Suplementos
Cascada de Micos
Se cuenta como una de las maravillas naturales que ofrece el Estado de San Luis Potosí a sus visitantes
GUADALAJARA, JALISCO (18/ENE/2015).- La Sierra la Colmena de San Luis Potosí, atesora una admirable cascada, cerca al camino de hierro, al Sureste de la Estación Micos, nombre tomado de la cascada, “Cascada de Micos”. Luego de haber contemplado la Cascada Minas Viejas, regresamos al crucero para continuar rumbo al Sur, rumbo a Nuevo Crucitas.
La carretera fue bordeando el fabuloso Río el Salto, unos pintorescos arroyos lo fueron engrosando, sauces y fresnos se reflejaban en sus espejos. En Nuevo Crucitas viramos a la izquierda con dirección a Ciudad Valles, a corta distancia el camino empezó a descender y a encañonarse, esplendidas paredes verdes delimitaron el sendero.
Pasamos la Estación Micos y enseguida escuchamos un peculiar silbato que resonó en la exuberante garganta, un cadente rodar en las vías aledañas a la carretera se dejó escuchar y súbitamente aparecieron unas espectaculares maquinas que jalaban carros cargados. Nos paramos a ver el espectacular ferrocarril que forzosamente subía aquella preciosa cañada, venía de la Estación San Mateo, librando la Sierra la Colmena y atravesándola, por la garganta en la que estábamos, para llegar a la Estación Micos y luego a la Estación Quinientos.
Luz Carregha Lamadrid, Begoña Garay López y Jesús Narváez Borrones pusieron en tinta: “Estación Micos: Municipio de Ciudad Valles, S.L.P., en el kilómetro 505.3 de la línea. Dio servicio a las poblaciones cercanas a la cascada de Micos, en la que se instaló una planta hidroeléctrica. Formó parte del horario original del ferrocarril.
Se le conoce también como Pago Pago, debido a un cercano paraje de la cascada de Micos que lleva ese nombre. Estas cascadas pertenecen al río de Valles y se extienden un kilómetro formando saltos de hasta 15 metros de altura, rápidos y remansos entre arboledas y bosques húmedos… Consta de un inmueble para estación, una casa habitación de madera y un tanque de agua sobre base circular de piedra. Ambos edificios son de madera y se levantan sobre pilotes.
La estación, con su bodega anexa, tiene cubierta de armadura de madera a dos aguas recubierta de lámina, cuyo alero se prolonga para generar el pasillo exterior. Un volumen sobresaliente hace las veces de mirador, y divide los espacios para la sala de pasajeros y bodega de carga… la estación ocupa un sitio importante dentro del poblado de Micos, que surgió a raíz del ferrocarril extendiéndose de manera lineal paralelamente a las vías”.
Bajamos al Río el Salto, que en ese cañón toma el nombre de Micos y más adelante el de Valles. Al oír el correr del agua apretamos el paso emocionados, a corto trecho fuimos sorprendidos por el bello río plateado, que bajaba rápido, haciendo pequeños saltos. Unos pinos crecieron al centro del lecho y cientos de ellos lo delimitan, algunas piedras eran rodeadas por la abundante agua.
Un andador nos fue enseñando el murmurador río, murmullo que surgía al hacer sus cautivadoras cascadas, que producían una suave briza. El andador nos llevó a una gran fosa, embellecida por una fantástica cascada al fondo, realizaba pequeños brincos, para luego hacer una caída a lo ancho del río, logrando una altura de más de cuatro metros y produciendo una hechizante bruma, bruma que a veces envuelve al río, ocultándolo por buen tiempo, y súbitamente aparece a la vista, magia del clima.
La cascada blanca contrastaba con los diversos follajes verdes que la delimitaban y se extendían por las laderas del cañón hasta sus cimas, abundante vegetación. A lo lejos de la cascada miramos otro escalón de agua, suman cinco escalones la Cascada de Micos, de monos. Mico significa mono de cola larga, a la cascada le fue dado el nombre de Mico, por haber sido el hábitat de monos araña, sólo quedó el eco de sus alegres aullidos, que le cantaban a la cascada, sería bueno liberar a muchos monos, para animar a la cascada y al bosque, que las ramas se muevan nuevamente a su ágil y sigiloso paso.
