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Conviviendo con la realeza nipona

El Acura TLX es un magnífico auto para quien busca el segmento Premium

GUADALAJARA, JALISCO (11/MAR/2017).- El convivir con la realeza pudiera imaginarse no del todo cómodo, ya que ellos  guardan las formas y los protocolos propios de las monarquías tradicionales y esto se antoja agobiante. Pero no es el caso de la convivencia en el mediano plazo que hemos experimentado con el Acura TLX, el monarca de la dinastía automotriz de Acura.

No tampoco es el príncipe jovial y rebelde que personifica el superdeportivo NSX, pero el TLX ostenta el lugar de honor de la casa real.

El Acura TLX es un magnífico auto para quien busca el segmento Premium sin querer llamar demasiado la atención. Sí, atrae miradas con su diseño angulado y a la vez fluido; con las luces frontales de cinco elementos y las líneas elegantes y a la vez musculosas. Pero no atrae miradas de esas que preocupan, sino de las que congratulan y es esa discreción lo que lo hace una opción muy inteligente en el segmento de lujo.

En nuestra convivencia diaria encontramos un manejo muy bueno. Con los modos de conducción podemos transformar al TLX en un auto muy capaz en modo “deportivo” o “Plus” o también optar por la comodidad y economía de combustible que brinda la modalidad “Eco”. Seleccionando esta calibración, hemos conseguido cifras de consumo mejores de las esperadas, hasta 8.1 kilómetros por litro de gasolina, lo cual nos resulta sorprendente dado que el motor cuenta con seis cilindros y 3.5 litros de desplazamiento, lo que ya se cataloga como un motor grande en la categoría de 6 cilindros. Aun así, el consumo de combustible es bajo en modo “Eco”. La caja de velocidades merece un buen porcentaje del crédito para alcanzar este logro. La transmisión de nueve velocidades demuestra que puede generar emoción cuando se le exige y también exprimir la eficiencia del tren motor hasta cifras que muy pocos competidores logran. En ciertas condiciones, la transmisión sacrifica algo de comodidad, pero pudiera ser aceptable el costo, dado el beneficio en emoción y rendimiento que se obtiene.

Quizá lo que más nos ha agradado hasta el momento sea la tecnología que el TLX ofrece en su versión “Advance”. Nos referimos en especifico a los sistemas de seguridad y de asistencia al conductor. El control adaptativo de velocidad de crucero funciona de maravilla comparado con ofertas de sus competidores, la calibración que Acura ha hecho nos impresiona bastante.

Tecnología bien afinada

Hemos utilizado el sistema de control adaptativo de velocidad en ciudad, con condiciones de tráfico de todo tipo. Esta tecnología logra lo que para muchos es inimaginable: que podamos disfrutar de los trayectos en el trafico más denso y nos relajemos, así como brinda una sensación de seguridad que se antoja rara, al dejar a cargo del auto parte de la responsabilidad de la conducción diaria.

Al activar el sistema, seleccionamos la velocidad máxima a la que deseamos circular. Ajustamos la distancia que queremos mantener contra el auto frente a nosotros y activamos la conservación de carril automática. Entonces sucede la magia. Después de acostumbrarse a confiar en los sistemas, es eso, magia. El auto circulará a la velocidad máxima seleccionada hasta encontrar un auto más lento por delante, cuando ajustará la velocidad y la distancia con referencia al ese vehículo, acelerando y frenando conforme sea necesario.  Si otro vehículo interfiere, el sistema alerta al conductor y, en caso que el conductor no frene, el TLX frenará de emergencia automáticamente. En el caso de la conservación del carril, mientras mantengamos las manos en el volante y las líneas en el pavimento sean claramente visibles, el TLX seguirá en la trayectoria del carril que hayamos seleccionado, alertándonos en caso de soltar el volante o que las cámaras del auto no detecten las líneas, lo cual es muy común al menos, en nuestra ciudad. Este sistema no sustituye a la atención y habilidades del conductor, pero es una gran ayuda que brinda comodidad y seguridad adicional.

La comodidad interior es excelente, una vez que conocemos la disposición de los controles, en especial la selección de las velocidades que es por medio de botones. El TLX brinda un confort conforme a su segmento. Los agradables materiales y terminados; el sistema de sonido y entretenimiento y el espacio abundante y bien aprovechado, hacen de los trayectos una auténtica delicia.

Es así como el Acura TLX nos hace ser parte de la familia imperial nipona: con una discreta elegancia, sin agobiarnos con las preocupaciones de las formas y protocolos de las monarquías, y con las comodidades y seguridad de un palacio real; la seguridad y confiabilidad que cualquier rey merece.

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