México

Mando único

La unificación del mando de las policías municipales en cada Estado del país es una de las propuestas de reforma más relevantes de los últimos años en México

La unificación del mando de las policías municipales en cada Estado del país es una de las propuestas de reforma más relevantes de los últimos años en México. El sistema de Policía de México es muy ineficiente, porque a pesar de contar con uno de los índices más altos de policías por habitante, la inseguridad es creciente. Esto es producto de la deficiente distribución de facultades entre las corporaciones que no trabajan de forma coordinada.

La mayor parte de los policías son miembros de cuerpos municipales, que conforme al sistema actual carecen de facultades para participar en el combate o la investigación de delitos. Para sumar la fuerza de tarea de la Policía municipal a labores de combate al crimen es necesario reformar la Constitución.

La semana pasada se presentó una iniciativa que propone unificar el mando en cada uno de los estados del país, para dejar a los municipios labores de Policía de tránsito y sumar la capacidad de los elementos bajo el mando estatal que tendría atribución para involucrase en labores contra el crimen organizado. La iniciativa es producto de un acuerdo político previo de la Conferencia de Gobernadores que se reunió en Morelia y aprobó la medida. Sin embrago algunos presidentes municipales y gobernadores, entre ellos el de Jalisco, se han luego opuesto abiertamente.

Contar con 31 policías estatales eficientes y confiables daría una ventaja estratégica al Estado frente al crimen. Sin embrago disminuirá el poder real del municipio y aumentando el de los estados. Además de hacer más operativo y confiable un sistema policíaco, también supone una concentración de poder, que sumada a las facultades que de forma casi irregular tienen las autoridades con la figura del arraigo, supone un riesgo que debe ser considerado. La coordinación es una necesidad ineludible, como también lo es el reforzar los acotamientos a los probables excesos que cometan las autoridades que suman poder.

La conformación de 32 policías estatales eficientes es el paso anterior a retirar a las Fuerzas Armadas de las tareas de seguridad pública. Así la propuesta debe tener tres ejes: la coordinación del mando, el establecer plazos y formas certeras de retirar al Ejército de las calles y fortalecer la defensa de los derechos fundamentales, mediante la revisión de la figura del arraigo y de las normas que permitirían una violación a la intimidad en materia de comunicaciones personales.

Son definiciones constitucionales de gran calado las que se discutirán en los próximos días. Las nuevas policías estatales contarían con recursos adicionales. Pero lo más importante es que podrían disponer de recursos tecnológicos y de inteligencia de los que ahora se carece a nivel regional. Estas nuevas fuerzas de seguridad harán sentir su capacidad en los próximos años. De ello dependerá el marcar un golpe de timón al deterioro en la seguridad en México.

Sin duda en una primera etapa la formación y operación militar será necesaria, pero también hay que asegurar que se regrese al mando civil a la mayor brevedad. Fuerza institucional que defienda la libertad, pudiera ser la divisa de estas corporaciones

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