Jalisco
Pesadilla abordo de la “Bestia”
Las vías del ferrocarril en Guadalajara, escala transitoria de migrantes
GUADALAJARA, JALISCO.- Cruzar el país para llegar a los Estados Unidos, con la intención de conseguir “el sueño americano”, tiene un alto precio. Por la vía del
ferrocarril, desde el Sur del país, miles de
migrantes arriesgan su vida todos los días en el intento de llegar hasta la frontera Norte. El trayecto en la “Bestia” —como le llaman a este sistema de transporte— es una pesadilla, y cruzar la línea divisoria no garantiza bienestar económico.
En Guadalajara, las vías del ferrocarril que cruzan las avenidas Inglaterra y Quetzal son un punto de reunión de migrantes (hombres y mujeres), sobre todo de Centroamérica, quienes hacen una escala transitoria para recuperarse de los atropellos de autoridades y delincuentes que los dejan prácticamente sin dinero, sin equipaje, sin honor…
Y es que desde los estados sureños de México inicia la “cruel” travesía para los migrantes, que son víctimas de robos, secuestros, torturas y violaciones sexuales, entre otros.
Con gestos que irradian inseguridad, confusión y miedo a lo desconocido, se refugian en Guadalajara a la expectativa de lo que pueda pasar en los próximos días.
Llegan sin ropa de cambio, hambrientos, sin dinero. Aseguran que fueron despojados en la frontera de México para poder pasar, o fueron asaltados o mancillados por maleantes en el camino. Pero eso no los desalienta, “siempre hay una esperanza”.
Ahora la delincuencia organizada tiene una nueva forma de ganar dinero. Se trata de una modalidad de secuestro exprés hacia migrantes. Los bajan de los trenes, los llevan a casas de seguridad, y desde ahí llaman por teléfono a familiares para extorsionarlos. La libertad de los migrantes cuesta hasta cinco mil dólares.
Salen de Guatemala hacia Chiapas. Después llegan a Oaxaca, de ahí a Veracruz, luego al Distrito Federal y más tarde a Guadalajara. Ésta es sólo la mitad hacia su rumbo añorado. ¿Y al final, a dónde llegarán? Ellos tienen fe de que tocarán el otro lado, su gran meta.
En México, el proceso migratorio se muestra con gran intensidad por ser un país de expulsión, tránsito y recepción de migrantes. Representa un paso natural para los que provienen de regiones con menor nivel de desarrollo, como lo son algunos países como El Salvador, Nicaragua y Honduras.
En Guadalajara, las vías del ferrocarril que cruzan las avenidas Inglaterra y Quetzal son un punto de reunión de migrantes (hombres y mujeres), sobre todo de Centroamérica, quienes hacen una escala transitoria para recuperarse de los atropellos de autoridades y delincuentes que los dejan prácticamente sin dinero, sin equipaje, sin honor…
Y es que desde los estados sureños de México inicia la “cruel” travesía para los migrantes, que son víctimas de robos, secuestros, torturas y violaciones sexuales, entre otros.
Con gestos que irradian inseguridad, confusión y miedo a lo desconocido, se refugian en Guadalajara a la expectativa de lo que pueda pasar en los próximos días.
Llegan sin ropa de cambio, hambrientos, sin dinero. Aseguran que fueron despojados en la frontera de México para poder pasar, o fueron asaltados o mancillados por maleantes en el camino. Pero eso no los desalienta, “siempre hay una esperanza”.
Ahora la delincuencia organizada tiene una nueva forma de ganar dinero. Se trata de una modalidad de secuestro exprés hacia migrantes. Los bajan de los trenes, los llevan a casas de seguridad, y desde ahí llaman por teléfono a familiares para extorsionarlos. La libertad de los migrantes cuesta hasta cinco mil dólares.
Salen de Guatemala hacia Chiapas. Después llegan a Oaxaca, de ahí a Veracruz, luego al Distrito Federal y más tarde a Guadalajara. Ésta es sólo la mitad hacia su rumbo añorado. ¿Y al final, a dónde llegarán? Ellos tienen fe de que tocarán el otro lado, su gran meta.
En México, el proceso migratorio se muestra con gran intensidad por ser un país de expulsión, tránsito y recepción de migrantes. Representa un paso natural para los que provienen de regiones con menor nivel de desarrollo, como lo son algunos países como El Salvador, Nicaragua y Honduras.