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¡Frankenstein, un monstruo nacido por el rock!
El personaje: un equipo que va a cimbrar
Estaba destinado a ocurrir. Por un lado el monstruo, el ente, la aberración, el ser demoniaco tenebroso, incomprendido, de naturaleza misteriosa y pasiones desbordadas. Del otro, el sonido, suena el rock, estigmatizado, perseguido, prohibido, desterrado.
Sintetizarlos en un único elemento había resultado imposible hasta que llegó la chispa, un rayo creativo en la mente de un artista que vio en ambas expresiones demasiadas similitudes para ser ignoradas. José Fors, vocalista de Cuca y Forseps, y artista plástico, concreta los sueños y pesadillas que se han dibujado en su mente por más de una década, el llevar a escena una obra de teatro, una ópera rock, que fusiona la belleza y monstruosidad del rock con el mito del ente de Frankenstein.
Como si fuera el científico de la novela original de Mary Shelley, Fors se puso a recolectar las piezas para su creación. Voces, escenógrafos, músicos, el recinto ideal. La formula no permitía errores, ningún elemento está de sobra.
Hoy, el sueño de José Fors toma forma, Frankenstein, la ópera rock, un monstruo en esencia más tapatío que europeo, que dará sus primeros pasos en el Teatro Diana. Antes, el músico accede a hablar junto con varios miembros de elenco en una entrevista donde revela cuánto tiempo tuvo que convivir con el monstruo en su cabeza, cuál es la relación de cada miembro con los personajes y a dónde planea llevar a su “ente”.
La llamada del monstruo
No hay “pierde” cuando se trata de buscar al equipo creativo de Frankenstein. Ensayan en una casa cerca a la Calzada Independencia, una como tantas en apariencia, que se distingue por los sonidos que emanan. Porque desde la calle se escuchan el afinar de los acordes, los gritos de Jobo Panteras y la sepulcral voz de Fors. En la entrada nos recibe Ugo con una gran sonrisa, y nos introduce al recinto. Adentro se vive un torbellino creativo, las ideas caen como lluvia y solo por un momento los cinco integrantes de la puesta en escena se sientan en un sillón y entonces, comienza la charla cuando todavía hay luz del sol entrando por la ventana. No sabemos qué camino tomará…
¿Por qué la combinación de rock y “Frankenstein”?
José Fors: “A estas alturas hablar de rock y hablar de Frankenstein es hablar de lo mismo, es alto voltaje, electricidad, monstruos, algo que está satanizado. El rock y el monstruo de Frankenstein, llevan mucho tiempo sobre el planeta, dos cosas que siempre han querido eliminar y nunca han podido; entonces creo que el haber hecho la novela dentro de una ópera rock fue la mejor decisión”.
¿Cuál es la fórmula que seguiste para crear a este monstruo?
Fors: “Nace con la necesidad de trabajar lo que es lo visual, la música, una serie de elementos a la vez. Mira, llevo casi diez años masticando la idea de Frankenstein, hasta que se concretó con la ayuda de la Universidad de Guadalajara y con todos los elementos finalmente reunidos, pensé: ‘vamos haciéndolo realidad’. Entonces después de eso comencé a pensar ‘¿con qué gente podría trabajar en este proyecto?’.
El primero que elegí fue Alfredo Sánchez, que me ayudó a poner las canciones. De allí a trabajar con los miembros de Forseps y otros músicos, y posteriormente comenzar a escoger a los cantantes. Luego lo grabamos y alistamos los arreglos de orquesta, que los hizo Armando Chong. De allí, a empezar con el montaje, vestuario, escenografía. Por ejemplo Chava (vocalista de La Casta) hizo los vestuarios en la Ciudad de México.
Empezamos desde octubre con los ensayos en el Teatro Diana, viendo cómo estaba agarrando forma este ente. Enseguida trabajamos con Jobo Pantera toda la realidad virtual que va a ser proyectada en escena. Ha resultado ser un espectáculo multimedia, donde hay video, danza, música, actuación. Una serie de cosas que estamos juntando para construir a este hermoso monstruo”.
Me gusta el concepto, “hermoso monstruo”. Pregunta abierta para todo el elenco, ¿Cuál fue el primer acercamiento con esta “hermosura”?
Fors: “El primer Frankenstein que conocí fue el de James Whale en la película de 1931. De allí fue la novela y cada cosa que vas leyendo de Frankenstein te va acercando más a él”.
