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Chilaquiles, suculento remedio

Parte integral del menú nacional, en Guadalajara adquirió una nueva dimensión

GUADALAJARA, JALISCO (07/DIC/2014).- Para muchos, simplemente un platillo suculento que en los menús de desayuno no debe faltar; para otros, remedio infalible para mitigar la terrible resaca después de una ajetreada noche de copas. Unos chilaquiles picosos para sacar lo “malo”, volver a la vida y curar la cruda, es uno de los favores que se le atribuye comúnmente a esta delicia de la cocina tradicional mexicana.

Se sabe poco de su lugar de origen, lo cierto es que son un platillo ancestral que ha acompañado a la gastronomía nacional por decenas de años, y como muchos de los platos mexicanos, éste también es un derivado de la multifacética tortilla, que cuando no se come al momento, puede tener múltiples usos, entre ellos, convertirla en chilaquiles.

Este platillo consta esencialmente de dos partes fundamentales: la salsa a base de jitomate y los totopos, que no son más que una toritilla fría, cortada en cuatro partes y frita en aceite o manteca. Ésta la base del platillo, y su preparación puede tener algunas aristas, ello dependerá del lugar donde se coman o preparen.

En Jalisco, los chilaquiles son un platillo casi imprescindible en las cartas de los restaurantes que ofrecen desayunos, pero también son un preparado clásico en los hogares de los jaliscienses, y no es que sea un platillo oriundo de nuestro estado, pero sí tomó su terruño en tierras tapatías. De aquí que en la ciudad, existen diversas y sabrosas opciones para degustar los mejores chilaquiles de la región.
 
Crujientes pero bañados

Parte del proceso de elaboración y presentación de este manjar tradicional, es bañar los totopos con una salsa previamente preparada. El arte de servir y disfrutar unos buenos chilaquiles tiene que ver con que la tortilla dorada no pierda su consistencia dura y crujiente, incluso estando remojadas con la salsa. El platillo, coinciden los creadores de este platillo, deben ser duritos, y no aguados ni pastosos. La tortilla debe mantener su firmeza como la tiene un totopo.

¿Rojos o verdes? ¿Con o sin compañía?


Hay dos colores tradicionales que se permiten en los chilaquiles: verdes o rojos. Ambos tienen prácticamente el mismo método de preparación, pero algunos ingredientes cambian para dar un sabor distinto, aunque conservando su esencia. Los rojos siempre se servirán igual, los totopos, la salsa, cebolla, crema y queso de mesa o añejo. Los verdes, por el contrario, pueden llevar un poco de pollo desmenuzado además del queso, crema y cebolla.

Al ser un platillo que se sirve prácticamente en todos los estados de la República Mexicana, puede tener algunas variaciones, según el lugar. En muchos sitios los chilaquiles no son un platillo que deba servirse solo, sino que en la mayoría de los casos se compaña con huevo o carne, y entonces el platillo ofrece un plus extra.

En nuestro Estado el platillo tienen un gran compañero que en ningún otro sitio de México se puede disfrutar: el virote salado. Este pan tradicional de Jalisco es un amigo inseparable para devorarlos, y aquí, surge una nueva manera de comerlos, y ésa es partir en bolillo, sacar un poco de migajón e introducir los chilaquiles. Un suculento lonche de chilaquiles, delicia práctica e inigualable.

SABER MÁS

La receta

Rojos
-Totopos
-1/2 litro de agua
-Jitomate
-Chiles serranos al gusto
-Cebolla
-3 dientes de ajo
-Un manojo de epazote
-Sal al gusto
-Pimienta al gusto
-Una cucharada de caldo de pollo en polvo

La salsa

Se ponen a hervir en el agua los jitomates, sólo por unos 30 segundos, a fin de cortar la cocción y poder quitarles la piel; se regresan nuevamente a hervir junto con los chiles serranos. Ya hervidos los jitomates y los chiles se procede a licuarlos, junto con la cebolla y los dientes de ajo en el agua en que fueron hervidos anteriormente los jitomates y los chiles, debe ser una salsa caldosa, no espesa. Aparte en un sartén (como se dice en México) o en una sartén se sofríe la salsa en poco aceite de maíz a manera de que los sabores se combinen y por último se agrega el manojito de epazote, se sazona con la sal, la pimienta y el caldo de pollo en polvo.

Cuando la salsa está en ebullición, se le agregan los pedazos de tortillas fritas. Si se desean chilaquiles tronadores, se sumergen los pedazos de tortillas fritas sólo por unos segundos, se sacan y se sirven. Si se desean chilaquiles más aguados, se dejan los pedazos de tortillas fritas más tiempo en la salsa a manera de que se ablanden.

Se sirven con cebolla rebanada, queso fresco espolvoreado y crema encima de los chilaquiles. Se acompañan con frijoles refritos ya sean negros o bayos.

Para los verdes: Los chilaquiles verdes se elaboran de igual manera, sólo que en lugar de jitomates rojos, son tomates verdes o bien pueden ser chilaquiles en Chile pasilla o en Chile cascabel, nada más que éstos deben ser remojados en agua caliente a manera de que se ablanden antes de ser licuados y posteriormente colados.

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T: 36478336.
H: 08:00 a 18:00 horas.

 

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