Jalisco
Comercio informal, sin control desde 2010
En 2009 se calculaban entre 50 y 100 ambulantes en el Centro Histórico de Guadalajara; hoy superan los mil
GUADALAJARA, JALISCO (03/AGO/2013).- Parte de las acciones que se tomaron previo al año 2010 fueron clave para controlar el ambulantaje. Desde 2009 se elevaron las multas por vender productos en la vía pública sin permiso, hasta llegar a los dos mil 500 pesos. Y para temporadas altas de comercio, como el periodo navideño, se expedían permisos especiales al comercio informal.
En ese año las autoridades municipales, a cargo del alcalde Alfonso Petersen Farah, calculaban entre 50 y 100 comerciantes ambulantes en el Centro Histórico.
En el trienio del alcalde panista, la Dirección de Inspección y Vigilancia levantaba 11 mil sanciones a ambulantes cada mes, la mitad de las faltas se cometían en la Zona Centro de la ciudad. De hecho, agentes de la Policía de Guadalajara y personal de espacios abiertos de reglamentos del Ayuntamiento tapatío participaban en los operativos.
Y estar en el ojo del huracán no agrada a los comerciantes informales del primer cuadro. De hecho, temen porque la autoridad, en un intento por “limpiar su imagen” tras la el escándalo por los señalamiento de colusión con ambulantaje, implemente operativos para retirarlos, y que haga uso de la fuerza en ellos.
Así lo expone Juan González, un comerciante que por 16 años estuvo al frente de diversos núcleos de vendedores en la ciudad. Durante ese lapso, presume, logró acuerdos para mantener sin cambios la cantidad de vendedores ofreciendo su mercancía; acuerdos que, incluso, le valieron reconocimientos de la Cámara de Comercio.
“En primer lugar, aceptando sin conceder que sí hubiera corrupción entre comerciantes y la Secretaría General, ellos van a querer limpiar su imagen, y entonces se van a ir sobre los comerciantes… ahora con la fuerza”. A pesar de ello, solicita a sus compañeros que “no se dejen extorsionar” por quienes calificó como “recoge cuotas”.
La solución, agrega, es simple: que la regularización sea un programa de éxito. Asegura que el municipio ha tenido disposición de hacerlo y que ambas partes han estado abiertos a buscarla, pero que en algún punto de la negociación ha habido quiebre.
Regresa el PRI… y los ambulantes
Con la llegada de Aristóteles Sandoval a la alcaldía de Guadalajara aumentaron los problemas por contener a los vendedores informales en el Centro de Guadalajara. Un acontecimiento trascendental fue el desalojo de los artesanos del Callejón del Diablo y la Plaza Tapatía. Los vendedores intentaron manifestarse, lo que ocasionó una trifulca afuera del Teatro Degollado y la detención de siete comerciantes, que horas después fueron liberados.
Noviembre de 2012 fue el límite que dio el nuevo presidente municipal, Ramiro Hernández, para terminar con el ambulantaje; al siguiente mes, el ahora cesado director de Inspección y Vigilancia del Ayuntamiento de Guadalajara, Salvador Orozco Santillán, presumía que había levantado del Centro Histórico a 600 de ellos; sin embargo, era el inicio de los problemas.
Casi al inicio de2013 los diálogos con los comerciantes informales eran abiertos. El Ayuntamiento de Guadalajara y la Unión de Comerciantes Ambulantes del Centro Histórico acordaron que parte de los integrantes de esta organización fueran reubicados en los alrededores de los templos de Aránzazu y San Francisco durante la temporada navideña, pero los ambulantes solicitaban vender en la calle Ramón Corona.
Días después decenas de ambulantes se instalaron, finalmente, en Ramón Corona, y aseguraban que las autoridades tapatías los habían situado ahí. Orozco Santillán decía que él no les dio permiso, y que desde su dirección no se reubicó a nadie.