Vera Concilión: “Yo vivo con el fan número uno de Frankenstein, así que era inevitable (risas)”.
Ugo Rodríguez: “Creo que el personaje, el ente, es parte del inconsciente colectivo. Aquí conocí su naturaleza y pues, a partir de que me invitan, es que me he ido adentrando cada vez más. Es una historia atemporal, con un montón de simbologías muy vigentes, incluso para la época actual”.
Valentina González: “Creo que lo conocí en la familia Monster (risas), es el primero que veo. Es un personaje entrañable”.
Alfredo Sánchez: “Todos hemos oído hablar de Frankenstein o hemos tenido relación con el personaje en diferentes épocas, desde la infancia. Pero confieso que apenas ahora que me involucré en el proyecto, y José me pasó algunas películas que tenía, empecé a entenderlo un poco más y a comprender la vigencia que tiene el personaje. Creo que eso se va a reflejar en la obra”.
Jobo Pantera: “También desde chavo me gusta. José es uno de mis mejores amigos y nos une el terror (risas). Somos fans de Frankenstein y tengo mucho material sobre él”.
Al momento de comenzar el proyecto, ¿Cuál era el “Frankenstein” que querías llevar a escena?
Fors: “Lo que traté de hacer fue conservar la esencia de la novela de Mary Shelley, pero también tomar de los monstruos que se han ido haciendo. Creo que era muy importante hacer un homenaje a James Whale, por sus películas de la década de los años 30, que por cierto, quién sabe sin esas películas si Frankenstein fuera lo que es hoy en día. Para poner un ejemplo, cuando pensamos en Frankenstein, pensamos en el monstruo de la cabeza plana, ese que es de concepto de Whale, que es un monstruo muy diferente al de la novela.
En esta obra, en el personaje de Ente, estoy tomando la mente de la novela y el aspecto físico (pero no la cabeza plana) que nos presenta Whale en sus películas. Creo que es una síntesis de los Frankenstein que han pasado por la historia”.
José, hablabas de la combinación de elementos para crear la obra que querías, ¿Te costó trabajo convencer a la gente, especialmente a quienes no son actores, de hacer una ópera rock?
Fors: “Sí, me presentaba diciéndoles en su puerta, ‘por favor, se los ruego, éntrenle (risas)’. En cada personaje que aparece en la obra yo tenía una voz pensada, por ejemplo, la voz de Ugo cantando, interpretando a Víctor Frankenstein, y de veras llegué a preguntarme que pasaría si Ugo me mandaba por un tubo, porque es uno de los pocos que podía hacer este papel”.
Entonces las dotes de Fors como seductor funcionaron, ¿De verdad les rogó en la puerta, o cómo los convenció?
Ugo: “(Risas) De entrada, a todos nos convenció. José es un artista muy querido, lo conozco de hace muchos años y le he seguido la pista. Todo su trabajo como pintor es poco conocido para la gente que conoce a José como Cuca, es un artista reconocido. Y a pesar de que ya tenía un estilo reconocido, ahora ya está en otras ondas, pero es un tipo congruente en sus proyectos. Primero me llegó lo de Frankenstein a manera de chisme y luego me invitó formalmente, y bueno, me sentí muy honrado, además me parece un reto muy atractivo para mí, como cantante, salirme de mi personaje de ‘Ugo Rodríguez, el de Azul Violeta’ y tratar de darle vida a este doctor Víctor Frankenstein que es sumamente complejo y bueno, aquí estoy”.
Valentina: “En ese tiempo yo le estaba dando clases de canto a Vera y en ella me pasaba la información top secret de que José haría una obra. Yo prendía veladoras para entrar y justo cuando estaba trabajando en Monterrey, el propio José me llamó y así fue como entré… encantada, honradísima, emocionadísima, prendidísima (risas)”.
Alfredo: “No pues que más digo…”.
Fors: “Tú échale más (risas)…”.
Alfredo: “A José lo conozco desde hace mucho, nunca trabajamos así de cerca hasta que me integré a Forseps y de allí se dio la invitación a la banda y me dio mucho gusto, porque se había quedado la espinita de hacer algo más en forma, un proyecto complejo, y ahora, con esta oportunidad, siento que todo quedó...”.
Valentina: ¿Saldado?
