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Los guardianes del sabor

Los encargados de atender las necesidades de los clientes en los hoteles desde la época medieval también brillan al recomendar buenos platillos

GUADALAJARA, JALISCO (15/SEP/2014).- Para cualquiera que haya viajado lo suficiente y haya hecho uso de las instalaciones de un hotel de prestigio probado, la figura de un “concierge” no le será extraña; así, derivado del “portero” tradicional, en hotelería el puesto implica atender y asistir a los huéspedes en lo que concierne a una amplia gama de servicios, como reservaciones para restaurantes o viajes, renta de vehículos, recomendaciones sobre sitios para la vida nocturna, boletos para diferentes espectáculos o cualquier detalle que signifique “solucionar” una necesidad o problema para quienes son clientes de hoteles.

Ganando terreno

En México, la figura del concierge como tal no tiene muchos años de ser reconocida —por lo regular, los hoteles cuentan con un departamento de servicio a clientes o con capitanes de botones— pero, como señala el presidente de la Asociación Nacional de Concierges Región Occidente, Eduardo González, hoy día registra poco menos de 120 asociados a nivel República (cuatro de ellos en esta región), pero siempre con el compromiso distintivo de “brindar servicios al huésped, atendiendo sus necesidades sin decir ‘no’ hasta no agotar cualquier recurso; los únicos límites son la legalidad y la moral, mucho de lo cual se estipula en los reglamentos internos de cada empresa (de los que no se distancian los estatutos de la asociación)”.

Ante un espectro “incontable” de obligaciones, lo más característico es vincularse con servicios “de orden turístico, haciendo hincapié en recomendaciones gastronómicas -sobre todo, para hacer reservaciones- y con un amplio conocimiento de lo que ofrece en este ámbito el centro histórico y otras zonas, donde además se brinda información acerca de sus edificaciones importantes, arquitectura, historia”.

Con más de dos décadas en el ámbito de la hotelería, González destaca que no existen instituciones formales para la formación de un concierge que, destaca, “se prepara a través de la práctica y con los años, para dominar todas las funciones y necesidades, de ahí que una característica esencial del oficio es estar debidamente informados y documentados”.

Variedad de opciones

Uno de los aspectos centrales dentro del ejercicio del concierge es la promoción gastronómica, algo para lo cual —dice González— es importante “conocer” los diferentes establecimientos y variedad de menús, servicio y especialidades; en esta ciudad, bajo el concepto de servir al cliente de manera debida, las ventajas consisten en contar con “una gran variedad en comida internacional, mexicana y regional, en diferentes categorías, desde la alta cocina hasta opciones módicas; el directorio de opciones es amplio”.

Para el concierge, en la actualidad, se necesita estar informado de las opciones de actualidad en el rubro, “como los restaurantes de cocina-fusión, los cuales están de moda desde hace unos años y presentan especialidades que son solicitadas; por otra parte, se requiere conocer también los sitios tradicionales o de fama, lo mismo que aquellos que cambien de nombre. La ventaja, en este sentido, es que no deja de haber novedades. La idea es, siempre, difundir y promover de la mejor manera”.

Un poco de historia

Aunque la palabra concierge proviene de la voz latina “conservus” (que equivale a “sirviente”), una raíz más directa nos lleva a la época feudal, en la que un “guardián de los candiles” (de comte des cierges) era la persona encargada de complacer las peticiones o requerimientos de las visitas reales a los palacios, oficio que se extendió por Europa (como los guardianes de las llaves en castillos y edificios de gobierno).

En Francia, durante el siglo XII, se introdujo el término “le Portier” para designar a los oficiales del palacio cuyo trabajo era proteger al rey, función que con el tiempo se delegó en parte a otros miembros de la corte (ahora sí, los concierges); cuando el incremento de viajes por tren y barco forzó al desarrollo de los hoteles de negocios y placer (aproximadamente en el siglo XVIII), surgió el concierge como personaje de la industria, caracterizado por su “saber hacer” y el tacto para tratar con los asuntos de aquellos a quienes servían.

En ,la cultura española, se conoce a muchos concierges con el nombre de “porteros”, pero con la transformación de los hoteles en los negocios que conocemos hoy día, ya se les conoce por el nombre que evoca la “conserjería” como una tradición importante y un ingrediente esencial de servicio para cualquier hotel que busque ofrecer servicios profesionales “de clase mundial”.

A TOMAR EN CUENTA
Promoción gastronómica


Con cinco años de existencia y encabezada por Rubén Hernández —periodista con 30 años de experiencia en este ámbito—, la revista “Crónicas del sabor” es asimismo una agencia de prensa gastronómica, cuyos temas se centran en un rubro que, en México, últimamente ha logrado captar a una mayor cantidad de público no especializado —que no son chefs o sommeliers— que demanda información, cada vez más, sobre comida y especialidades culinarias.

Como una agencia, la revista genera información profesional para aquellos interesados en el tema y, también, para quien ofrece sus servicios y productos (desde restaurantes hasta bodegas vinícolas); así, además de presentarse en formato electrónico, ofrece sus contenidos a distintas publicaciones de circulación nacional, entre diarios y revistas.

En opinión de Hernández, la promoción gastronómica en el sector turístico es “fundamental”; con todo, aunque se cuenta incluso con la denominación como Patrimonio Cultural de la Humanidad, no se ha explotado debidamente en promoción y difusión de la cocina nacional.

Promover un destino no es sólo destacar su arquitectura, diversiones o artesanías; también es comer. Existe ya un turismo especializado y, además, lo primero que se pregunta al visitar una ciudad es justamente dónde se va a comer. Una buena parte de la memoria después de un viaje lo constituye, justamente, lo que se degustó. De igual manera, es una plataforma económica que comienza a ser aprovechada; claro, ofrecer calidad abre siempre opciones y posibilidades de negocio para cualquier comunidad.

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