Jalisco
Miles de fieles “renuevan” su espíritu en la Luz del Mundo
La ceremonia religiosa termina con una participación de 315 mil personas de diferentes partes del mundo. Se aplicaron medidas sanitarias ante la influenza humana
GUADALAJARA, JALISCO.- Ayer culminó la edición 71 de la Santa Convocación en la Iglesia de la
Luz del Mundo. El evento religioso trajo beneficios económicos en los sectores hotelero y restaurantero para la Zona Metropolitana de Guadalajara, al registrarse una participación de alrededor de 315 mil fieles de diferentes partes del mundo, quienes estuvieron en la ciudad durante una semana. Estimaciones de la organización religiosa revelan que la derrama económica podría alcanzar los 90 millones de dólares.
Alrededor de 100 mil visitantes eran de diversos estados de la República y de 43 países, principalmente de Estados Unidos, El Salvador, Colombia, Costa Rica; regiones de Europa, África y Medio Oriente. Los otros 200 mil eran jaliscienses.
En punto de las 10:00 horas de ayer, el apóstol Samuel Joaquín dio la bienvenida a los feligreses para comenzar con el último evento. Para ingresar a la parte más cercana al templo, los asistentes tuvieron que pasar por un control sanitario implementado por la Secretaría de Salud, el Ministerio de Salud de la Iglesia y el Comité de Contingencias. Dicho control consistía en 10 cámaras térmicas para detectar a personas con alta temperatura en un radio de 100 individuos, además de la repartición de guantes, cubrebocas y gel antibacterial.
Una vez comenzada la celebración, varios fieles lloraron al interactuar con su líder, al tiempo que realizaban oraciones. “Me ha acariciado el alma el Señor, es muy fuerte esa sensación, es inexplicable. Me llevo mucho amor y bendiciones a Colombia”, relató María Gabiri (de 29 años) con lágrimas en los ojos, quien vino desde su país para “lavar” sus pecados.
“Es la quinta vez que vengo a la Santa Celebración, junto con mi familia. Nos quedamos en casa de ‘hermanos’ que nos comparten su hogar, aquí en la Hermosa Provincia”, señaló la joven colombiana, quien acudió a las distintas actividades que la Iglesia celebra del 7 al 15 de agosto “para llevarme a mi país herramientas y protección espiritual”.
De igual manera, Fraser Dillon, un joven estadounidense al borde del llanto, se arrodilló sobre el suelo y exclamó: “Esto no es del hombre”.
Durante la festividad se impartieron consejos y enseñanzas con el objetivo de consolidar los valores entre los fieles. “La respuesta fue positiva. Todos los horarios estuvieron llenos de hermanos y de hermanas, para que ellos escucharan alguna enseñanza que les permita mejorar su vida y estar alerta sobre los peligros que amenazan a la humanidad en estos tiempos: las drogas y los vicios que degradan la dignidad del ser humano”, señaló Armando Maya, director de Comunicación Social de la Zona Occidente de la Iglesia.
“Puedo volver a mi casa con el espíritu renovado, me llevo mucho amor en el alma y protección espiritual que me ayudará a luchar por ser un mejor ser humano día a día”, aseguró Juan José Lomelí, de San Antonio, Texas, quien vino a Guadalajara en compañía de su esposa y se quedan hasta hoy en una casa de “hermanos”, a donde han llegado 30 personas más.
La solidaridad fue una constante entre los fieles.
Para saber
Al interior del templo sólo logran entrar 15 mil personas, mientras unas 180 mil se plantaron afuera de la santa sede; 120 mil estuvieron en las subsedes ubicadas en las colonias El Bethel y Aarón Joaquín. En esta última celebración, el pastor Samuel Joaquín hizo un llamado para analizarse internamente. “Para hacer un balance en nuestras vidas”.
Alrededor de 100 mil visitantes eran de diversos estados de la República y de 43 países, principalmente de Estados Unidos, El Salvador, Colombia, Costa Rica; regiones de Europa, África y Medio Oriente. Los otros 200 mil eran jaliscienses.
En punto de las 10:00 horas de ayer, el apóstol Samuel Joaquín dio la bienvenida a los feligreses para comenzar con el último evento. Para ingresar a la parte más cercana al templo, los asistentes tuvieron que pasar por un control sanitario implementado por la Secretaría de Salud, el Ministerio de Salud de la Iglesia y el Comité de Contingencias. Dicho control consistía en 10 cámaras térmicas para detectar a personas con alta temperatura en un radio de 100 individuos, además de la repartición de guantes, cubrebocas y gel antibacterial.
Una vez comenzada la celebración, varios fieles lloraron al interactuar con su líder, al tiempo que realizaban oraciones. “Me ha acariciado el alma el Señor, es muy fuerte esa sensación, es inexplicable. Me llevo mucho amor y bendiciones a Colombia”, relató María Gabiri (de 29 años) con lágrimas en los ojos, quien vino desde su país para “lavar” sus pecados.
“Es la quinta vez que vengo a la Santa Celebración, junto con mi familia. Nos quedamos en casa de ‘hermanos’ que nos comparten su hogar, aquí en la Hermosa Provincia”, señaló la joven colombiana, quien acudió a las distintas actividades que la Iglesia celebra del 7 al 15 de agosto “para llevarme a mi país herramientas y protección espiritual”.
De igual manera, Fraser Dillon, un joven estadounidense al borde del llanto, se arrodilló sobre el suelo y exclamó: “Esto no es del hombre”.
Durante la festividad se impartieron consejos y enseñanzas con el objetivo de consolidar los valores entre los fieles. “La respuesta fue positiva. Todos los horarios estuvieron llenos de hermanos y de hermanas, para que ellos escucharan alguna enseñanza que les permita mejorar su vida y estar alerta sobre los peligros que amenazan a la humanidad en estos tiempos: las drogas y los vicios que degradan la dignidad del ser humano”, señaló Armando Maya, director de Comunicación Social de la Zona Occidente de la Iglesia.
“Puedo volver a mi casa con el espíritu renovado, me llevo mucho amor en el alma y protección espiritual que me ayudará a luchar por ser un mejor ser humano día a día”, aseguró Juan José Lomelí, de San Antonio, Texas, quien vino a Guadalajara en compañía de su esposa y se quedan hasta hoy en una casa de “hermanos”, a donde han llegado 30 personas más.
La solidaridad fue una constante entre los fieles.
Para saber
Al interior del templo sólo logran entrar 15 mil personas, mientras unas 180 mil se plantaron afuera de la santa sede; 120 mil estuvieron en las subsedes ubicadas en las colonias El Bethel y Aarón Joaquín. En esta última celebración, el pastor Samuel Joaquín hizo un llamado para analizarse internamente. “Para hacer un balance en nuestras vidas”.