Alfredo: “¡No! (risas) Saldado hasta que sea el estreno”.
Jobito: “Yo estoy feliz de estar aquí”.
Vera: “No tuvo que convencerme a mí. Yo tuve que convencerlo a él. José siempre tiene en la cabeza proyectos muy interesantes. Pero cuando comenzó con la idea de hacer rock-opera, yo si pensé ‘hacer un musical... qué flojera’. Creo que ese lapsus pendejus me duró muy poquito, porque a partir de que comencé a escuchar la obra me enamoré y también entré al disco”.
Fors: “A mí, cuando me invitaron dije, ‘¡qué buena onda!’ (risas). Se platicó bien la idea del proyecto y aceptaron automáticamente. Yo fui muy afortunado por ese lado de que todo el rollo fuera tan inmediato. Para empezar estamos trabajando con una magna novela de monstruos escrita por una mujer, tiene muchas cosas interesantes y creo que el amor hacia la trama y los elementos se mezclaron bien. Desde que comencé a comentarles sobre la ópera rock me decían ‘perfecto, suena muy bien’, al principio el cuadro que les presento suena complejo, pero nomás pusieron un pie adentro, les cuadró la idea de lo que quería”.
Cuando se piensa en obras musicales coincido con Vera, que van a ser productos muy fresas, pues remiten a “Hello Dolly!” o “Vaselina” ¿Qué pensaron durante los primeros ensayos de la obra?
Fors: “Es que sí, los musicales son muy ‘ñoños’”.
Ugo: “Pero José es rocanrolero de hueso colorado, en su gusto estético y lenguaje pictórico. Desde un principio estaba convencido... no como Vera (risas)”.
Valentina: “Desde el principio me imaginé que iba a ser algo muy interesante. Me bastaba que con saber que era una idea original con gente talentosa para entender que iba a surgir algo maravilloso”.
Alfredo: “Conociendo a José no me imaginé que fuera a ser un musical ‘ñoño’. A mí tampoco me gustan los musicales y he visto pocos, porque tampoco me han llamado la atención. Sí me gustó en su momento Jesucristo Superestrella, por ejemplo, quizá porque era el primero que tenía ese corte”.
Fors: “Y sí, era rocanrolera”.
Alfredo: “Exacto, y estaba padre. Nunca se me cruzó por la mente que fuera a ser una obra popera o sosa”.
Jobo: “Igual”.
Se ha hablado mucho hasta ahora de los nombres y el tono, pero se ha dejado de lado la estética y la música incidental, ¿Qué nos vamos a encontrar en el Diana?
Alfredo: “La música de Frankenstein ya la tenía muy clara José en la cabeza, ya sabía qué quería. La idea era estructurar algunas canciones y si bien hay mucho rock y fuerza, al ser una historia con muchos matices tiene que haber géneros y estilos distintos. Hay desde baladas tranquilas, piezas operísticas, otras más fuertes que están construidas con una estética muy variada pero al mismo tiempo muy poderosa, lo que contribuye a los arreglos, la orquestación, los cantantes que vinieron en el disco y quienes cantarán en el disco.
Es una experiencia muy completa porque, aclaro, no es solamente para los fans del rock pesado, sino para la gente que quiere enfrentarse con una historia entrañable que se puede ver desde muchos puntos de vista”.
Jobo: “Sobre el escenario, comenzamos hace más o menos un año a hacer los bocetos, va a ser algo diferente, minimalista pero con estilo. No va a ser la clásica obra de terror con el escenario saturado, con panteones, todo gótico y con iglesias. Creo que buscamos darle un aire diferente a como se realiza comúnmente el teatro musical. Todos los elementos que se planean le van a dar un toque de frescura a la obra, hay que verla para entenderlo, pues se han trabajado por pedazos, pero tenemos la idea general, el equipo ha contribuido con una visión por donde va la onda”.
“Una obra que se arma en pedazos” sobre un ente que es básicamente pedazos de otras personas. ¿Cómo es trabajar así?
Ugo: “Creo que uno de los grandes logros de este proyecto es haber logrado un equipo donde cada quien suprima su parte individual. Se agradece mucho y se aprecia más. La disposición de los que estamos allí de convertirnos en herramientas bajo la visión tan clara de Fors, él nos da la información y tratamos de llegar a lo que está buscando, se está empezando a hacer una familia muy padre y es como un rompecabezas, justamente se está formando por partes”.
