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Locos por la playera
Si cuando se compran camisetas de futbol sólo se modifica el mes de fabricación y alguna línea de color distinto, ¿se trata de exprimir al fanatismo en su más alto desempeño?
GUADALAJARA, JALISCO (08/JUN/2014).- Cuando una mujer compra tres pares de zapatos del mismo color, digamos rojos, cualquier hombre podría plantear la pregunta: ¿para qué te compras otro par rojo si ya tienes dos más?, sin entrar en el detalle de que puedan ser de día, de noche, con tacón, de fiesta, etcétera. Pero cuando se habla de las camisetas de futbol del mismo equipo que, predominantemente hombres, compran cada tres, seis o 12 meses, con la diferencia de una línea de color distinto o un detalle en el diseño del cuello, sería prudente ver si también se habla de moda.
Las camisetas de futbol cambian religiosamente, porque así funciona el negocio, y cuestan entre 700 y dos mil 300 pesos, entonces ¿qué hace que un fanático o fanática del futbol quiera gastar tanto en un producto prácticamente igual a los que ya tiene en su clóset?
Algunos de los tapatíos a los que se les cuestionó sobre el tema argumentan que no se trata de estar a la moda, sino de “cumplir con el deber de fan”. Esto lo dice Arturo, un aficionado al Barcelona que compra todos los años su camiseta nueva. Este año acaba de pedir la correspondiente que le cuesta 110 euros, unos mil 800 pesos y, como también es fanático del Cruz Azul, hace lo respectivo con la camiseta cada seis meses, que le cuesta entre 700 y mil pesos, con un gasto anual que ronda los tres mil 500 pesos.
Otro de los entrevistados, José, dice que hasta cierto punto sí se habla de moda ya que influye si el diseño nuevo le gusta o no. “Por ejemplo, con Chivas ha pasado que cuando lo tenía una marca, sacaron unos jerseys horribles y no los compré, pero al final, si el diseño del equipo al que le vas te gusta, sólo va a estar disponible un año”.
Estrategias de compra
Así como en algunos tianguis de la ciudad se puede ver a las mujeres arrebatándose las prendas de las manos, recién liberadas de las pacas aún con etiqueta o en los montones de fayuca, los hombres fanáticos de este coleccionismo también utilizan estrategias poco convencionales. Ricardo, un coleccionista de camisetas de Chivas —“sólo de Chivas”, aclara—, quien construyó un clóset especial para su colección que luego le quedó chico; dice que las de manga larga son sus favoritas y que en ediciones anteriores a 2005 son difíciles o raras de encontrar.
“Tienes que buscarlas en tianguis denominados de pulgas, en El baratillo o con distintos coleccionistas que a lo mejor tienen la playera que a ti te gusta y tú tienes otra para intercambiar. Pero donde más he encontrado las que me gustan es en el estadio, ya sea antes en el Jalisco o ahora en el Omnilife, donde suele ir gente que lleva unas muy buenas playeras y ahí literalmente las desnudas, ya sea ofreciéndoles dinero o intercambiando su playera vieja por la que está actualmente”.
El mismo coleccionista dice que hay variantes, sobre todo en sponsors o patrocinadores y que en el Guadalajara ha sido una constante desde hace varios años que se puede usar el mismo modelo y sólo se cambia un patrocinador en la manga, pecho o espalda, entonces esa “pequeña” variante hace a la camiseta más atractiva, “porque, como coleccionista, quieres tener todas las playeras y no se te puede ir ninguna, por más pequeño que sea ese cambio, es lo que la hace ser apetitosa, aunque sea el mismo modelo”.
También Luis, que tiene una colección de 97 camisetas de todos los equipos, sin excepción, y en especial del Atlas, dice que gasta al año unos cinco mil pesos, aunque asegura que trata de no gastar mucho y que aprovecha en rebajas y ofertas. Nuevas, sólo compra las del Atlas.
“Trato de buscar ofertas. Eso sí, sólo colecciono playeras originales, piratas no, y algunas réplicas. Cuando se trata de camisetas muy viejas es casi imposible conseguir las originales pero no lo hago por moda, porque no me puedo gastar mil pesos en una playera, por eso mejor espero una temporada y la compro a mitad de precio”.
En los comercios
“Esa tiene el 50”, dice un vendedor mientras se acerca, refiriéndose a la tercera camiseta de las Chivas a la que también llaman “de gala”. Esta tiene unos dos meses en el mercado. Le pregunto si es la última que salió y responde que sí, pero que en menos de un mes ya saldrá la próxima.
