Tres de las cuatro frases que aparecen en esos anuncios del Partido Revolucionario Institucional (PRI) le dieron la semana pasada a Germán la oportunidad de oro para restregarles el limón en la herida a los tricolores, a propósito del escandalazo que se armó con la difusión de un fragmento de la entrevista que la periodista Carmen Aristegui le hizo al ex presidente Miguel de la Madrid, en la que desnuda (por si algún trapito les quedaba encima) a los inolvidables hermanitos Salinas de Gortari, a quienes les atribuye (nada nuevo, por cierto, salvo porque lo dice un ex presidente) haber nadado en la corrupción, haberse enriquecido con dinero del erario y haberse vinculado con los narcos.
Una frase dice: “Cuando mienten para desprestigiarnos, seguimos adelante y no caemos en provocaciones”. ¿Miguel de la Madrid mintió? No lo sabemos, porque ciertamente no le aportó a la periodista ninguna prueba documental acerca de las conductas presuntamente ilícitas de Carlos y Raúl. Lo único que sabemos ahora es que, en cuanto se conoció a través de la radio un fragmento de sus declaraciones, lo obligaron a escribir una carta en la que se declara prácticamente con demencia senil. Es decir, se supone que los dichos del “ex presidente gris” incluyeron mentiras que pretendían desprestigiar a los Salinas, y éstos, en particular Carlos, el sucesor de De la Madrid, cayó en la provocación y montó un operativo exprés para obligarlo a desdecirse. Versiones periodísticas afirman que hubo de por medio amenazas serias.
Luego viene otra frase sublime de la propaganda del PRI: “Cuando nos ofenden, respondemos con propuestas”. Salinas se sintió ofendido por los graves señalamientos de un De la Madrid “lúcido”, según lo describe su entrevistadora. ¿Y qué hizo el creador del Programa Solidaridad? Responder con una muy simple propuesta a su antecesor, que se podría enunciar más o menos así: “O te declaras incapaz mental o saldrán a la luz también tu historia oscura, y la de tu familia”. Obvio, ante tan sugerente propuesta, De la Madrid no pudo resistirse y aceptó de buena gana humillarse hasta la ignominia.
El caso es que Germán, el panista, a quien iban dirigidas originalmente las deslumbrantes frases del priismo, brincó de gusto porque sus adversarios se están despedazando entre sí, en plenas campañas electorales. Es cierto, como dicen algunos opinadores, que difícilmente el PRI puede tener peores niveles de desprestigio, pero el golpe es muy fuerte.
¿Cómo entender a los priistas, que presumen que “no vamos a permitir que la política divida al país”, si ellos están dando un impecable ejemplo de que saben cómo dividirse? Germán, en sus ya famosos cibermensajes, sólo les mandó decir: “Buen provecho”.
VÍCTOR E. WARIO / Periodista.
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