México
Ineficiencia hundió a Luz y Fuerza
El Presidente Calderón justificó su determinación de extinguir la empresa, porque era urgente corregir una situación que ya era insostenible
CIUDAD DE MÉXICO.- El Presidente Felipe Calderón aseguró que en México tenemos que cambiar lo que ya no sirve, “porque se nos agotan el tiempo y los recursos. Queremos heredarle un México próspero y fuerte a nuestros hijos”.
En un mensaje a la nación, a propósito del decreto que publicó este domingo mediante el cual se extingue a la empresa Luz y Fuerza del Centro (LyFC), explicó que ante las ineficiencias de la empresa “era urgente que el Gobierno federal corrigiera esa situación”.
Reiteró que su Gobierno inaugurará una nueva etapa en la prestación del servicio público “que no se privatiza y sigue a cargo del Estado, como ordenan la Ley y la Constitución” para seguir mejorando día con día y ofrecer un servicio moderno y eficaz.
“Para salir adelante y transformar a México en el país justo y próspero que queremos, tenemos que cambiar, y cambiar a fondo, corregir de raíz los graves problemas que tenemos por muy costosas y difíciles que sean las decisiones”, reiteró en su mensaje en cadena nacional.
Por eso, dijo, publicó el decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro, pues el organismo enfrentaba una situación financiera insostenible, en la cual sus costos de operación eran casi del doble de sus ingresos.
En ese sentido, el Presidente Calderón indicó que tomó la decisión con base en lo dispuesto en el Artículo 16 de la Ley Federal de Entidades Paraestatales, que establece la extinción de empresas cuando su funcionamiento resulte inconveniente.
Ejemplificó que este año, con los impuestos de los mexicanos, se deberían entregar 42 mil millones de pesos a la empresa, además del dinero que cobra a sus usuarios, en su mayoría para “pagar privilegios y prestaciones onerosas de carácter laboral”.
Sostuvo que para mantener a la Compañía habría sido necesario aumentar desproporcionadamente las tarifas, lo cual “sería injusto, particularmente ahora que nuestro país vive momentos difíciles en lo económico”, y millones de mexicanos hacen un gran esfuerzo.
Señaló que las decisiones de la empresa obedecían más a las necesidades del sindicato que a la eficiencia del servicio, y ejemplificó que el número de trabajadores crecía porque así lo exigía el Contrato Colectivo de Trabajo, sin importar el servicio.
En su mensaje, dijo que antes de tomar “esta muy difícil decisión”, se hicieron numerosos esfuerzos para mejorar la productividad, aunque no hubo resultados y por eso “ya no era posible seguir así”.
FRASE:
Hoy tenemos que cambiar lo que no funciona en el país, porque ya no quedan otras opciones, porque el tiempo y los recursos se nos agotan
Felipe Calderón,
Presidente de México.
Echar atrás liquidación de LyFC, la consigna del sindicato
Amparos individuales y movilización social son parte de la estrategia con la que el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), combatirá a partir de hoy el decreto del Gobierno federal, publicado este domingo, para liquidar a Luz y Fuerza del Centro (LyFC).
Por lo pronto, la dirigencia sindical convocó a todos los sindicatos del país a una megamarcha que partirá el jueves del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino a las 10:00 horas. Además el PRD, en la Cámara de Diputados, anunció que promoverá una controversia constitucional para echar atrás el decreto del Presidente Felipe Calderón.
Las acciones del SME fueron anunciadas por el dirigente sindical Martín Esparza Flores en un mitin-asamblea en la explanada del Monumento a la Revolución, al que asistieron más de 15 mil trabajadores según reportes de la Secretaría de Seguridad Pública local.
Ahí, Esparza pidió a los 66 mil trabajadores en activo y jubilados defender “hasta la muerte” su fuente de trabajo, rechazar las liquidaciones que ofrece el Gobierno federal e iniciar un movimiento de resistencia nacional en contra de la desaparición de la Luz y Fuerza del Centro.