“La de las Chivas es el mejor ejemplo, porque aún no sacamos la playera nueva y ya está al 50 por ciento de descuento. Eso quiere decir que no se movió bien; su precio normal era $1,099 y ahora te queda en $545”.
Además, comenta que el torneo de Chivas dura seis meses y que se supone que se hace el cambio de playera cada medio año, pero Chivas ha hecho hasta dos cambios en el periodo, “como se vende muchísimo pueden hacer eso. Y si no les funciona hacen esto de poner el 50% y se vuelve a sacar un nuevo modelo”.
El experto joven vendedor dice que en la tienda ya saben qué talla será la más buscada de cada club. “Aquí, la de las Chivas la compran mucho señores y las primeras que se terminan son las tallas grande y extra grande y, por ejemplo, la del Real Madrid, los que más la compran son chavitos y ahí se terminan primero las tallas chicas”.
En otra tienda, en la que tienen las camisetas de los 32 países que van al mundial, el encargado comenta que las de México, Alemania y Argentina son las que más se venden.
Respecto a los costos y los cambios de modelos explica que las camisetas de todas las selecciones cuestan mil 99 pesos, pero que esto varía porque es versión de aficionados. La versión de jugadores cuesta desde mil 799 hasta dos mil 300 pesos. Dice que la camiseta de aficionado de México cambia en el tipo de tecnologías que tiene la tela, lo que claramente puede provocar que el aficionado gaste más en otra “verde”.
El vendedor explica que en la playera actual de la selección mexicana el tipo de corte “es más ajustado al cuerpo, le da mayor compresión y permite que los músculos no tengan tantas vibraciones, así como el tipo de tela es distinto y la tecnología que hace a la playera nueve gramos más ligera”.
Otro extra de dinero que el comprador está expuesto a gastar es la personalización de la camiseta; esto es que la tienda tiene la plancha con números y nombres de los jugadores para que se personalice el artículo de acuerdo al jugador. A la misma playera que cuesta mil 99 pesos se le suman 249 por este servicio, sin contar si se quiere el sello original de la Champions League, por ejemplo, que también se puede hacer en la tienda. “Todo esto de la personalización es muy solicitado porque, todos sabemos, los jugadores estrella de cada equipo llaman bastante la atención”.
La lógica de la compra masculina, en su mayoría, es muy parecida a la de las mujeres: saben cuál es la diferencia exacta entre tener varios artículos que a primera vista son iguales, esperan a que pase la temporada para conseguir ofertas y revuelven pilas de ropa en tianguis con tal de encontrar la prenda deseada.
Sea que se considere moda o no, que se eche la culpa a los patrocinadores o que cambie la tecnología de la marca, es seguro que los clubes de futbol siempre tendrán a los que esperan detrás de las vitrinas para comprar el modelo que lleva un nuevo diseño, para que, al adquirirlo, se guarde junto al resto de las docenas de camisetas prácticamente iguales que ya apartaron un lugar en sus clósets. Tanto como tener tres o 10 pares de zapatos del mismo color.
Souvenirs para no olvidar
Aún no empieza el Mundial y ya se ven por varios rincones —en los mundos real y virtual— los “recuerditos” para hacer que esta Copa del Mundo sea inolvidable, como si realmente lo fuera para los hinchas de corazón, quienes seguramente no necesitarán de un objeto para recodar cuál fue la mascota de hace cuatro años o cuáles fueron las sedes de hace 12 años.
Pero parece que sí, porque sí se es un fanático de corazón, la mejor forma de demostrarlo es haciéndose con la mayor cantidad posible de souvenirs: que el llavero de la mascota del Mundial —o de todas las formas que se puedan imaginar y que tengan alguna ligera relación con el asunto—, que el monito que baila mientras el coche corre velozmente por las calles, que la copia de copala pulsera, la playera, la peluca, la trompeta; cualquier cantidad de cosas que ya se han puesto a la venta para mostrar que el mundial no sólo trata de goles, sino de mucha mercadotecnia, pesos y centavos.
Y claro, hay lugar para el comercio ilegal, pues las autoridades brasileñas recién han dado a conocer una lista sobre los “objetos” que no pueden considerarse un souvenir, como es el caso de los animales silvestres, así quien intente salir del país con un elemento prohibido, podría recibir un castigo.
