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Misteriosos hombres verdes

Figuras humanas incorporadas en las fachadas de algunas casas del centro de la ciudad llaman la atención del paseante

GUADALAJARA, JALISCO (18/FEB/2012).- Los rostros de los Hombres Verdes observan el acontecer del centro de la ciudad desde un lugar privilegiado. Si el transeúnte –por el contrario– quiere encontrar esas misteriosas y vigilantes expresiones faciales, es preciso que camine por la acera con un ritmo pausado y una mirada atenta hacia lo alto.    

Ubicados sobre los muros, en las claves de los arcos, o los capiteles de las columnas de ciertas construcciones de cantera gris, estos mascarones con rasgos de hombres maduros tallados en piedra, se distinguen por tener alrededor –o como parte de sus facciones– hojas, ramas y elementos vegetales.  Y es de ahí que adquieren su nombre, pues a diferencia de lo que se podría creer no están pintados de verde, sino que esta figura proveniente de las antiguas leyendas europeas representa a la entidad masculina de la naturaleza: a la contraparte de la Madre Tierra necesaria para que exista un equilibrio.

Aunque la costumbre de incorporar figuras humanas en la arquitectura viene desde la antigüedad –tal como las famosas columnas con cuerpo de mujer llamadas cariátides–, los rostros de hombres verdes que todavía se encuentran hoy en Guadalajara, yacen en edificaciones de estilo ecléctico, construidas a finales del siglo XIX y principios del XX.

Algunos de los mejor conservados se localizan en la Casa Urzúa (ubicada en la esquina de las calles Pedro Moreno y 8 de julio); en el edificio Camarena (en Ocampo casi esquina con Juárez), donde actualmente hay una farmacia y una tienda de videos; y en la casa Severa Rivas (esquina de Colón y Madero), construida por el ingeniero Guillermo de Alba en 1908.

Misterios en la ciudad

Jaime Lubín empezó a documentar la existencia de estos curiosos personajes hace unos 25 años, pues desde entonces practica el “arte de pensar a pie”, actividad en la que se incluye el vagar por el centro para descubrir los misterios que guardan los viejos muros. Su profundo conocimiento de estas calles lo ha llevado a organizar paseos guiados en numerosas ocasiones, a lo largo de los cuales se van revelando al peregrino urbano éste y otros enigmas similares.

El diseñador, filósofo, maestro en comunicación, y especialista en semiótica –quien prefiere definirse como “tapatío de tiempo completo”– aclara que no trabaja porque tiene muchísimas cosas que hacer: “Entre ellas irme al centro a hacer fotos, tomarme un café de verdad, pasear por aquí y por allá, y encontrar cosas que nadie ve”.

El Hombre Verde o “Green Man”, explica Lubín, “implica la esencia del sentido de la transformación de lo natural, de lo que ya nació”, y su origen da lugar a dos versiones. La primera es la del San Jorge mítico, quien es el santo patrono de Inglaterra, Portugal y distintas comunidades de España: “Jorge es un nombre griego Georgios, el de la Tierra, Geos; el que se mancha los dedos de verde cuando trabaja con las plantas. Es también el de la oración ‘San Jorge: con tu cordón bendito amarra a tus animalitos que ya me voy a dormir’; es como el patrono de los animales de la noche, ya que es la parte viril de la naturaleza”.

Cuenta además que esa fuerza natural también se expresó durante los ciclos de sequía y humedad en el mundo pagano europeo. El dragón representaba la sequedad y era vencido por San Jorge –tal como en la leyenda del reino de Capadocia, en la que el caballero Jorge rescata a la princesa de la bestia–, y con su triunfo lo verde y la naturaleza se renovaba.

La otra advocación mitológica es mucho más antigua y profunda –explica Lubín– y deriva de los tiempos precristianos: “Aunque es paneuropea, es una figura que viene de las mitologías célticas, y se instaló de una manera muy curiosa como parte del conjunto simbólico de elementos ornamentales y arquitectónicos que estuvieron presentes aquí en la Nueva Galicia y en general en la Nueva España. Yo me encontré muchísimos en Morelia y en Querétaro: en muchas partes los he visto”, narró el investigador.

¿Simple ornamento o presencia mítica?


Alejandro Canales, arquitecto y director de la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO), puntualizó que además de la influencia de la arquitectura ecléctica francesa e italiana –en la que se mezclan los mejores elementos de varios estilos–, la incorporación de rostros humanos a las construcciones, también está presente en ciertas pirámides de las culturas mesoamericanas. De modo que su existencia en ciudades mexicanas “es algo que se da de una manera un tanto natural, porque en México siempre hemos sido bastante barrocos”.

Explicó también que si se examina el programa de estudios de la Escuela de Arquitectura que se incorporó a la UNAM a principios del siglo XX  (antes la Academia de San Carlos), es posible comprobar que dicha práctica era común en la época, ya que en éste se incluían materias como estilos de ornamentación, modelado, arquitectura comparada, composición y flora ornamental. 

Para Lubín, sin embargo, los Hombres Verdes de las casonas del centro no son solamente los ornamentos típicos que fueron implementados por el capricho del dueño, sino que éstos forman parte de una presencia importante en la ciudad. “Es una forma pagana de reconocer las fuerzas naturales que después se sincretizaron y se convirtieron en diferentes santos”, dice, tal como las figuras mitológicas –entre ellas el Santiago– que se designaban antiguamente para la protección de los hogares.

“Es simpático ver cómo aparecen estas presencias de diferentes figuras con lanzas, espadas, y caballos, y siempre luchan con alguna forma del mal. Es nuestra forma de encontrar un caballero andante que nos rescata de las acechanzas del enemigo. Y siempre las encontramos: pasamos de un San miguel a un Santiago, de un Santiago a un Hombre Verde, y es interesante como estas figuras patronales generan una especie de red de tensiones invisible, casi imperceptible”.

Lamentablemente para Lubín, tanto los Hombres Verdes como otras figuras mitológicas se han ido esfumando del conocimiento popular, “porque estamos en este síndrome donde hasta lo de mentiras es falso. Esta es una ciudad de ruinas anticipadas y la mayoría de la gente no tiene idea de donde está, pero Guadalajara está llena de cosas maravillosas que tenemos que ver. Y   eso significa revalorarla”.

PARA SABER
Busque a los Hombres Verdes


* Casa Urzúa: Ubicada en la esquina de Pedro Moreno y 8 de julio, en la acera del lado izquierdo si se baja hacia avenida 16 de septiembre. La planta baja de la vieja casona es hoy el Californias Bar.

* Edificio Camarena: si uno se ubica en contra esquina del Laboratorio de Arte Variedades (LARVA), podrá apreciar los Hombres Verdes sobre la calle de Ocampo, casi esquina con Juárez, en el mismo edificio en el que hoy se encuentra una farmacia y una tienda de videos.

* Casa Severa Rivas: en la esquina de Colón y Madero, donde actualmente hay un almacén de utensilios de cocina.

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