“De hambre no nos van a morir, pues tenemos el apoyo del pueblo de México” y de más de 200 organizaciones políticas y sociales, dijo acompañado de Alejandro Muñoz, su oponente en la reciente elección interna del SME, con quien hizo un pacto de unidad para defender el contrato colectivo de trabajo.
Esparza culpó de las deficiencias de Luz y Fuerza del Centro a los directivos de la paraestatal.
Aseguró que con el objetivo de llevar a la quiebra a la empresa para su liquidación, han hecho una pésima administración y cuestionó los argumentos del Gobierno federal para su decisión.
“Dicen que tienen 20 mil millones de pesos para liquidar (a los trabajadores del SME). Con ese dinero nos alcanza para el presupuesto y sacar adelante a Luz y Fuerza”, precisó.
En su discurso, Esparza comparó la actual situación social y económica del país con la que obligó al pueblo de México a levantarse en el movimiento revolucionario de 1910. Por el desempleo, la desigualdad creciente y la pobreza en que viven más de 60 millones de mexicanos.
La historia de la paraestatal
Luz y Fuerza del Centro es un organismo descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propio que fue declarado en liquidez desde la década de los setenta, hasta la noche del sábado cuando el Gobierno federal decretó la extinción de la compañía.
La industria eléctrica en México inició en manos de particulares; a partir de 1938 el Gobierno inició su proceso de nacionalización, culminando en 1960.
En 1911 se crea la Liga Mexicana de Electricistas y en 1914 se constituye el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).
En 1936 el SME estalla su segunda gran huelga contra Mex - Light; a consecuencia de ésta, empresa y sindicato firmarán uno de los contratos colectivos más avanzados de la época. El siguiente año se constituye la Comisión Federal de Electricidad.
Bajo la preocupación gubernamental de controlar el suministro, transformación y comercialización de la energía eléctrica, se publicó en 1938 el Proyecto de Ley de Energía Eléctrica donde inicia el proceso de nacionalización de la industria de una forma gradual.
Se pretendía que la Comisión Federal de Electricidad, como organismo descentralizado, controlara y dirigiera paulatinamente el potencial hidráulico del país para la prestación del servicio público.
Las cooperativas, organizadas y protegidas por la CFE, tenían el derecho de comprar energía generada por los concesionarios conforme a una tarifa oficial.
Nacionalización
El límite de 50 años para otorgar las concesiones se amplió con el Gobierno de Ávila Camacho.
Pero para 1960 el Gobierno comienza a comprar a las empresas que tenían a su cargo el suministro de la energía eléctrica.
El Gobierno adquirió The Mexican Light and Power Co., y la American and Foreign Power Co. creando la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz que contaba con 19 plantas generadoras que servían al Distrito Federal y a los estados de Puebla, México, Michoacán, Morelos e Hidalgo.
En 1985 Compañía de LyFC y la CFE firman el Convenio de Delimitación de Zonas, donde la zona de influencia de la primera queda reducida en más de 50% de su extensión original, zonas de Michoacán y el Estado de Guerrero pasan a manos de la Comisión Federal.
En 1994 un decreto presidencial descentraliza la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y la transforma en Luz y Fuerza del Centro, con personalidad jurídica y patrimonio propio.
En junio de 2003 entra en operación Teotihuacán, la quinta subestación en el anillo de 400 kilovolts.
El sábado 10 de octubre de 2009 elementos de la Policía Federal ocuparon desde poco antes de las 23:00 horas las instalaciones de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, y a través de un Decreto Presidencial se decidió extinguir a la compañía y liquidar a todos sus trabajadores.
Liquidación de LyFC ascendería a 20 MMDP
El secretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens, informó que la liquidación de la compañía Luz y Fuerza del Centro (LyFC) ascendería a 20 mil millones de pesos.
Los recursos que desembolsará la administración de Felipe Calderón representan una cuarta parte del gasto en 2009 que se tendrán que hacer para mantener a mil 800 funcionarios de mando superior del actual Gobierno federal —director general, jefe de unidad, oficial mayor, subsecretario y secretarios de Estado— que representan cuatro mil 300 millones de pesos, según la dependencia.
