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Axolotes: Esos extraños seres mexicanos

En el acuario de Medellín se exhiben algunos ejemplares de esta especie en ''grave peligro de extinción''

GUADALAJARA, JALISCO (27/OCT/2013).- No tenía la menor idea de que estos insólitos seres existieran en nuestro planeta, y menos de que fueran paisanos mexicanos. Hasta que en el acuario de Medellín en Colombia, mientras observábamos otros extraños seres como la venenosísima y diminuta “Rana dardo dorada” considerada como el animal más venenoso de la tierra con su poderosa toxina que puede matar a diez hombres adultos, y su veneno aún es usado en las flechas de las cerbatanas de cacería de pemones y caramacotos en las selvas colombianas; o las enormes anacondas que con su poder constrictor envuelven a su presa hasta asfixiarla y luego devorarla durante una larga siesta cuando… sorpresivamente nos encontramos con estos insólitos anfibios, mezcla de pez y salamandra que exhibiendo sus branquias respiratorias fuera del cuerpo, parecían provenir de la ciencia ficción. Cual sería nuestra sorpresa, que al examinar la etiqueta de la pecera, leímos: “Axolote mexicano (Ambystoma mexicanum): anfibio proveniente de las lagunas del altiplano mexicano; solamente localizable en el Lago de Texcoco, y algunos vasos lacustres en Puebla México. En grave peligro de extinción”. —¡Guau…! dijimos— Mira nomás donde venimos a conocer a este encantador y exótico paisano nuestro del que muy pocos sabemos su existencia. Habré de platicarles de él —pensé—; por eso van unas breves notas que creemos vale la pena conocer.

Su nombre Axolotl (ajolote) viene del náhuatl Xolotl, monstruo, y Atl, agua: “monstruo del agua” parece ser la traducción que nada favorece a estos animalitos tan bellos, exóticos y delicados que parecen de juguete.

¡Su único y pequeñísimo hábitat es el lago de Xochimilco al sur de la Ciudad de México, y escasamente en pequeñas lagunas en Puebla; y su existencia está en grave peligro de extinción, tanto por la contaminación de los desechos de las ciudades, como por la introducción de voraces especies extrañas como las carpas; o por su captura indiscriminada para ofrecerlos como manjar exótico; o usando su extracto como elixir medicinal…! Nos alarmamos.  

Ahora se está tratando de motivar a los acuaristas  para que cada quien conserve al menos una pareja, y procuren su reproducción que parece ser relativamente sencilla, dada la docilidad que les caracteriza, y su longevidad promedio de 15 años.

Estos bellos animalitos, desde luego que no son aquellos pequeñitos que veíamos en los charcos lodosos de tiempo de aguas, que de chiquillos capturábamos antes de que se convirtieran en sapos. No, estos son unos extraños seres parientes lejanos de las salamandras que miden entre 15 y 30 centímetros, y es rarísimo que sufran la metamorfosis de los pequeños con los que nos divertíamos. Curiosamente estos, aún después de haberse hecho adultos, siguen conservando sus características larvales juveniles (neotenia), conservando su aleta dorsal y cola, y sus branquias siguen siendo externas sobresaliendo de su cabeza como adorno de plumas. Un par de manitas con sólo cuatro dedos, y dos patitas traseras con cinco, son escasamente usadas, porque siempre nadan lentamente o se deslizan perezosamente por el fondo lodoso.

Sus dientes muy rudimentarios, los usan para afianzar su comida y no para masticarla; solamente abren su boca y sorben agua, alimento y cuanto exista en derredor, para luego digerirlo lentamente.

Von Humboldt, sorprendido por sus branquias externas llevó un par de ellos a París; y aunque estos nunca sufrieron metamorfosis, sus crías si perdieron las branquias exteriores y desarrollaron una especie de pulmones, cosa sumamente extraña en estos seres, al igual que el albinismo que es el caso de los ejemplares que vemos en esta foto.

¡México surrealista…! Una vez más.

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