Fors: “Lo bonito de todo esto, de hacer este monstruo, es que trabajamos con plena conciencia de que cada uno somos una pieza de este Frankenstein y tenemos que estar cada uno haciendo bien nuestra chamba para que camine ese ente. Entonces, como la mayoría trabajamos en nuestras propias ondas y componemos las cosas para nuestras bandas, aquí se ha dado un ambiente de trabajo hermoso donde cada quien está en su lugar y sabe cada cual lo que hace. Se siente una fuerza de grupo que es muy difícil sentirla en otro proyecto, porque vamos a ser 37 artistas en escena, más todo el talento que nos va a rodear, músicos, técnicos”.
La anatomía de Frankenstein
José Fors: Rockero, transgresor de lo correcto y eternamente inquieto, tiene una amplia trayectoria en la música, donde se ha desempeñado como vocalista de Mask, Duda Mata, Cuca y Forseps. En la obra da vida a El Ente.
Ugo Rodríguez: Es el doctor Víctor Frankenstein, pero antes de ser galeno ficticio, fue el vocalista del grupo de electro-rock-jazz Azul Violeta. Ahora lidera a los YoYo Beakers y experimenta en la escena musical independiente, además de ir tras proyectos alternos.
Alfredo Sánchez: Escritor, columnista, maestro, locutor y músico (nomás), Frankenstein es la oportunidad para explorar sonidos más oscuros, algo que Alfredo Sánchez había estado esperando. En la obra de teatro se desempeña al mando del piano y los teclados.
Jobo Panteras: “¡Ábranla que lleva bala!”, ese es el grito de batalla del líder de los legendarios Garigoles. Jobo ama todo lo relacionado con el horror y los cómics. En la obra se encuentra metido en el diseño del ambiente que rodeará a Frankenstein y compañía, además de aparecer en escena como asistente.
Valentina González: Nació en Guadalajara en 1980, pero se crió en la música desde que pudo emitir algún sonido. Ha colaborado con diversas bandas (destacando Sweet Electra) y realizado trabajos artísticos para proyectos en cine. En la puesta en escena encarna a Agatha.
Vera Concilión: Participa en Frankenstein como Niña Aldeana. En 2008 lanzó su primera producción como solista, Transparente, donde se nota la influencia en su sonido de Forseps, banda a la que ha pertenecido haciendo coros desde la década pasada.
Sintetizarlos en un único elemento había resultado imposible hasta que llegó la chispa, un rayo creativo en la mente de un artista que vio en ambas expresiones demasiadas similitudes para ser ignoradas. José Fors, vocalista de Cuca y Forseps, y artista plástico, concreta los sueños y pesadillas que se han dibujado en su mente por más de una década, el llevar a escena una obra de teatro, una ópera rock, que fusiona la belleza y monstruosidad del rock con el mito del ente de Frankenstein.
Como si fuera el científico de la novela original de Mary Shelley, Fors se puso a recolectar las piezas para su creación. Voces, escenógrafos, músicos, el recinto ideal. La formula no permitía errores, ningún elemento está de sobra.
Hoy, el sueño de José Fors toma forma, Frankenstein, la ópera rock, un monstruo en esencia más tapatío que europeo, que dará sus primeros pasos en el Teatro Diana. Antes, el músico accede a hablar junto con varios miembros de elenco en una entrevista donde revela cuánto tiempo tuvo que convivir con el monstruo en su cabeza, cuál es la relación de cada miembro con los personajes y a dónde planea llevar a su “ente”.
La llamada del monstruo
No hay “pierde” cuando se trata de buscar al equipo creativo de Frankenstein. Ensayan en una casa cerca a la Calzada Independencia, una como tantas en apariencia, que se distingue por los sonidos que emanan. Porque desde la calle se escuchan el afinar de los acordes, los gritos de Jobo Panteras y la sepulcral voz de Fors. En la entrada nos recibe Ugo con una gran sonrisa, y nos introduce al recinto. Adentro se vive un torbellino creativo, las ideas caen como lluvia y solo por un momento los cinco integrantes de la puesta en escena se sientan en un sillón y entonces, comienza la charla cuando todavía hay luz del sol entrando por la ventana. No sabemos qué camino tomará…
¿Por qué la combinación de rock y “Frankenstein”?