Este domingo, en una sitiada Secretaría de Gobernación, la administración federal ofreció hasta dos años y medio de liquidación a los 66 mil trabajadores de la extinta LyFC con una compensación adicional si en un plazo de un mes aceptan ser indemnizados, además de que algunos podrán serán recontratados.
En conferencia de prensa en la sede de Gobernación explicaron los pormenores de la liquidación los secretarios del Trabajo, Javier Lozano; de Energía, Georgina Kessel; el director general de la CFE, Alfredo Elías Ayub; además de Carstens y Gómez Mont.
El titular de Hacienda dijo que la indemnización tendrá un costo de 16 mil millones, pero con la compensación adicional, la cifra subirá a 20 mil millones de pesos, “de partidas presupuestales ya preparadas” y de ahorros del Gobierno.
“Con el objeto de hacer mucho más tersa la transición, el Gobierno está dispuesto a ofrecer una compensación adicional a lo que marca la ley”, dijo Carstens.
Según el Gobierno federal, a los trabajadores liquidados de LyFC les darán orientación especializada para “adecuadamente poder invertir esos recursos propios” de su indemnización, con programas de autoempleo y formación de empresas.
Javier Lozano, secretario del Trabajo, comentó que “sí está prevista la contratación de una cantidad no determinada aún de trabajadores, de acuerdo con su perfil y las necesidades de la Comisión Federal de Electricidad, para aprovechar su experiencia y capacidad”.
El titular del Trabajo dijo que “se otorgará compensación adicional por personal, al margen de su indemnización y de su antigüedad.
Abundó que irán desde un 10% sobre su sueldo a quienes tienen antigüedad de seis años; 20% de entre seis años y menor a 11 años; 40% para aquellos de 11 años y menos de 20 años; 60% para los trabajadores de 21 años y menos de 26 años; y de 80% adicional a toda esta indemnización y demás cantidades adicionales a los de más de 26 años de antigüedad”.
En promedio, añadió Lozano, “mientras la ley prevé tres meses más 12 días de salario por año de servicio, en promedio cada trabajador recibirá el equivalente en esta indemnización integrada a más de dos años y medio de servicios, dos años y medio de sus salarios en estas indemnizaciones”.
En un mensaje a la nación, a propósito del decreto que publicó este domingo mediante el cual se extingue a la empresa Luz y Fuerza del Centro (LyFC), explicó que ante las ineficiencias de la empresa “era urgente que el Gobierno federal corrigiera esa situación”.
Reiteró que su Gobierno inaugurará una nueva etapa en la prestación del servicio público “que no se privatiza y sigue a cargo del Estado, como ordenan la Ley y la Constitución” para seguir mejorando día con día y ofrecer un servicio moderno y eficaz.
“Para salir adelante y transformar a México en el país justo y próspero que queremos, tenemos que cambiar, y cambiar a fondo, corregir de raíz los graves problemas que tenemos por muy costosas y difíciles que sean las decisiones”, reiteró en su mensaje en cadena nacional.
Por eso, dijo, publicó el decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro, pues el organismo enfrentaba una situación financiera insostenible, en la cual sus costos de operación eran casi del doble de sus ingresos.
En ese sentido, el Presidente Calderón indicó que tomó la decisión con base en lo dispuesto en el Artículo 16 de la Ley Federal de Entidades Paraestatales, que establece la extinción de empresas cuando su funcionamiento resulte inconveniente.
Ejemplificó que este año, con los impuestos de los mexicanos, se deberían entregar 42 mil millones de pesos a la empresa, además del dinero que cobra a sus usuarios, en su mayoría para “pagar privilegios y prestaciones onerosas de carácter laboral”.
Sostuvo que para mantener a la Compañía habría sido necesario aumentar desproporcionadamente las tarifas, lo cual “sería injusto, particularmente ahora que nuestro país vive momentos difíciles en lo económico”, y millones de mexicanos hacen un gran esfuerzo.
