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Prueba de manejo de la Ford Lobo Harley-Davidson

Ya falta poco para el arribo de la nueva generación de la camioneta de tamaño completo de Ford, pero la actual aún es un buen producto

Usa lo mejor que tiene las pickups de Ford, es decir, la versión de doble cabina, con lo mejor de las motocicletas Harley-Davidson, que son los elementos decorativos de diseño exclusivo. Por esto, esta asociación sigue exitosa luego de cinco años en el mercado.

Cuando fue presentada, en 2004, la actual generación de la Ford Lobo, el salto cualitativo fue enorme. Tanto

, que al mantener la anterior en producción, Ford tuvo que relegarla a segundo plano, es decir, como vehículo de trabajo y no de uso personal, que quedó reservado para el nuevo modelo. Cuatro años más tarde, esa diferencia aún es comprensible, como lo pudimos comprobar con la versión Harley-Davidson de la gran pickup estadounidense.

La forma de la Lobo ya es muy conocida de los mexicanos, pero no por ello menos admirada. Grande, cuadrada, imponente, esta camioneta es aún objeto del deseo de muchos. Es fácil entender el por qué cuando la vemos y más, cuando la conducimos.

Sobre la versión tradicional de la Lobo, la Harley tiene rines de diseño exclusivo; parrilla única; extensión de la cajuela; estribos y una pintura que, por primera vez, se atreve a usar un color distinto a los negro y plata que tradicionalmente se usó para esa versión especial. Ahora la Lobo Harley, como es mejor conocida, está adornada con un color naranja metálico, que le va muy bien con el fondo negro tradicional.

Por dentro, la unión entre Ford y Harley-Davidson es igualmente afortunada para los amantes de ambas marcas. Los asientos, naturalmente forrados de piel negra, tiene las costuras horizontales que caracterizan a las famosas motocicletas americanas. Claro que no podía faltar al logotipo de Harley en el centro del respaldo, como el toque final de esta unión.

El resto, es el vehículo de lujo a que Ford nos tiene acostumbrados con esta versión, con aire acondicionado electrónico; quemacocos; palanca de cambios en el piso; sistema de sonido con capacidad para seis discos y entrada auxiliar, que bien podría estar en una posición mejor que arriba del tablero.

Por supuesto que los asientos de ajustan eléctricamente, al igual que los espejos. Los cristales también disponen de su motor para subir y bajar y ahora hay la ayuda de una cámara, cuya pantalla está inteligentemente empotrada en el espejo retrovisor central, para las maniobras de estacionamiento.

El sensor de estacionamiento con alarma auditiva sigue presente y es una ayuda extra, pero su falta de precisión lo hace casi superfluo. Es que este sensor pita de manera continua ­ - señal de que el objeto está muy cerca – muy pronto, haciendo que tengamos que renunciar a unos 30 centímetros de espacio, lo que en un vehículo de más de cinco metros de largo, es un verdadero desperdicio.

Otro detalle de ajuste fino que le falta es el accionamiento automático de los faros, que sólo se da cerca de 20 segundos después de que entramos a un túnel, cuando en la mayoría de los casos, hasta ya salimos de éste.

El manejo aún es muy bueno y parte de esto se debe a la máquina V8 de 5.4 litros y 300 caballos de fuerza. En conjunto con la caja automática de cuatro velocidades, este motor le da mucha suavidad y potencia suficiente para la conducción normal, además del torque necesario cuando queremos arranca r rápido, hacer un rebase, cargar peso o subir pendientes prolongadas. Claro que ya hay más poder en el mercado, pero con la gasolina subiendo su precio a cada día, la mezcla razonable de la Lobo es una ventaja considerable.

Para usar la Lobo en la ciudad, hay que estar acostumbrados. De otra manera, la sensación es similar a correr en motocicleta en la sala de nuestra casa. Es que debido a sus dimensiones, las curvas deben ser más amplias y las reacciones, más lentas.

Pero en carretera, principalmente en una autopista, la Lobo se encuentra en su hábitat. Rueda a sus anchas, con gran estabilidad y aplomo. Cuando no transporta carga, se siente ya la falta de una mayor rigidez estructural, algo que el modelo 2009 promete ofrecer.

Esto no hace de ésta una mala camioneta, al contrario, la Lobo, a pesar de su inminente reemplazo, aún es un vehículo digno, que merece ser tomado en consideración.

La versión Harley-Davidson es, tal vez, la más personal de las camionetas personales de Ford y el que la tiene, la porta con orgullo, sabedor de que trae en sus manos un vehículo que inspira respeto, admiración y, por qué no, envidia.

Con el próximo arribo de la nueva Lobo, debe tardarse aún un rato en que aparezca de nueva la edición Harley, lo que aumenta aún más el valor de esta camioneta, que no defraudará al que la conduzca.

Ficha Técnica Ford Lobo Harley

Motor: Frontal longitudinal; ocho cilindros en V; 5.4 litros de desplazamiento; SOHC; 24 válvulas; con inyección de combustible secuencial multipunto. Potencia: 300 cv @ 5,000 rpm / Torque: 365 libras-pie @ 3,750 rpm.

Tracción: 4x2.

Transmisión: Automática de cuatro velocidades (4+R), con sobremarcha.

Suspensión: Delantera- Independiente, de doble horquilla de aluminio, con resortes helicoidales. Trasera- De tipo Hotchkiss, con muelles de amortiguadores exteriores.

Frenos: De discos sólidos en las cuatro ruedas, con sistema antibloqueo (ABS).

Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia hidráulica.

Dimensiones y capacidades:

Largo / Ancho / Alto (mm)

5,684 / 2,004 / 1,866

Distancia entre ejes: 3,517 mm

Peso: 2,540 kilogramos.

Tanque- 113 litros.

Carga- 700 kilogramos.

Precio: 469,000 pesos

Resultados de la prueba realizada en el Autódromo Guadalajara:

Aceleración de 0 a 100 km/h: en 11.5 segundos

Frenado de 100 km/h a cero: en 43 metros

Cuarto de milla: 19 segundos a 124.7 km/h

Velocidad máxima gobernada: 165 km/h

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