José Fors: “A estas alturas hablar de rock y hablar de Frankenstein es hablar de lo mismo, es alto voltaje, electricidad, monstruos, algo que está satanizado. El rock y el monstruo de Frankenstein, llevan mucho tiempo sobre el planeta, dos cosas que siempre han querido eliminar y nunca han podido; entonces creo que el haber hecho la novela dentro de una ópera rock fue la mejor decisión”.
¿Cuál es la fórmula que seguiste para crear a este monstruo?
Fors: “Nace con la necesidad de trabajar lo que es lo visual, la música, una serie de elementos a la vez. Mira, llevo casi diez años masticando la idea de Frankenstein, hasta que se concretó con la ayuda de la Universidad de Guadalajara y con todos los elementos finalmente reunidos, pensé: ‘vamos haciéndolo realidad’. Entonces después de eso comencé a pensar ‘¿con qué gente podría trabajar en este proyecto?’.
El primero que elegí fue Alfredo Sánchez, que me ayudó a poner las canciones. De allí a trabajar con los miembros de Forseps y otros músicos, y posteriormente comenzar a escoger a los cantantes. Luego lo grabamos y alistamos los arreglos de orquesta, que los hizo Armando Chong. De allí, a empezar con el montaje, vestuario, escenografía. Por ejemplo Chava (vocalista de La Casta) hizo los vestuarios en la Ciudad de México.
Empezamos desde octubre con los ensayos en el Teatro Diana, viendo cómo estaba agarrando forma este ente. Enseguida trabajamos con Jobo Pantera toda la realidad virtual que va a ser proyectada en escena. Ha resultado ser un espectáculo multimedia, donde hay video, danza, música, actuación. Una serie de cosas que estamos juntando para construir a este hermoso monstruo”.
Me gusta el concepto, “hermoso monstruo”. Pregunta abierta para todo el elenco, ¿Cuál fue el primer acercamiento con esta “hermosura”?
Fors: “El primer Frankenstein que conocí fue el de James Whale en la película de 1931. De allí fue la novela y cada cosa que vas leyendo de Frankenstein te va acercando más a él”.
Vera Concilión: “Yo vivo con el fan número uno de Frankenstein, así que era inevitable (risas)”.
Ugo Rodríguez: “Creo que el personaje, el ente, es parte del inconsciente colectivo. Aquí conocí su naturaleza y pues, a partir de que me invitan, es que me he ido adentrando cada vez más. Es una historia atemporal, con un montón de simbologías muy vigentes, incluso para la época actual”.
Valentina González: “Creo que lo conocí en la familia Monster (risas), es el primero que veo. Es un personaje entrañable”.
Alfredo Sánchez: “Todos hemos oído hablar de Frankenstein o hemos tenido relación con el personaje en diferentes épocas, desde la infancia. Pero confieso que apenas ahora que me involucré en el proyecto, y José me pasó algunas películas que tenía, empecé a entenderlo un poco más y a comprender la vigencia que tiene el personaje. Creo que eso se va a reflejar en la obra”.
Jobo Pantera: “También desde chavo me gusta. José es uno de mis mejores amigos y nos une el terror (risas). Somos fans de Frankenstein y tengo mucho material sobre él”.
Al momento de comenzar el proyecto, ¿Cuál era el “Frankenstein” que querías llevar a escena?
Fors: “Lo que traté de hacer fue conservar la esencia de la novela de Mary Shelley, pero también tomar de los monstruos que se han ido haciendo. Creo que era muy importante hacer un homenaje a James Whale, por sus películas de la década de los años 30, que por cierto, quién sabe sin esas películas si Frankenstein fuera lo que es hoy en día. Para poner un ejemplo, cuando pensamos en Frankenstein, pensamos en el monstruo de la cabeza plana, ese que es de concepto de Whale, que es un monstruo muy diferente al de la novela.
En esta obra, en el personaje de Ente, estoy tomando la mente de la novela y el aspecto físico (pero no la cabeza plana) que nos presenta Whale en sus películas. Creo que es una síntesis de los Frankenstein que han pasado por la historia”.
José, hablabas de la combinación de elementos para crear la obra que querías, ¿Te costó trabajo convencer a la gente, especialmente a quienes no son actores, de hacer una ópera rock?