Señaló que las decisiones de la empresa obedecían más a las necesidades del sindicato que a la eficiencia del servicio, y ejemplificó que el número de trabajadores crecía porque así lo exigía el Contrato Colectivo de Trabajo, sin importar el servicio.
En su mensaje, dijo que antes de tomar “esta muy difícil decisión”, se hicieron numerosos esfuerzos para mejorar la productividad, aunque no hubo resultados y por eso “ya no era posible seguir así”.
FRASE:
Hoy tenemos que cambiar lo que no funciona en el país, porque ya no quedan otras opciones, porque el tiempo y los recursos se nos agotan
Felipe Calderón,
Presidente de México.
Echar atrás liquidación de LyFC, la consigna del sindicato
Amparos individuales y movilización social son parte de la estrategia con la que el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), combatirá a partir de hoy el decreto del Gobierno federal, publicado este domingo, para liquidar a Luz y Fuerza del Centro (LyFC).
Por lo pronto, la dirigencia sindical convocó a todos los sindicatos del país a una megamarcha que partirá el jueves del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino a las 10:00 horas. Además el PRD, en la Cámara de Diputados, anunció que promoverá una controversia constitucional para echar atrás el decreto del Presidente Felipe Calderón.
Las acciones del SME fueron anunciadas por el dirigente sindical Martín Esparza Flores en un mitin-asamblea en la explanada del Monumento a la Revolución, al que asistieron más de 15 mil trabajadores según reportes de la Secretaría de Seguridad Pública local.
Ahí, Esparza pidió a los 66 mil trabajadores en activo y jubilados defender “hasta la muerte” su fuente de trabajo, rechazar las liquidaciones que ofrece el Gobierno federal e iniciar un movimiento de resistencia nacional en contra de la desaparición de la Luz y Fuerza del Centro.
“De hambre no nos van a morir, pues tenemos el apoyo del pueblo de México” y de más de 200 organizaciones políticas y sociales, dijo acompañado de Alejandro Muñoz, su oponente en la reciente elección interna del SME, con quien hizo un pacto de unidad para defender el contrato colectivo de trabajo.
Esparza culpó de las deficiencias de Luz y Fuerza del Centro a los directivos de la paraestatal.
Aseguró que con el objetivo de llevar a la quiebra a la empresa para su liquidación, han hecho una pésima administración y cuestionó los argumentos del Gobierno federal para su decisión.
“Dicen que tienen 20 mil millones de pesos para liquidar (a los trabajadores del SME). Con ese dinero nos alcanza para el presupuesto y sacar adelante a Luz y Fuerza”, precisó.
En su discurso, Esparza comparó la actual situación social y económica del país con la que obligó al pueblo de México a levantarse en el movimiento revolucionario de 1910. Por el desempleo, la desigualdad creciente y la pobreza en que viven más de 60 millones de mexicanos.
La historia de la paraestatal
Luz y Fuerza del Centro es un organismo descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propio que fue declarado en liquidez desde la década de los setenta, hasta la noche del sábado cuando el Gobierno federal decretó la extinción de la compañía.
La industria eléctrica en México inició en manos de particulares; a partir de 1938 el Gobierno inició su proceso de nacionalización, culminando en 1960.
En 1911 se crea la Liga Mexicana de Electricistas y en 1914 se constituye el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).
En 1936 el SME estalla su segunda gran huelga contra Mex - Light; a consecuencia de ésta, empresa y sindicato firmarán uno de los contratos colectivos más avanzados de la época. El siguiente año se constituye la Comisión Federal de Electricidad.
Bajo la preocupación gubernamental de controlar el suministro, transformación y comercialización de la energía eléctrica, se publicó en 1938 el Proyecto de Ley de Energía Eléctrica donde inicia el proceso de nacionalización de la industria de una forma gradual.
Se pretendía que la Comisión Federal de Electricidad, como organismo descentralizado, controlara y dirigiera paulatinamente el potencial hidráulico del país para la prestación del servicio público.
Las cooperativas, organizadas y protegidas por la CFE, tenían el derecho de comprar energía generada por los concesionarios conforme a una tarifa oficial.