TOMA NOTA
Para tu armario
Estamos a nada de que comience el Mundial, así que si quieres “cumplir” con tu tarea de fan, debes adquirir tu playera favorita, hay 32 opciones para elegir: Argentina, Australia, Brasil, Corea del Sur, Costa Rica, Estados Unidos, Irán, Italia, Japón, Alemania, Holanda, Bélgica, Colombia, Suiza, Rusia, Bosnia, Inglaterra, España, Chile, Ecuador, Honduras, Camerún, Costa de Marfil, Nigeria, Ghana, Argelia, Portugal, Francia, Croacia, Grecia, México y Uruguay.
Las camisetas de futbol cambian religiosamente, porque así funciona el negocio, y cuestan entre 700 y dos mil 300 pesos, entonces ¿qué hace que un fanático o fanática del futbol quiera gastar tanto en un producto prácticamente igual a los que ya tiene en su clóset?
Algunos de los tapatíos a los que se les cuestionó sobre el tema argumentan que no se trata de estar a la moda, sino de “cumplir con el deber de fan”. Esto lo dice Arturo, un aficionado al Barcelona que compra todos los años su camiseta nueva. Este año acaba de pedir la correspondiente que le cuesta 110 euros, unos mil 800 pesos y, como también es fanático del Cruz Azul, hace lo respectivo con la camiseta cada seis meses, que le cuesta entre 700 y mil pesos, con un gasto anual que ronda los tres mil 500 pesos.
Otro de los entrevistados, José, dice que hasta cierto punto sí se habla de moda ya que influye si el diseño nuevo le gusta o no. “Por ejemplo, con Chivas ha pasado que cuando lo tenía una marca, sacaron unos jerseys horribles y no los compré, pero al final, si el diseño del equipo al que le vas te gusta, sólo va a estar disponible un año”.
Estrategias de compra
Así como en algunos tianguis de la ciudad se puede ver a las mujeres arrebatándose las prendas de las manos, recién liberadas de las pacas aún con etiqueta o en los montones de fayuca, los hombres fanáticos de este coleccionismo también utilizan estrategias poco convencionales. Ricardo, un coleccionista de camisetas de Chivas —“sólo de Chivas”, aclara—, quien construyó un clóset especial para su colección que luego le quedó chico; dice que las de manga larga son sus favoritas y que en ediciones anteriores a 2005 son difíciles o raras de encontrar.
“Tienes que buscarlas en tianguis denominados de pulgas, en El baratillo o con distintos coleccionistas que a lo mejor tienen la playera que a ti te gusta y tú tienes otra para intercambiar. Pero donde más he encontrado las que me gustan es en el estadio, ya sea antes en el Jalisco o ahora en el Omnilife, donde suele ir gente que lleva unas muy buenas playeras y ahí literalmente las desnudas, ya sea ofreciéndoles dinero o intercambiando su playera vieja por la que está actualmente”.
El mismo coleccionista dice que hay variantes, sobre todo en sponsors o patrocinadores y que en el Guadalajara ha sido una constante desde hace varios años que se puede usar el mismo modelo y sólo se cambia un patrocinador en la manga, pecho o espalda, entonces esa “pequeña” variante hace a la camiseta más atractiva, “porque, como coleccionista, quieres tener todas las playeras y no se te puede ir ninguna, por más pequeño que sea ese cambio, es lo que la hace ser apetitosa, aunque sea el mismo modelo”.
También Luis, que tiene una colección de 97 camisetas de todos los equipos, sin excepción, y en especial del Atlas, dice que gasta al año unos cinco mil pesos, aunque asegura que trata de no gastar mucho y que aprovecha en rebajas y ofertas. Nuevas, sólo compra las del Atlas.
“Trato de buscar ofertas. Eso sí, sólo colecciono playeras originales, piratas no, y algunas réplicas. Cuando se trata de camisetas muy viejas es casi imposible conseguir las originales pero no lo hago por moda, porque no me puedo gastar mil pesos en una playera, por eso mejor espero una temporada y la compro a mitad de precio”.
En los comercios
“Esa tiene el 50”, dice un vendedor mientras se acerca, refiriéndose a la tercera camiseta de las Chivas a la que también llaman “de gala”. Esta tiene unos dos meses en el mercado. Le pregunto si es la última que salió y responde que sí, pero que en menos de un mes ya saldrá la próxima.
“La de las Chivas es el mejor ejemplo, porque aún no sacamos la playera nueva y ya está al 50 por ciento de descuento. Eso quiere decir que no se movió bien; su precio normal era $1,099 y ahora te queda en $545”.
