Actualmente tanto el norte d e África (Egipto, Libia, Marruecos) como el Medio Oriente (Siria, Palestina, Jordania) están sufriendo una inestabilidad política grave, lo que ha originado que los estados de la zona, obligados y alentados por los países que siempre son agresores, (Estados Unidos d e Norteamérica, Inglaterra y Francia) pasen de la diplomacia a las armas y así estamos viendo que se ha iniciado ya una nueva guerra.
Los organismos internacionales creados supuestamente para intervenir y evitar esos movimientos bélicos y como la ONU ya ha demostrado su inoperancia, ayudados ahora por la OTAN, cínicamente, utilizando su poderío militar sin mediar ninguna declaración de guerra están atacando a los habitantes de esos países que son pobres pero ricos en petróleo que en ultima instancia es lo que buscan los países invasores, ya que dicho recurso se les ha estado negando y ellos ven que el suyo ya se les está acabando. Pero como el objetivo de esta columna no es hablar de política ni de hechos vergonzosos como los arriba señalados tratemos de cosas más amables y educativas por esa razón nos referiremos a la “Tierra de los caballos bonitos”.
Si usted la conoce es porque es un viajero afortunado pues ya visitó una de las regiones del mundo más espectaculares y fantásticas que el ser humano puede admirar; unos la llaman: Península de Asia Menor; otros la conocen como Anatolia pero en el hoy es Turquía y Capadocia es la región central de ese país; se encuentra al sudoeste de Ancara, su capital.
El asombro
Pero si geográficamente Capadocia es única, el asombro llega cuando se recorre lo que el hombre construyó pacientemente a partir del Siglo VIII: Los llamados templos rupestres. Amable lector ¿se imagina un templo con columnas y pilares, con cúpula, nave y altar bellamente adornado en el interior con pinturas bizantinas?, ¿pero se lo imagina excavado en la roca? Pues esos templos rupestres adornados con frescos extraordinarios no es uno ni dos, ni diez, son centenares que están esparcidos por toda la región sobre todo en el Valle de Göreme; ejemplos sobresalientes de ello son: “La Iglesia de la Manzana”, “La Tokali”, “Kilisee”, “La Catedral de Göreme”, “Kaeanlik”, “Carcli” y etc. y más etc.
Pero el asombro continuará si al recorrer Capadocia visita también las misteriosas ciudades subterráneas; algunas de las cuales conocí; Capadocia por su situación en el cruce de las rutas comerciales entre oriente y occidente, desde la antigüedad fue invadida numerosas veces por árabes, turcos, romanos, de ahí que sus habitantes para esconderse y protegerse excavaron la tierra y construyeron muchas ciudades subterráneas; no fueron simples socavones pues algunas tienen hasta mil 200 cuartos si leyó bien, más de mil aposentos distribuidos en trece plantas subterráneas, pudiendo refugiarse en ellas hasta 10 mil personas pues contaban con agua, establos, alacenas; frecuentemente eran utilizadas por los primeros cristianos perseguidos por los romanos y como ejemplo está la ciudad de Uchisar que es un verdadero laberinto y fortaleza.
Pero eso no es todo, ahí también se encuentra Estambul, Santa Sofía y la Mezquita Azul y se dice que durante un tiempo ahí vivió la Virgen María después de que murió Jesús en la cruz.
Los organismos internacionales creados supuestamente para intervenir y evitar esos movimientos bélicos y como la ONU ya ha demostrado su inoperancia, ayudados ahora por la OTAN, cínicamente, utilizando su poderío militar sin mediar ninguna declaración de guerra están atacando a los habitantes de esos países que son pobres pero ricos en petróleo que en ultima instancia es lo que buscan los países invasores, ya que dicho recurso se les ha estado negando y ellos ven que el suyo ya se les está acabando. Pero como el objetivo de esta columna no es hablar de política ni de hechos vergonzosos como los arriba señalados tratemos de cosas más amables y educativas por esa razón nos referiremos a la “Tierra de los caballos bonitos”.
Si usted la conoce es porque es un viajero afortunado pues ya visitó una de las regiones del mundo más espectaculares y fantásticas que el ser humano puede admirar; unos la llaman: Península de Asia Menor; otros la conocen como Anatolia pero en el hoy es Turquía y Capadocia es la región central de ese país; se encuentra al sudoeste de Ancara, su capital.
El asombro
Pero si geográficamente Capadocia es única, el asombro llega cuando se recorre lo que el hombre construyó pacientemente a partir del Siglo VIII: Los llamados templos rupestres. Amable lector ¿se imagina un templo con columnas y pilares, con cúpula, nave y altar bellamente adornado en el interior con pinturas bizantinas?, ¿pero se lo imagina excavado en la roca? Pues esos templos rupestres adornados con frescos extraordinarios no es uno ni dos, ni diez, son centenares que están esparcidos por toda la región sobre todo en el Valle de Göreme; ejemplos sobresalientes de ello son: “La Iglesia de la Manzana”, “La Tokali”, “Kilisee”, “La Catedral de Göreme”, “Kaeanlik”, “Carcli” y etc. y más etc.
Pero el asombro continuará si al recorrer Capadocia visita también las misteriosas ciudades subterráneas; algunas de las cuales conocí; Capadocia por su situación en el cruce de las rutas comerciales entre oriente y occidente, desde la antigüedad fue invadida numerosas veces por árabes, turcos, romanos, de ahí que sus habitantes para esconderse y protegerse excavaron la tierra y construyeron muchas ciudades subterráneas; no fueron simples socavones pues algunas tienen hasta mil 200 cuartos si leyó bien, más de mil aposentos distribuidos en trece plantas subterráneas, pudiendo refugiarse en ellas hasta 10 mil personas pues contaban con agua, establos, alacenas; frecuentemente eran utilizadas por los primeros cristianos perseguidos por los romanos y como ejemplo está la ciudad de Uchisar que es un verdadero laberinto y fortaleza.
Pero eso no es todo, ahí también se encuentra Estambul, Santa Sofía y la Mezquita Azul y se dice que durante un tiempo ahí vivió la Virgen María después de que murió Jesús en la cruz.