Sobre el supuesto reacomodo que autorizó el Ayuntamiento, Orozco Santillán dijo: “La Dirección de Inspección y Vigilancia no tiene voceros autorizados, soy yo quien puede hacer declaraciones”.
• ''EN LOS GOBIERNOS DEL PRI, EL QUE HABLA CON LA VERDAD PIERDE SU TRABAJO''
Regidora panista pide cese del secretario general del Ayuntamiento
La investigación dentro del Ayuntamiento de Guadalajara resolvió el cese del director de Inspección y Vigilancia, Salvador Orozco Santillán; sin embargo, debería incluir al secretario general Tomás Vázquez Vigil, considera la regidora panista Maribel Alfeirán; menciona que da a entender que el Gobierno municipal “protege” a los funcionarios que pudieron cometer actos de corrupción.
Alfeirán hizo público, el miércoles pasado, un reporte realizado por el ahora ex director de Inspección y Vigilancia, Orozco Santillán, donde se ventiló colusión entre autoridad y ambulantes. “Suponíamos que iba a suceder (…) En estos gobiernos del PRI el que habla con la verdad pierde el trabajo, y es una pena”.
Opina que el alcalde Ramiro Hernández quiere “proteger a toda costa al secretario”, y no encontrar la base de las irregularidades detectadas. Acepta que en las indicaciones de tolerancia para ambulantes debió actuar la Dirección de Inspección, pero extiende la red de corrupción hasta la primera cabeza: el secretario general. La regidora plantea que Vázquez Vigil tiene que ser separado del cargo “por lo menos de manera provisional”.
Desde su óptica, los gobiernos del tricolor en Guadalajara han presumido experiencia, pero no la han demostrado. “Dijeron que sabían cómo hacerlo. Llevan cuatro años en esta ciudad y el ambulantaje crece, y no saben arreglar nada. En este Ayuntamiento, díganme, qué ha caminado; parece que no tenemos posibilidades de caminar y a mí me da muchísima pena”.
La semana entrante, dijo, la bancada panista se reunirá para definir la estrategia que implementarán como oposición ante estos hechos.
LA VOZ DEL EXPERTO
El problema se ha tratado igual desde el trienio de Aristóteles
Jorge Narro Monroy (académico del ITESO)
El ejercicio gubernamental de Ramiro Hernández al frente del Ayuntamiento de Guadalajara, y el de su predecesor, el actual gobernador Aristóteles Sandoval, replicaron su trato hacia el ambulantaje. Ambos han dado seguimiento al comercio informal “exactamente de la misma manera”.
De acuerdo con el politólogo Jorge Narro Monroy, ambos actores políticos no solamente han tolerado la proliferación de comerciantes ambulantes, sino que “han construido un aparato para explotarlo”. La reciente denuncia que se hizo pública desde la dirección de Inspección y Vigilancia, dice, así lo prueba. “No es que se haga algo distinto, sólo se permitió que el ambulantaje se conservara”.
Destaca que durante los gobiernos panistas no trascendió que existiera contubernio entre funcionarios y dirigentes de comerciantes. Esto se destapó durante el trienio de Sandoval Díaz, aunque cuando él ya no estaba al frente del Ayuntamiento; es decir, cuando el alcalde interino era Francisco Ayón.
Sobre el caso de colusión entre la Secretaría General y ambulantes, ventilado el miércoles durante una sesión de Ayuntamiento, Narro Monroy opina que el responsable es el alcalde Ramiro Hernández, pues es quien tiene la titularidad del Ayuntamiento y es quien debe “meter orden” en su administración.
A decir del académico del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), el que se destape la permisividad durante los gobiernos del Revolucionario Institucional, obedece a que durante los más de 70 años previos del PRI en el poder, se logró robustecer las estructuras clientelares de los comerciantes, lo que no pudo igualar el PAN en menos de dos décadas.
El problema de fondo, concluye, es que sin distinción de partidos en el poder, los gobiernos municipales “no representan la voluntad general, sino intereses personales y de grupo”.