Nacionalización
El límite de 50 años para otorgar las concesiones se amplió con el Gobierno de Ávila Camacho.
Pero para 1960 el Gobierno comienza a comprar a las empresas que tenían a su cargo el suministro de la energía eléctrica.
El Gobierno adquirió The Mexican Light and Power Co., y la American and Foreign Power Co. creando la Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz que contaba con 19 plantas generadoras que servían al Distrito Federal y a los estados de Puebla, México, Michoacán, Morelos e Hidalgo.
En 1985 Compañía de LyFC y la CFE firman el Convenio de Delimitación de Zonas, donde la zona de influencia de la primera queda reducida en más de 50% de su extensión original, zonas de Michoacán y el Estado de Guerrero pasan a manos de la Comisión Federal.
En 1994 un decreto presidencial descentraliza la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y la transforma en Luz y Fuerza del Centro, con personalidad jurídica y patrimonio propio.
En junio de 2003 entra en operación Teotihuacán, la quinta subestación en el anillo de 400 kilovolts.
El sábado 10 de octubre de 2009 elementos de la Policía Federal ocuparon desde poco antes de las 23:00 horas las instalaciones de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, y a través de un Decreto Presidencial se decidió extinguir a la compañía y liquidar a todos sus trabajadores.
Liquidación de LyFC ascendería a 20 MMDP
El secretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens, informó que la liquidación de la compañía Luz y Fuerza del Centro (LyFC) ascendería a 20 mil millones de pesos.
Los recursos que desembolsará la administración de Felipe Calderón representan una cuarta parte del gasto en 2009 que se tendrán que hacer para mantener a mil 800 funcionarios de mando superior del actual Gobierno federal —director general, jefe de unidad, oficial mayor, subsecretario y secretarios de Estado— que representan cuatro mil 300 millones de pesos, según la dependencia.
Este domingo, en una sitiada Secretaría de Gobernación, la administración federal ofreció hasta dos años y medio de liquidación a los 66 mil trabajadores de la extinta LyFC con una compensación adicional si en un plazo de un mes aceptan ser indemnizados, además de que algunos podrán serán recontratados.
En conferencia de prensa en la sede de Gobernación explicaron los pormenores de la liquidación los secretarios del Trabajo, Javier Lozano; de Energía, Georgina Kessel; el director general de la CFE, Alfredo Elías Ayub; además de Carstens y Gómez Mont.
El titular de Hacienda dijo que la indemnización tendrá un costo de 16 mil millones, pero con la compensación adicional, la cifra subirá a 20 mil millones de pesos, “de partidas presupuestales ya preparadas” y de ahorros del Gobierno.
“Con el objeto de hacer mucho más tersa la transición, el Gobierno está dispuesto a ofrecer una compensación adicional a lo que marca la ley”, dijo Carstens.
Según el Gobierno federal, a los trabajadores liquidados de LyFC les darán orientación especializada para “adecuadamente poder invertir esos recursos propios” de su indemnización, con programas de autoempleo y formación de empresas.
Javier Lozano, secretario del Trabajo, comentó que “sí está prevista la contratación de una cantidad no determinada aún de trabajadores, de acuerdo con su perfil y las necesidades de la Comisión Federal de Electricidad, para aprovechar su experiencia y capacidad”.
El titular del Trabajo dijo que “se otorgará compensación adicional por personal, al margen de su indemnización y de su antigüedad.
Abundó que irán desde un 10% sobre su sueldo a quienes tienen antigüedad de seis años; 20% de entre seis años y menor a 11 años; 40% para aquellos de 11 años y menos de 20 años; 60% para los trabajadores de 21 años y menos de 26 años; y de 80% adicional a toda esta indemnización y demás cantidades adicionales a los de más de 26 años de antigüedad”.
En promedio, añadió Lozano, “mientras la ley prevé tres meses más 12 días de salario por año de servicio, en promedio cada trabajador recibirá el equivalente en esta indemnización integrada a más de dos años y medio de servicios, dos años y medio de sus salarios en estas indemnizaciones”.