México
La arruga en mi cuello
Mañana es el Día Internacional de la Mujer, como cada año se hablará sobre el panorama que vivimos
Mañana es el Día Internacional de la Mujer, como cada año se hablará sobre el panorama que vivimos, los retos y carencias en materia social, legislativa, legal, de salud… la lista de temas será amplia.Al margen de este tipo de festejos, que no les quito mérito ni importancia, está el individual, el único y propio, aquel que tiene que ver con la percepción y la “auto aceptación”, término que he escuchado mencionar en voz de los expertos en temas de psicología.
A veces o casi siempre, podemos ser nuestras peores enemigas. Caemos en la tentación de ser las motivadoras de voraces críticas hacia nuestra persona y es entonces amig@s míos, que habrá que ser sabias, inteligentes y maduras para aceptar el paso del tiempo.
Así que recordé “Las palabras andantes” del periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano: “La Iglesia dice el cuerpo es una culpa, la ciencia dice el cuerpo es una máquina, la publicidad dice el cuerpo es un negocio, el cuerpo dice… yo soy una fiesta”.
Justo en estos primeros días de marzo, en los que acabo de identificar la primera arruga en mi cuello, va el llamado a las contemporáneas, a las mujeres sabías y mayores, a las novatas e inocentes, a todas, a disfrutar de lo que somos.
La moda o tendencia —ya no sé ni qué— de retocar el cuerpo con cirugías y tratamientos, para transformarlo o modificarlo, evitar físicamente el paso de los días y los años, no debe ser razón para olvidar que nuestro cuerpo es uno de los mejores amigos que podemos tener.
Todo lo que sube… no se queda allá arriba, tiene que bajar, y ésa es la realidad. Cada año que transcurre, década que se acumula es un reto y un cúmulo de aprendizaje que habrá que capitalizar para ser esas mujeres de las que parece sólo se habla cada 8 de marzo.
Todas, en más de algún momento, estamos observando en el cuerpo los cambios inminentes: kilos de más, arrugas, verrugas, canas, paño en la cara … añorando las espinillas de la adolescencia. Y no existen fórmulas mágicas, así somos.
Según la Real Academia Española, la palabra vanidad, además de arrogancia y presunción, es la caducidad de las cosas de este mundo. No hay que quedarse, ni estancarse ahí.
Hay que buscarnos, encontrarnos con un cuerpo sano para poder hacer frente a todas las desigualdades y luchas que hay que enfrentar: hasta tener un hijo sigue siendo motivo de rechazo físico y laboral.
Datos del INEGI, señalan que la esperanza de vida de las mujeres jaliscienses es de 77.9 años, casi cinco más que los hombres, ¿cómo queremos llegar a esa edad? ¿nos estamos preparando?
Felicidades a todas las mujeres y hay que brindar por aquello que nos hace felices y hasta renegar…como las arrugas.
A veces o casi siempre, podemos ser nuestras peores enemigas. Caemos en la tentación de ser las motivadoras de voraces críticas hacia nuestra persona y es entonces amig@s míos, que habrá que ser sabias, inteligentes y maduras para aceptar el paso del tiempo.
Así que recordé “Las palabras andantes” del periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano: “La Iglesia dice el cuerpo es una culpa, la ciencia dice el cuerpo es una máquina, la publicidad dice el cuerpo es un negocio, el cuerpo dice… yo soy una fiesta”.
Justo en estos primeros días de marzo, en los que acabo de identificar la primera arruga en mi cuello, va el llamado a las contemporáneas, a las mujeres sabías y mayores, a las novatas e inocentes, a todas, a disfrutar de lo que somos.
La moda o tendencia —ya no sé ni qué— de retocar el cuerpo con cirugías y tratamientos, para transformarlo o modificarlo, evitar físicamente el paso de los días y los años, no debe ser razón para olvidar que nuestro cuerpo es uno de los mejores amigos que podemos tener.
Todo lo que sube… no se queda allá arriba, tiene que bajar, y ésa es la realidad. Cada año que transcurre, década que se acumula es un reto y un cúmulo de aprendizaje que habrá que capitalizar para ser esas mujeres de las que parece sólo se habla cada 8 de marzo.
Todas, en más de algún momento, estamos observando en el cuerpo los cambios inminentes: kilos de más, arrugas, verrugas, canas, paño en la cara … añorando las espinillas de la adolescencia. Y no existen fórmulas mágicas, así somos.
Según la Real Academia Española, la palabra vanidad, además de arrogancia y presunción, es la caducidad de las cosas de este mundo. No hay que quedarse, ni estancarse ahí.
Hay que buscarnos, encontrarnos con un cuerpo sano para poder hacer frente a todas las desigualdades y luchas que hay que enfrentar: hasta tener un hijo sigue siendo motivo de rechazo físico y laboral.
Datos del INEGI, señalan que la esperanza de vida de las mujeres jaliscienses es de 77.9 años, casi cinco más que los hombres, ¿cómo queremos llegar a esa edad? ¿nos estamos preparando?
Felicidades a todas las mujeres y hay que brindar por aquello que nos hace felices y hasta renegar…como las arrugas.