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Ex Presidente tepocata

Con las botas puestas en la tierra, Fox echó de los Pinos al PRI hace casi 12 años, los llamó ladrones, vívoras negras, tepocatas, y sin embargo, hoy trabaja para que el aspirante del tricolor triunfe el primero de julio

GUADALAJARA, JALISCO (10/JUN/2012).- Fue el hombre que sacó al PRI de los Pinos. El que pidió al pueblo de México su apoyo para acabar con más de 70 años de corrupción y autoritarismo en el país. El receptor del voto útil. Vicente Fox llamó a los priistas: ladrones, víboras negras y tepocatas, en el año 2000 cuando él pretendía llegar a la presidencia del país. Y ahora es el hombre que pide cerrar filas con quien, dice,  “se perfila” como ganador de la elección presidencial: Enrique Peña Nieto.

Vicente Fox Quesada era el protagonista de la tan anhelada transición democrática en México. Con una imagen empática hacia el pueblo y propuestas sencillas e inmediatas a problemáticas complejas y arraigadas, Fox logró ser la estrella de una campaña eficaz para ganar votos y materializar la esperanza de la alternancia. Sin lugar a dudas Fox fue el candidato perfecto para el Partido Acción Nacional en las elecciones del año 2000. Alto y carismático, el político que cambió la historia de México, aunque bastaron sólo unos meses en el poder para que todo mundo comprobara su inexperiencia.

Las memorables…

Fox recibió su triunfo electoral exclamando sentirse “a toda máquina” y ante la expectativa por quién conformaría el gabinete presidencial respondió: “Todavía no daremos a conocer el gabinete, vamos a darle emoción; es como las mujeres cuando están bailando: si llegan a enseñar tobillito nada más, es cuando se pone bien la cosa”.

En el discurso de toma de posesión, Fox quiso reafirmar su imagen empática (y simpática) hacia la población al aseverar que tenía las botas bien puestas en la tierra. Sin embargo, en sus primeros días de Gobierno aseguró sentirse como si cargara la piedra del Pípila por la responsabilidad que implicaba gobernar. Años después, ante la pregunta de una niña, afirmaría que al ser Presidente se sienten ñáñaras.

En febrero del año 2000 el Presidente dijo: “Así como me ven de rancherito y con botas, también sé ser estadista y gobernante, y también sé cuándo usar traje y hablar bonito.” Sin embargo, al comparar a Pemex con la Virgen de Guadalupe; asegurar que cuidaría el patrimonio de las familias mexicanas como cuidaba de niño sus canicas; afirmar que haría de México un país con “más menos” pobres y calzar botas de charol negro en galas de etiqueta; el político ganadero dio muestra de lo contrario.

Durante el festejo del Día del Niño, el Jefe del Ejecutivo con naturalidad comentó: ‘’Sí, hice muchas travesuras de chiquito y las ando haciendo también de Presidente.” Y así fue. El 2 de julio de 2001, exactamente un año después de haber ganado las elecciones presidenciales, Fox contrajo segundas nupcias con Marta Sahagún Jiménez, quien había sido su vocera durante su campaña. En un solo día se festejó el cumpleaños 59 del presidente, el aniversario de la transición democrática y el polémico matrimonio.

La lista de frases inolvidables del mandatario con referencia a la política interna del país creció como la espuma. En septiembre de 2001 respondió a peticiones de grupos indígenas: “Ni se crean que tenemos un cuartote lleno de dinero para ver qué se ofrece y cómo apoyamos”. Por si fuera poco, previamente había exclamado que la situación del Ejército Zapatista en Chiapas estaba en su punto, o “de pelos como dicen los chavos”. Asimismo, respondió con un sincero “¿Y yo por qué?” cuando se le pidió su opinión sobre el conflicto entre TV Azteca y CNI Canal 40, además de confesar haber dejado de leer periódicos porque, dijo, “francamente me amargaban un poco el día”.

Cuando explotó el escándalo de su vocero, Alfonso Durazo, quien renunció a su cargo al afirmar tener una visión “diferente” al de la Presidencia, Fox minimizó la situación afirmando que “al mismo Jesucristo se le fue uno entre los 12, aquí también se nos fue uno, ni modo”.

Si en algo reprobó fue indiscutiblemente en diplomacia y política exterior. En su primer encuentro con el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, el mandatario mexicano lo recibió como el “amigo Jorge”, provocando una expresión extraña en el rostro del norteamericano que paralelamente ordenaba un bombardeo a Irak.

Años después, ante las acciones antiinmigrantes emprendidas por Estados Unidos, Fox pronunció una frase que destaca como una de las más emblemáticas: “No hay duda de que los mexicanos están haciendo trabajos que ni siquiera los negros quieren hacer”, desatando indignación en la comunidad afroamericana.