Fors: “Sí, me presentaba diciéndoles en su puerta, ‘por favor, se los ruego, éntrenle (risas)’. En cada personaje que aparece en la obra yo tenía una voz pensada, por ejemplo, la voz de Ugo cantando, interpretando a Víctor Frankenstein, y de veras llegué a preguntarme que pasaría si Ugo me mandaba por un tubo, porque es uno de los pocos que podía hacer este papel”.
Entonces las dotes de Fors como seductor funcionaron, ¿De verdad les rogó en la puerta, o cómo los convenció?
Ugo: “(Risas) De entrada, a todos nos convenció. José es un artista muy querido, lo conozco de hace muchos años y le he seguido la pista. Todo su trabajo como pintor es poco conocido para la gente que conoce a José como Cuca, es un artista reconocido. Y a pesar de que ya tenía un estilo reconocido, ahora ya está en otras ondas, pero es un tipo congruente en sus proyectos. Primero me llegó lo de Frankenstein a manera de chisme y luego me invitó formalmente, y bueno, me sentí muy honrado, además me parece un reto muy atractivo para mí, como cantante, salirme de mi personaje de ‘Ugo Rodríguez, el de Azul Violeta’ y tratar de darle vida a este doctor Víctor Frankenstein que es sumamente complejo y bueno, aquí estoy”.
Valentina: “En ese tiempo yo le estaba dando clases de canto a Vera y en ella me pasaba la información top secret de que José haría una obra. Yo prendía veladoras para entrar y justo cuando estaba trabajando en Monterrey, el propio José me llamó y así fue como entré… encantada, honradísima, emocionadísima, prendidísima (risas)”.
Alfredo: “No pues que más digo…”.
Fors: “Tú échale más (risas)…”.
Alfredo: “A José lo conozco desde hace mucho, nunca trabajamos así de cerca hasta que me integré a Forseps y de allí se dio la invitación a la banda y me dio mucho gusto, porque se había quedado la espinita de hacer algo más en forma, un proyecto complejo, y ahora, con esta oportunidad, siento que todo quedó...”.
Valentina: ¿Saldado?
Alfredo: “¡No! (risas) Saldado hasta que sea el estreno”.
Jobito: “Yo estoy feliz de estar aquí”.
Vera: “No tuvo que convencerme a mí. Yo tuve que convencerlo a él. José siempre tiene en la cabeza proyectos muy interesantes. Pero cuando comenzó con la idea de hacer rock-opera, yo si pensé ‘hacer un musical... qué flojera’. Creo que ese lapsus pendejus me duró muy poquito, porque a partir de que comencé a escuchar la obra me enamoré y también entré al disco”.
Fors: “A mí, cuando me invitaron dije, ‘¡qué buena onda!’ (risas). Se platicó bien la idea del proyecto y aceptaron automáticamente. Yo fui muy afortunado por ese lado de que todo el rollo fuera tan inmediato. Para empezar estamos trabajando con una magna novela de monstruos escrita por una mujer, tiene muchas cosas interesantes y creo que el amor hacia la trama y los elementos se mezclaron bien. Desde que comencé a comentarles sobre la ópera rock me decían ‘perfecto, suena muy bien’, al principio el cuadro que les presento suena complejo, pero nomás pusieron un pie adentro, les cuadró la idea de lo que quería”.
Cuando se piensa en obras musicales coincido con Vera, que van a ser productos muy fresas, pues remiten a “Hello Dolly!” o “Vaselina” ¿Qué pensaron durante los primeros ensayos de la obra?
Fors: “Es que sí, los musicales son muy ‘ñoños’”.
Ugo: “Pero José es rocanrolero de hueso colorado, en su gusto estético y lenguaje pictórico. Desde un principio estaba convencido... no como Vera (risas)”.
Valentina: “Desde el principio me imaginé que iba a ser algo muy interesante. Me bastaba que con saber que era una idea original con gente talentosa para entender que iba a surgir algo maravilloso”.
Alfredo: “Conociendo a José no me imaginé que fuera a ser un musical ‘ñoño’. A mí tampoco me gustan los musicales y he visto pocos, porque tampoco me han llamado la atención. Sí me gustó en su momento Jesucristo Superestrella, por ejemplo, quizá porque era el primero que tenía ese corte”.
Fors: “Y sí, era rocanrolera”.
Alfredo: “Exacto, y estaba padre. Nunca se me cruzó por la mente que fuera a ser una obra popera o sosa”.
Jobo: “Igual”.
