugar, definido por los nativos de ahí como: “el lado olvidado de Tapalpa”.

Rancho Los nueve soles


Decir que Ferrería de Tula empieza a tomar auge, es también referirse a aquellos inversionistas del sector privado que han puesto sus ojos en este lugar, pero que además sienten una gran empatía por el pueblo, sobre todo si su origen se remonta al municipio.

Ésta es la situación de los propietarios del Rancho Los nueve soles, que se localiza justo en las inmediaciones de Ferrería. Al borde de carretera, a tan sólo 10 minutos de La Frontera, antes de entrar a  Tapalpa, se aprecia el letrero que anuncia el lugar. Para llegar hay que cruzar el corazón de Ferrería, para posteriormente encontrarse con el rancho, que espera con ansias para mostrar al turismo cómo vivir una aventura en la Sierra de Tapalpa.

El lugar se caracteriza por ofrecer campamentos de todo tipo, tanto empresariales –en los que ha tenido mucho éxito–, como familiares, ambos, con un objetivo en particular: promover los valores sociales y humanos mediante actividades ecoturísticas dentro de las 42 hectáreas de bosque protegido que conforman el rancho.

Caminatas guiadas, temascal, 17 habitaciones para pernoctar, teatro, cine con capacidad para 50 personas, tirolesa de 100 metros, un río con cascada de siete metros de altura, así como áreas deportivas, de recreación y esparcimiento, son parte de la infraestructura del rancho. Adicionalmente se tiene proyectado que dentro de un mes esté terminado su campo de golf de nueve hoyos y más adelante, dentro de cuatro meses aproximadamente, se termine la alberca techada y climatizada.

Un poco más para allá

Basta alejarse un par de kilómetros y medio de Tapalpa para llegar a otra delegación también de la cabecera municipal, y encontrarse con otra población que alberga en su entorno mucha, pero mucha tradición. Se trata de Atacco, un lugar un poco más grande que Ferrería, pero que conserva una importante tradición: su medicina natural.

Aquí se encuentra el Hospital de Indios, que se encuentra entre dos capillas que en épocas remotas pertenecieron a los Franciscanos; ellos mismos administraban junto con los indios este hospital, que, por cierto, se encuentra aún en proceso de restauración, pues su deterioro fue considerado grave, víctima de los actos vandálicos.

Hoy en día se encuentra activo y es atendido por un grupo de oriundas del municipio que, con décadas de experiencia en la medicina tradicional y natural, ofrecen servicios mediante hierbas y preparados para todo tipo de enfermedades. Asimismo, a un costado del hospital se conserva la “farmacia viviente”, donde se cultivan muchas de las plantas que se emplean como medicina.

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