Además, comenta que el torneo de Chivas dura seis meses y que se supone que se hace el cambio de playera cada medio año, pero Chivas ha hecho hasta dos cambios en el periodo, “como se vende muchísimo pueden hacer eso. Y si no les funciona hacen esto de poner el 50% y se vuelve a sacar un nuevo modelo”.
El experto joven vendedor dice que en la tienda ya saben qué talla será la más buscada de cada club. “Aquí, la de las Chivas la compran mucho señores y las primeras que se terminan son las tallas grande y extra grande y, por ejemplo, la del Real Madrid, los que más la compran son chavitos y ahí se terminan primero las tallas chicas”.
En otra tienda, en la que tienen las camisetas de los 32 países que van al mundial, el encargado comenta que las de México, Alemania y Argentina son las que más se venden.
Respecto a los costos y los cambios de modelos explica que las camisetas de todas las selecciones cuestan mil 99 pesos, pero que esto varía porque es versión de aficionados. La versión de jugadores cuesta desde mil 799 hasta dos mil 300 pesos. Dice que la camiseta de aficionado de México cambia en el tipo de tecnologías que tiene la tela, lo que claramente puede provocar que el aficionado gaste más en otra “verde”.
El vendedor explica que en la playera actual de la selección mexicana el tipo de corte “es más ajustado al cuerpo, le da mayor compresión y permite que los músculos no tengan tantas vibraciones, así como el tipo de tela es distinto y la tecnología que hace a la playera nueve gramos más ligera”.
Otro extra de dinero que el comprador está expuesto a gastar es la personalización de la camiseta; esto es que la tienda tiene la plancha con números y nombres de los jugadores para que se personalice el artículo de acuerdo al jugador. A la misma playera que cuesta mil 99 pesos se le suman 249 por este servicio, sin contar si se quiere el sello original de la Champions League, por ejemplo, que también se puede hacer en la tienda. “Todo esto de la personalización es muy solicitado porque, todos sabemos, los jugadores estrella de cada equipo llaman bastante la atención”.
La lógica de la compra masculina, en su mayoría, es muy parecida a la de las mujeres: saben cuál es la diferencia exacta entre tener varios artículos que a primera vista son iguales, esperan a que pase la temporada para conseguir ofertas y revuelven pilas de ropa en tianguis con tal de encontrar la prenda deseada.
Sea que se considere moda o no, que se eche la culpa a los patrocinadores o que cambie la tecnología de la marca, es seguro que los clubes de futbol siempre tendrán a los que esperan detrás de las vitrinas para comprar el modelo que lleva un nuevo diseño, para que, al adquirirlo, se guarde junto al resto de las docenas de camisetas prácticamente iguales que ya apartaron un lugar en sus clósets. Tanto como tener tres o 10 pares de zapatos del mismo color.
Souvenirs para no olvidar
Aún no empieza el Mundial y ya se ven por varios rincones —en los mundos real y virtual— los “recuerditos” para hacer que esta Copa del Mundo sea inolvidable, como si realmente lo fuera para los hinchas de corazón, quienes seguramente no necesitarán de un objeto para recodar cuál fue la mascota de hace cuatro años o cuáles fueron las sedes de hace 12 años.
Pero parece que sí, porque sí se es un fanático de corazón, la mejor forma de demostrarlo es haciéndose con la mayor cantidad posible de souvenirs: que el llavero de la mascota del Mundial —o de todas las formas que se puedan imaginar y que tengan alguna ligera relación con el asunto—, que el monito que baila mientras el coche corre velozmente por las calles, que la copia de copala pulsera, la playera, la peluca, la trompeta; cualquier cantidad de cosas que ya se han puesto a la venta para mostrar que el mundial no sólo trata de goles, sino de mucha mercadotecnia, pesos y centavos.
Y claro, hay lugar para el comercio ilegal, pues las autoridades brasileñas recién han dado a conocer una lista sobre los “objetos” que no pueden considerarse un souvenir, como es el caso de los animales silvestres, así quien intente salir del país con un elemento prohibido, podría recibir un castigo.
TOMA NOTA
Para tu armario
Estamos a nada de que comience el Mundial, así que si quieres “cumplir” con tu tarea de fan, debes adquirir tu playera favorita, hay 32 opciones para elegir: Argentina, Australia, Brasil, Corea del Sur, Costa Rica, Estados Unidos, Irán, Italia, Japón, Alemania, Holanda, Bélgica, Colombia, Suiza, Rusia, Bosnia, Inglaterra, España, Chile, Ecuador, Honduras, Camerún, Costa de Marfil, Nigeria, Ghana, Argelia, Portugal, Francia, Croacia, Grecia, México y Uruguay.