Las imprudencias no fueron únicamente contra el Norte, sino contra el que se pusiera enfrente. Históricamente, México mantenía una relación muy respetuosa con Cuba hasta que Fox emitió el famoso “comes y te vas” a Fidel Castro, previo a la Cumbre de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la cual se celebraría en Monterrey. Aunque esta frase explotó en los medios, anteriormente en una entrevista en torno a la relación con Cuba y Fidel Castro, el Presidente había dicho “vamos a darle un empujoncito, pues, para que se vaya a la tumba… ya tiene suficiente edad”.

Ante la inconformidad por el crecimiento económico, en junio de 2005 Fox dijo: “Ni existe Foxilandia, ni tenemos un país a la altura de otros”. Sin embargo, contra las expectativas de los esperanzados, llegó el último año de su mandato y Fox demostró no haber aprendido la lección. En febrero de 2006 dijo que: “el 75% de los hogares en México tienen una lavadora, y no de dos patas o de dos piernas, una lavadora mecánica”. No se podía esperar más, cuando Felipe Calderón había sido nombrado Presidente electo, el todavía jefe del Ejecutivo declaró: “Ya hoy hablo libre; ya digo cualquier tontería, ya no importa. Ya. Total, yo ya me voy”, expresión que sintetiza de alguna forma su ejercicio de poder.

Carrera meteórica

Nació el 2 de julio de 1942 en la Ciudad de México y fue el segundo de nueve hijos de José Luis Fox y Mercedes Quesada. Al poco tiempo la familia Fox Quesada se trasladó al Rancho San Cristóbal, en San Francisco del Rincón, Guanajuato, en donde crecieron él y sus hermanos. Estudió la carrera de Administración de Empresas en la Universidad Iberoamericana, aunque su titulación se realizó poco antes de asumir la Presidencia.

Gran parte del atractivo del político cuando era apenas candidato consistía en que además de conocer el mundo del poder, tenía experiencia en el sector empresarial. Desde 1964 Vicente Fox trabajó en Coca-Cola de México. Ingresó como supervisor de ruta y llegó a alcanzar el puesto de presidente de la compañía para México y América Latina,  siendo el gerente más joven de la empresa.

En 1972, Fox contrajo matrimonio con Lilian de la Concha, quien era su asistente en Coca-Cola, y aunque éste no duró mucho, adoptaron cuatro hijos. Se divorció. Tiempo después, ya siendo Presidente, el matrimonio religioso sería anulado porque pruebas psicológicas encargadas por el Vaticano concluyeron un grave trastorno de personalidad en el político.

Tras dejar la compañía trasnacional, Vicente Fox se dedicó a sus negocios agrícolas, ganaderos, agroindustriales, así como a la producción de calzado y bota vaquera de exportación. Asimismo, fue Consejero de la Cámara México-Americana de Comercio.  

Durante la década de los ochenta se afilió al Partido Acción Nacional (PAN), impulsado por Manuel J. Clouthier. En 1988 fue electo diputado federal por el Tercer Distrito de León, Guanajuato. Posteriormente, en 1991, contendió en las elecciones para gobernador de Guanajuato, no logró la victoria; fue hasta 1995 cuando participó en la elección extraordinaria por este mismo puesto y resultó electo.

En el año 2000 se presentaba una coyuntura histórica con un PRI debilitado. Entonces, Vicente Fox  fue electo candidato a la Presidencia de la República con la Alianza por el Cambio (PAN-PVEM). Su campaña fue larga e implementó estrategias novedosas en términos de mercadotecnia política, así como el uso abusivo de las distinciones de género con su “mexicanas y mexicanos, chiquillas y chiquillos.”

El 2 de julio de aquel año, Vicente Fox Quesada ganó las elecciones presidenciales con una ventaja significativa frente a su rival priista, Francisco Labastida, aunque su partido no logró una mayoría legislativa. El cuento de hadas con botas y bigotes apenas comenzaba y pronto sus frases casi célebres se convirtieron en la sombra del presidente.

Despierta polémica

“Ya lo conocemos”


Fox despertó el coraje de más de uno de sus compañeros de partido. El ex aspirante a la candidatura presidencial del PAN, Ernesto Cordero Arroyo, dijo: “Los mexicanos ya lo conocemos bien”. En tanto Manuel Clouthier aseguró que el comentario demuestra que “no está muy bien y así es como hay que leer la declaración”. El dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, calificó como una persona no demócrata a quien apoya un proyecto autoritario como el del Revolucionario Institucional.

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