Se ha hablado mucho hasta ahora de los nombres y el tono, pero se ha dejado de lado la estética y la música incidental, ¿Qué nos vamos a encontrar en el Diana?
Alfredo: “La música de Frankenstein ya la tenía muy clara José en la cabeza, ya sabía qué quería. La idea era estructurar algunas canciones y si bien hay mucho rock y fuerza, al ser una historia con muchos matices tiene que haber géneros y estilos distintos. Hay desde baladas tranquilas, piezas operísticas, otras más fuertes que están construidas con una estética muy variada pero al mismo tiempo muy poderosa, lo que contribuye a los arreglos, la orquestación, los cantantes que vinieron en el disco y quienes cantarán en el disco.
Es una experiencia muy completa porque, aclaro, no es solamente para los fans del rock pesado, sino para la gente que quiere enfrentarse con una historia entrañable que se puede ver desde muchos puntos de vista”.
Jobo: “Sobre el escenario, comenzamos hace más o menos un año a hacer los bocetos, va a ser algo diferente, minimalista pero con estilo. No va a ser la clásica obra de terror con el escenario saturado, con panteones, todo gótico y con iglesias. Creo que buscamos darle un aire diferente a como se realiza comúnmente el teatro musical. Todos los elementos que se planean le van a dar un toque de frescura a la obra, hay que verla para entenderlo, pues se han trabajado por pedazos, pero tenemos la idea general, el equipo ha contribuido con una visión por donde va la onda”.
“Una obra que se arma en pedazos” sobre un ente que es básicamente pedazos de otras personas. ¿Cómo es trabajar así?
Ugo: “Creo que uno de los grandes logros de este proyecto es haber logrado un equipo donde cada quien suprima su parte individual. Se agradece mucho y se aprecia más. La disposición de los que estamos allí de convertirnos en herramientas bajo la visión tan clara de Fors, él nos da la información y tratamos de llegar a lo que está buscando, se está empezando a hacer una familia muy padre y es como un rompecabezas, justamente se está formando por partes”.
Fors: “Lo bonito de todo esto, de hacer este monstruo, es que trabajamos con plena conciencia de que cada uno somos una pieza de este Frankenstein y tenemos que estar cada uno haciendo bien nuestra chamba para que camine ese ente. Entonces, como la mayoría trabajamos en nuestras propias ondas y componemos las cosas para nuestras bandas, aquí se ha dado un ambiente de trabajo hermoso donde cada quien está en su lugar y sabe cada cual lo que hace. Se siente una fuerza de grupo que es muy difícil sentirla en otro proyecto, porque vamos a ser 37 artistas en escena, más todo el talento que nos va a rodear, músicos, técnicos”.
La anatomía de Frankenstein
José Fors: Rockero, transgresor de lo correcto y eternamente inquieto, tiene una amplia trayectoria en la música, donde se ha desempeñado como vocalista de Mask, Duda Mata, Cuca y Forseps. En la obra da vida a El Ente.
Ugo Rodríguez: Es el doctor Víctor Frankenstein, pero antes de ser galeno ficticio, fue el vocalista del grupo de electro-rock-jazz Azul Violeta. Ahora lidera a los YoYo Beakers y experimenta en la escena musical independiente, además de ir tras proyectos alternos.
Alfredo Sánchez: Escritor, columnista, maestro, locutor y músico (nomás), Frankenstein es la oportunidad para explorar sonidos más oscuros, algo que Alfredo Sánchez había estado esperando. En la obra de teatro se desempeña al mando del piano y los teclados.
Jobo Panteras: “¡Ábranla que lleva bala!”, ese es el grito de batalla del líder de los legendarios Garigoles. Jobo ama todo lo relacionado con el horror y los cómics. En la obra se encuentra metido en el diseño del ambiente que rodeará a Frankenstein y compañía, además de aparecer en escena como asistente.
Valentina González: Nació en Guadalajara en 1980, pero se crió en la música desde que pudo emitir algún sonido. Ha colaborado con diversas bandas (destacando Sweet Electra) y realizado trabajos artísticos para proyectos en cine. En la puesta en escena encarna a Agatha.
Vera Concilión: Participa en Frankenstein como Niña Aldeana. En 2008 lanzó su primera producción como solista, Transparente, donde se nota la influencia en su sonido de Forseps, banda a la que ha pertenecido haciendo coros desde la década pasada.