EL DATO
Diagnóstico
En febrero de 2013 la Secretaría General del Ayuntamiento tapatío elaboró una radiografía del comercio ambulante en el Centro Histórico de la ciudad.
El diagnóstico reveló que la cantidad de vendedores se disparó en el periodo de 2010 a 2012, cuando se pasó de 406, a mil 037; subió más del doble.
En ese año las autoridades municipales, a cargo del alcalde Alfonso Petersen Farah, calculaban entre 50 y 100 comerciantes ambulantes en el Centro Histórico.
En el trienio del alcalde panista, la Dirección de Inspección y Vigilancia levantaba 11 mil sanciones a ambulantes cada mes, la mitad de las faltas se cometían en la Zona Centro de la ciudad. De hecho, agentes de la Policía de Guadalajara y personal de espacios abiertos de reglamentos del Ayuntamiento tapatío participaban en los operativos.
Y estar en el ojo del huracán no agrada a los comerciantes informales del primer cuadro. De hecho, temen porque la autoridad, en un intento por “limpiar su imagen” tras la el escándalo por los señalamiento de colusión con ambulantaje, implemente operativos para retirarlos, y que haga uso de la fuerza en ellos.
Así lo expone Juan González, un comerciante que por 16 años estuvo al frente de diversos núcleos de vendedores en la ciudad. Durante ese lapso, presume, logró acuerdos para mantener sin cambios la cantidad de vendedores ofreciendo su mercancía; acuerdos que, incluso, le valieron reconocimientos de la Cámara de Comercio.
“En primer lugar, aceptando sin conceder que sí hubiera corrupción entre comerciantes y la Secretaría General, ellos van a querer limpiar su imagen, y entonces se van a ir sobre los comerciantes… ahora con la fuerza”. A pesar de ello, solicita a sus compañeros que “no se dejen extorsionar” por quienes calificó como “recoge cuotas”.
La solución, agrega, es simple: que la regularización sea un programa de éxito. Asegura que el municipio ha tenido disposición de hacerlo y que ambas partes han estado abiertos a buscarla, pero que en algún punto de la negociación ha habido quiebre.
Regresa el PRI… y los ambulantes
Con la llegada de Aristóteles Sandoval a la alcaldía de Guadalajara aumentaron los problemas por contener a los vendedores informales en el Centro de Guadalajara. Un acontecimiento trascendental fue el desalojo de los artesanos del Callejón del Diablo y la Plaza Tapatía. Los vendedores intentaron manifestarse, lo que ocasionó una trifulca afuera del Teatro Degollado y la detención de siete comerciantes, que horas después fueron liberados.
Noviembre de 2012 fue el límite que dio el nuevo presidente municipal, Ramiro Hernández, para terminar con el ambulantaje; al siguiente mes, el ahora cesado director de Inspección y Vigilancia del Ayuntamiento de Guadalajara, Salvador Orozco Santillán, presumía que había levantado del Centro Histórico a 600 de ellos; sin embargo, era el inicio de los problemas.
Casi al inicio de2013 los diálogos con los comerciantes informales eran abiertos. El Ayuntamiento de Guadalajara y la Unión de Comerciantes Ambulantes del Centro Histórico acordaron que parte de los integrantes de esta organización fueran reubicados en los alrededores de los templos de Aránzazu y San Francisco durante la temporada navideña, pero los ambulantes solicitaban vender en la calle Ramón Corona.
Días después decenas de ambulantes se instalaron, finalmente, en Ramón Corona, y aseguraban que las autoridades tapatías los habían situado ahí. Orozco Santillán decía que él no les dio permiso, y que desde su dirección no se reubicó a nadie.
Sobre el supuesto reacomodo que autorizó el Ayuntamiento, Orozco Santillán dijo: “La Dirección de Inspección y Vigilancia no tiene voceros autorizados, soy yo quien puede hacer declaraciones”.
