La zona arqueológica a la cual me voy a referir en este artículo, por su importancia a nivel mundial, ha sido desde que se dio a conocer en el año de 1911, fuente inagotable de relatos, comentarios, ideas, teorías y poesía y no podía ser de otra manera pues sus construcciones a base de enormes bloques de granito blanco, verdaderas atalayas de piedra levantadas en la pared de la cordillera andina causan vértigo a tal grado que los frailes en la época Colonial la llamaron “Una ciudad en las nubes” y la “Universidad de la idolatría” pues en sus últimos años fue ocupada casi por puras mujeres: Las acllas o vestales del sol y que ahí eran instruidas por matronas: las mamas-cunas para que supieran desempeñar su función.
Machu-Picchu se encuentra situada a 123 km al norte de la ciudad de Cuzco a donde se tiene que ir para hacer desde ahí una visita a las ruinas. Si usted ha visto fotografías de la zona arqueológica o leído alguno de los múltiples relatos que d e ella se han hecho lo que va a leer a continuación le parezca una herejía pero si se consigna no es para restarle grandiosidad ni belleza sino para aclarar algunas dudas que me han manifestado algunos de mis lectores. Machu-Picchu no se encuentra a mucha altura sobre el nivel del mar, no sobrepasa los dos mil 400 metros o sea a solo 160 metros arriba de la ciudad de México, pero a mil 300 metros abajo de la ciudad de la Paz, Bolivia que está a tres mil 700 metros de altura y a mil 412 por abajo del lago Titicaca.
Muchas personas de edad se piensan hacer una visita a esta zona arqueológica por creer que en ella no podrían resistir la presión que el cuerpo humano debe soportar a grandes alturas, pero no es así, es otro el fenómeno que se presenta y que es el que si motiva trastornos orgánicos, el llamado mal de altura “enfermedad de montaña que ciñe una garra de hierro alrededor de la cabeza y que hace que el corazón se suba hasta la boca” el temible “soroche” el cual se provoca en las personas al cambiar bruscamente de altitud.
Ya se dijo que para hacer una visita a Machu-Picchu el viaje se inicia en la ciudad de Cuzco que si está localizada a tres mil 400 mts de altura y como el viajero casi siempre sale de Lima que está al nivel del mar y lo hace por avión, el contacto con esta población es violento, pues no se llega a ella poco a poco ya que el avión hace menos de una hora lo cual provoca en las personas, al cambiar bruscamente de altitud la enfermedad antes dicha, pero si quiere disfrutar plenamente de esta visita la solución es: al legar de Lima a Cuzco una vez en su hotel, procure no realizar ninguna actividad agotadora cuando menos por toda una mañana y ayudado por unas tazas de te de coca, estará en condiciones optimas para disfrutar uno de los paseos más hermosos e impresionantes que pueda imaginar.
Machu-Picchu se encuentra situada a 123 km al norte de la ciudad de Cuzco a donde se tiene que ir para hacer desde ahí una visita a las ruinas. Si usted ha visto fotografías de la zona arqueológica o leído alguno de los múltiples relatos que d e ella se han hecho lo que va a leer a continuación le parezca una herejía pero si se consigna no es para restarle grandiosidad ni belleza sino para aclarar algunas dudas que me han manifestado algunos de mis lectores. Machu-Picchu no se encuentra a mucha altura sobre el nivel del mar, no sobrepasa los dos mil 400 metros o sea a solo 160 metros arriba de la ciudad de México, pero a mil 300 metros abajo de la ciudad de la Paz, Bolivia que está a tres mil 700 metros de altura y a mil 412 por abajo del lago Titicaca.
Muchas personas de edad se piensan hacer una visita a esta zona arqueológica por creer que en ella no podrían resistir la presión que el cuerpo humano debe soportar a grandes alturas, pero no es así, es otro el fenómeno que se presenta y que es el que si motiva trastornos orgánicos, el llamado mal de altura “enfermedad de montaña que ciñe una garra de hierro alrededor de la cabeza y que hace que el corazón se suba hasta la boca” el temible “soroche” el cual se provoca en las personas al cambiar bruscamente de altitud.
Ya se dijo que para hacer una visita a Machu-Picchu el viaje se inicia en la ciudad de Cuzco que si está localizada a tres mil 400 mts de altura y como el viajero casi siempre sale de Lima que está al nivel del mar y lo hace por avión, el contacto con esta población es violento, pues no se llega a ella poco a poco ya que el avión hace menos de una hora lo cual provoca en las personas, al cambiar bruscamente de altitud la enfermedad antes dicha, pero si quiere disfrutar plenamente de esta visita la solución es: al legar de Lima a Cuzco una vez en su hotel, procure no realizar ninguna actividad agotadora cuando menos por toda una mañana y ayudado por unas tazas de te de coca, estará en condiciones optimas para disfrutar uno de los paseos más hermosos e impresionantes que pueda imaginar.