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“Dichosa, porque has creído”
Indudablemente que hay muchas razones para considerar a María como un ser excepcional
Cuando Elizabeth (o Isabel) saludó a su prima María, estando ambas embarazadas, la llamó bendita, tanto a ella como al fruto de su vientre. Hay varios adjetivos que la Biblia menciona se han aplicado a María. bendita o bienaventurada, pero también “dichosa”. La palabra dichosa significa literalmente “feliz”, o “bienaventurado” o “bendito”.
Indudablemente que hay muchas razones para considerar a María como un ser excepcional, pero en este día nos concentraremos en una de sus virtudes, descritas en el pasaje de Lucas 1 39-56. Entre las varias cosas que Elizabeth mencionó respecto a su prima, muy destacada fue: “Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”.
Una de las primeras cosas que llaman la atención, es que María creyó todo lo que Dios le había dicho, a pesar de que se trataba de un milagro excepcional, ya que ella estaría embarazada sin la realización del acto conyugal. Ella no dudó de que esto sucedería, a pesar de que no sabía cómo podría ser eso. En cambio, hay otros personajes en la Biblia que se resistieron a creer en algún momento lo que Dios les decía, tales como Moisés, Gedeón, Barac, Zacarías el padre de Juan Bautista, los discípulos de Jesús y otros. Pero María mostró una fe sencilla y poderosa cuando creyó el mensaje que Dios le mandó a través del ángel Gabriel.
Una persona que cree a Dios es bienaventurada, porque Dios dice en su Palabra que sin fe es imposible agradarle. Muchos creen que pueden agradar a Dios dando o haciendo cosas, pero en realidad Él es el dueño de todo y tiene todo poder, de manera que no hay cosa alguna que podamos hacer o dar, que
Él no tenga o no pueda hacer por sí solo.
En cambio, Dios se agrada cuando una persona responde con fe a lo que Dios promete que hará. Es común que las personas crean en Dios, pero es raro que las personas le crean a Dios. Los que creen en Dios reconocen el poder y el carácter de Dios, pero eso no hace la diferencia en sus vidas. Los que le creen a Dios están seguros de que el poder y el carácter de Dios tienen injerencia en su diario vivir, y le permiten al Señor interactuar en sus vidas.
Cuando María creyó el mensaje del ángel, abrió la perta para que Dios interviniera en su vida, produciendo el embarazo de quien sería conocido como el Hijo de Dios, y así se pudo convertir en un instrumento de la voluntad de Dios para los demás.
Algo más que Elizabeth afirmó cuando saludó a María, fue que “lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”. Sin duda todo lo que Dios afirma se cumple sin faltar cosa alguna, pero hay una gran diferencia en que la Palabra de Dios se cumpla en respuesta a nuestra fe, y que la Palabra de Dios se cumpla a pesar de nuestra incredulidad. De hecho, la Palabra de Dios siempre se cumplirá, pero nosotros podemos colaborar con los planes de Dios, ajustando nuestra vida a las verdades de Dios que nos han sido encomendadas.
¿Cómo anda usted en su fe? ¿Cree usted en Dios, o le cree usted a Dios? Cuando escucha la Palabra de Dios en una iglesia, o cuando lee una porción de la Biblia, ¿cree usted que Dios le está hablando? ¿Guarda esa palabra en su corazón, esperando el tiempo en que sin falta se cuplirá? Si usted no tiene esa clase de fe, o le cuesta trabajo creer que Dios le pueda hablar, siga el consejo que la Biblia misma da al respecto: “Y si alguno tiene falta de fe, pídala a Dios, quien se la dará abundantemente y sin reproche; pero pida creyendo que hay un Dios, y que es dador generoso de los que le buscan”.
Este es un buen consejo para iniciar la aventura de una vida de fe.
Ángel Flores Rivero
iglefamiliar@hotmail.com
Indudablemente que hay muchas razones para considerar a María como un ser excepcional, pero en este día nos concentraremos en una de sus virtudes, descritas en el pasaje de Lucas 1 39-56. Entre las varias cosas que Elizabeth mencionó respecto a su prima, muy destacada fue: “Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”.
Una de las primeras cosas que llaman la atención, es que María creyó todo lo que Dios le había dicho, a pesar de que se trataba de un milagro excepcional, ya que ella estaría embarazada sin la realización del acto conyugal. Ella no dudó de que esto sucedería, a pesar de que no sabía cómo podría ser eso. En cambio, hay otros personajes en la Biblia que se resistieron a creer en algún momento lo que Dios les decía, tales como Moisés, Gedeón, Barac, Zacarías el padre de Juan Bautista, los discípulos de Jesús y otros. Pero María mostró una fe sencilla y poderosa cuando creyó el mensaje que Dios le mandó a través del ángel Gabriel.
Una persona que cree a Dios es bienaventurada, porque Dios dice en su Palabra que sin fe es imposible agradarle. Muchos creen que pueden agradar a Dios dando o haciendo cosas, pero en realidad Él es el dueño de todo y tiene todo poder, de manera que no hay cosa alguna que podamos hacer o dar, que
Él no tenga o no pueda hacer por sí solo.
En cambio, Dios se agrada cuando una persona responde con fe a lo que Dios promete que hará. Es común que las personas crean en Dios, pero es raro que las personas le crean a Dios. Los que creen en Dios reconocen el poder y el carácter de Dios, pero eso no hace la diferencia en sus vidas. Los que le creen a Dios están seguros de que el poder y el carácter de Dios tienen injerencia en su diario vivir, y le permiten al Señor interactuar en sus vidas.
Cuando María creyó el mensaje del ángel, abrió la perta para que Dios interviniera en su vida, produciendo el embarazo de quien sería conocido como el Hijo de Dios, y así se pudo convertir en un instrumento de la voluntad de Dios para los demás.
Algo más que Elizabeth afirmó cuando saludó a María, fue que “lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”. Sin duda todo lo que Dios afirma se cumple sin faltar cosa alguna, pero hay una gran diferencia en que la Palabra de Dios se cumpla en respuesta a nuestra fe, y que la Palabra de Dios se cumpla a pesar de nuestra incredulidad. De hecho, la Palabra de Dios siempre se cumplirá, pero nosotros podemos colaborar con los planes de Dios, ajustando nuestra vida a las verdades de Dios que nos han sido encomendadas.
¿Cómo anda usted en su fe? ¿Cree usted en Dios, o le cree usted a Dios? Cuando escucha la Palabra de Dios en una iglesia, o cuando lee una porción de la Biblia, ¿cree usted que Dios le está hablando? ¿Guarda esa palabra en su corazón, esperando el tiempo en que sin falta se cuplirá? Si usted no tiene esa clase de fe, o le cuesta trabajo creer que Dios le pueda hablar, siga el consejo que la Biblia misma da al respecto: “Y si alguno tiene falta de fe, pídala a Dios, quien se la dará abundantemente y sin reproche; pero pida creyendo que hay un Dios, y que es dador generoso de los que le buscan”.
Este es un buen consejo para iniciar la aventura de una vida de fe.
Ángel Flores Rivero
iglefamiliar@hotmail.com