• ''EN LOS GOBIERNOS DEL PRI, EL QUE HABLA CON LA VERDAD PIERDE SU TRABAJO''
Regidora panista pide cese del secretario general del Ayuntamiento
La investigación dentro del Ayuntamiento de Guadalajara resolvió el cese del director de Inspección y Vigilancia, Salvador Orozco Santillán; sin embargo, debería incluir al secretario general Tomás Vázquez Vigil, considera la regidora panista Maribel Alfeirán; menciona que da a entender que el Gobierno municipal “protege” a los funcionarios que pudieron cometer actos de corrupción.
Alfeirán hizo público, el miércoles pasado, un reporte realizado por el ahora ex director de Inspección y Vigilancia, Orozco Santillán, donde se ventiló colusión entre autoridad y ambulantes. “Suponíamos que iba a suceder (…) En estos gobiernos del PRI el que habla con la verdad pierde el trabajo, y es una pena”.
Opina que el alcalde Ramiro Hernández quiere “proteger a toda costa al secretario”, y no encontrar la base de las irregularidades detectadas. Acepta que en las indicaciones de tolerancia para ambulantes debió actuar la Dirección de Inspección, pero extiende la red de corrupción hasta la primera cabeza: el secretario general. La regidora plantea que Vázquez Vigil tiene que ser separado del cargo “por lo menos de manera provisional”.
Desde su óptica, los gobiernos del tricolor en Guadalajara han presumido experiencia, pero no la han demostrado. “Dijeron que sabían cómo hacerlo. Llevan cuatro años en esta ciudad y el ambulantaje crece, y no saben arreglar nada. En este Ayuntamiento, díganme, qué ha caminado; parece que no tenemos posibilidades de caminar y a mí me da muchísima pena”.
La semana entrante, dijo, la bancada panista se reunirá para definir la estrategia que implementarán como oposición ante estos hechos.
LA VOZ DEL EXPERTO
El problema se ha tratado igual desde el trienio de Aristóteles
Jorge Narro Monroy (académico del ITESO)
El ejercicio gubernamental de Ramiro Hernández al frente del Ayuntamiento de Guadalajara, y el de su predecesor, el actual gobernador Aristóteles Sandoval, replicaron su trato hacia el ambulantaje. Ambos han dado seguimiento al comercio informal “exactamente de la misma manera”.
De acuerdo con el politólogo Jorge Narro Monroy, ambos actores políticos no solamente han tolerado la proliferación de comerciantes ambulantes, sino que “han construido un aparato para explotarlo”. La reciente denuncia que se hizo pública desde la dirección de Inspección y Vigilancia, dice, así lo prueba. “No es que se haga algo distinto, sólo se permitió que el ambulantaje se conservara”.
Destaca que durante los gobiernos panistas no trascendió que existiera contubernio entre funcionarios y dirigentes de comerciantes. Esto se destapó durante el trienio de Sandoval Díaz, aunque cuando él ya no estaba al frente del Ayuntamiento; es decir, cuando el alcalde interino era Francisco Ayón.
Sobre el caso de colusión entre la Secretaría General y ambulantes, ventilado el miércoles durante una sesión de Ayuntamiento, Narro Monroy opina que el responsable es el alcalde Ramiro Hernández, pues es quien tiene la titularidad del Ayuntamiento y es quien debe “meter orden” en su administración.
A decir del académico del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), el que se destape la permisividad durante los gobiernos del Revolucionario Institucional, obedece a que durante los más de 70 años previos del PRI en el poder, se logró robustecer las estructuras clientelares de los comerciantes, lo que no pudo igualar el PAN en menos de dos décadas.
El problema de fondo, concluye, es que sin distinción de partidos en el poder, los gobiernos municipales “no representan la voluntad general, sino intereses personales y de grupo”.
EL DATO
Diagnóstico
En febrero de 2013 la Secretaría General del Ayuntamiento tapatío elaboró una radiografía del comercio ambulante en el Centro Histórico de la ciudad.
El diagnóstico reveló que la cantidad de vendedores se disparó en el periodo de 2010 a 2012, cuando se pasó de 406, a mil 037; subió más del doble.