Jalisco
Electricista denuncia abuso policial en Tlajomulco
Derivado de la agresión, sufrió lesiones en el oído que sólo se pueden arreglar con cirugía
TLAJOMULCO DE ZÙÑIGA, JALISCO (16/AGO/2010).- Un hombre de oficio electricista levantó una denuncia ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (
CEDHJ), luego de que presuntamente una decena de policías de Tlajomulco de Zúñiga lo golpearan. Las heridas que, dijo, le ocasionaron incluso con las cachas de las armas largas, le han costado su sentido del oído.
El denunciante, de nombre José Natividad Rodríguez Enciso, mencionó que en breve será sometido a una delicada operación, dado que los órganos de su oído derecho quedaron prácticamente destrozados a raíz de la agresión. Por tal motivo solicitó una audiencia con el alcalde de esa localidad, Enrique Alfaro Ramírez, toda vez que no cuenta con el efectivo para sortear tal intervención quirúrgica.
Mencionó que los hechos ocurrieron la noche del pasado 15 de julio, cuando se dirigía de la Cabecera Municipal a su domicilio, justo sobre el punto en que se encuentra una empresa embotelladora sobre la avenida Pedro Parra Centeno.
Ahí, relató, dos camionetas blancas lo alcanzaron y cercaron, de manera que no pudiera avanzar o retroceder. Alrededor de 10 policías uniformados descendieron de esos vehículos y, sin razón alguna, comenzaron a golpearlo.
Dijo que, aunque pidió auxilio, peatones y oficiales hicieron caso omiso a sus súplicas y estos últimos lo agredieron con mayor intensidad, al tiempo que escuchaba que se dirigían vía radio “a su 02” y una voz les indicaba que “por negativo” lo subieran a una patrulla rotulada con los dígitos TZ-65.
Una vez en el vehículo oficial, perdió el conocimiento y despertó en los Servicios Médicos Municipales, donde lo evaluaron y nuevamente pusieron a disposición de los policías, quienes lo llevaron al Juzgado, de donde logró salir a la 01:15 del día siguiente, luego de que sus familiares pagaran una multa de 400 pesos, “por una falta administrativa”.
No obstante, añadió, a él nunca se le dio a conocer la verdadera razón por la cual se le aprehendió. Además denunció ser víctima de un robo, toda vez que los policías “le desaparecieron” un cinto elaborado con hilos de plata, que aunque en los juzgados le dijeron “nunca trajo consigo”, apareció en la cochera de su domicilio al día siguiente.
Tal irregularidad lo orilló a levantar una denuncia ante la CEDHJ, donde se le concedió una copia del oficio 434/COQ/2010, para que acudiera a la Procuraduría de Justicia y el caso se resolviera como el protocolo lo demanda.
No obstante, la condición en que se encuentra dificulta su traslado a dichos puntos, por lo que no ha logrado realizar los trámites correspondientes para dar solución a su caso a la brevedad.
Sin embargo, acudió a la Unidad de Fiscalización y Transparencia del Municipio, donde se le dijo que el caso ya es analizado.
Además, agregó que el alcalde ha prometido recibirle para ver qué solución inmediata podría darle sobre este abuso que, menciona, le ha afectado enormemente.
El denunciante, de nombre José Natividad Rodríguez Enciso, mencionó que en breve será sometido a una delicada operación, dado que los órganos de su oído derecho quedaron prácticamente destrozados a raíz de la agresión. Por tal motivo solicitó una audiencia con el alcalde de esa localidad, Enrique Alfaro Ramírez, toda vez que no cuenta con el efectivo para sortear tal intervención quirúrgica.
Mencionó que los hechos ocurrieron la noche del pasado 15 de julio, cuando se dirigía de la Cabecera Municipal a su domicilio, justo sobre el punto en que se encuentra una empresa embotelladora sobre la avenida Pedro Parra Centeno.
Ahí, relató, dos camionetas blancas lo alcanzaron y cercaron, de manera que no pudiera avanzar o retroceder. Alrededor de 10 policías uniformados descendieron de esos vehículos y, sin razón alguna, comenzaron a golpearlo.
Dijo que, aunque pidió auxilio, peatones y oficiales hicieron caso omiso a sus súplicas y estos últimos lo agredieron con mayor intensidad, al tiempo que escuchaba que se dirigían vía radio “a su 02” y una voz les indicaba que “por negativo” lo subieran a una patrulla rotulada con los dígitos TZ-65.
Una vez en el vehículo oficial, perdió el conocimiento y despertó en los Servicios Médicos Municipales, donde lo evaluaron y nuevamente pusieron a disposición de los policías, quienes lo llevaron al Juzgado, de donde logró salir a la 01:15 del día siguiente, luego de que sus familiares pagaran una multa de 400 pesos, “por una falta administrativa”.
No obstante, añadió, a él nunca se le dio a conocer la verdadera razón por la cual se le aprehendió. Además denunció ser víctima de un robo, toda vez que los policías “le desaparecieron” un cinto elaborado con hilos de plata, que aunque en los juzgados le dijeron “nunca trajo consigo”, apareció en la cochera de su domicilio al día siguiente.
Tal irregularidad lo orilló a levantar una denuncia ante la CEDHJ, donde se le concedió una copia del oficio 434/COQ/2010, para que acudiera a la Procuraduría de Justicia y el caso se resolviera como el protocolo lo demanda.
No obstante, la condición en que se encuentra dificulta su traslado a dichos puntos, por lo que no ha logrado realizar los trámites correspondientes para dar solución a su caso a la brevedad.
Sin embargo, acudió a la Unidad de Fiscalización y Transparencia del Municipio, donde se le dijo que el caso ya es analizado.
Además, agregó que el alcalde ha prometido recibirle para ver qué solución inmediata podría darle sobre este abuso que, menciona, le ha afectado enormemente.