La carretera fue bordeando el fabuloso Río el Salto, unos pintorescos arroyos lo fueron engrosando, sauces y fresnos se reflejaban en sus espejos. En Nuevo Crucitas viramos a la izquierda con dirección a Ciudad Valles, a corta distancia el camino empezó a descender y a encañonarse, esplendidas paredes verdes delimitaron el sendero.
Pasamos la Estación Micos y enseguida escuchamos un peculiar silbato que resonó en la exuberante garganta, un cadente rodar en las vías aledañas a la carretera se dejó escuchar y súbitamente aparecieron unas espectaculares maquinas que jalaban carros cargados. Nos paramos a ver el espectacular ferrocarril que forzosamente subía aquella preciosa cañada, venía de la Estación San Mateo, librando la Sierra la Colmena y atravesándola, por la garganta en la que estábamos, para llegar a la Estación Micos y luego a la Estación Quinientos.
Luz Carregha Lamadrid, Begoña Garay López y Jesús Narváez Borrones pusieron en tinta: “Estación Micos: Municipio de Ciudad Valles, S.L.P., en el kilómetro 505.3 de la línea. Dio servicio a las poblaciones cercanas a la cascada de Micos, en la que se instaló una planta hidroeléctrica. Formó parte del horario original del ferrocarril.
Se le conoce también como Pago Pago, debido a un cercano paraje de la cascada de Micos que lleva ese nombre. Estas cascadas pertenecen al río de Valles y se extienden un kilómetro formando saltos de hasta 15 metros de altura, rápidos y remansos entre arboledas y bosques húmedos… Consta de un inmueble para estación, una casa habitación de madera y un tanque de agua sobre base circular de piedra. Ambos edificios son de madera y se levantan sobre pilotes.
La estación, con su bodega anexa, tiene cubierta de armadura de madera a dos aguas recubierta de lámina, cuyo alero se prolonga para generar el pasillo exterior. Un volumen sobresaliente hace las veces de mirador, y divide los espacios para la sala de pasajeros y bodega de carga… la estación ocupa un sitio importante dentro del poblado de Micos, que surgió a raíz del ferrocarril extendiéndose de manera lineal paralelamente a las vías”.
Bajamos al Río el Salto, que en ese cañón toma el nombre de Micos y más adelante el de Valles. Al oír el correr del agua apretamos el paso emocionados, a corto trecho fuimos sorprendidos por el bello río plateado, que bajaba rápido, haciendo pequeños saltos. Unos pinos crecieron al centro del lecho y cientos de ellos lo delimitan, algunas piedras eran rodeadas por la abundante agua.
Un andador nos fue enseñando el murmurador río, murmullo que surgía al hacer sus cautivadoras cascadas, que producían una suave briza. El andador nos llevó a una gran fosa, embellecida por una fantástica cascada al fondo, realizaba pequeños brincos, para luego hacer una caída a lo ancho del río, logrando una altura de más de cuatro metros y produciendo una hechizante bruma, bruma que a veces envuelve al río, ocultándolo por buen tiempo, y súbitamente aparece a la vista, magia del clima.
La cascada blanca contrastaba con los diversos follajes verdes que la delimitaban y se extendían por las laderas del cañón hasta sus cimas, abundante vegetación. A lo lejos de la cascada miramos otro escalón de agua, suman cinco escalones la Cascada de Micos, de monos. Mico significa mono de cola larga, a la cascada le fue dado el nombre de Mico, por haber sido el hábitat de monos araña, sólo quedó el eco de sus alegres aullidos, que le cantaban a la cascada, sería bueno liberar a muchos monos, para animar a la cascada y al bosque, que las ramas se muevan nuevamente a su ágil y sigiloso paso.