Internacional
Terrorismo y ciberataques, prioridad de la Defensa británica
Hillary Clinton expresa su preocupación porque los ajustes afecten los recursos militares de la OTAN
LONDRES, INGLATERRA (25/OCT/2010).- El miedo a una guerra convencional —justificación histórica para la existencia de los ejércitos defensivos tradicionales— sigue ocupando un lugar destacado, pero los verdaderos riesgos que afronta Reino Unido son otros.
El peligro del terrorismo internacional o el procedente de Irlanda del Norte, la posibilidad de un ataque cibernético a gran escala, de una gran catástrofe natural y, en un orden más convencional, el verse implicado en una crisis militar internacional, son ahora las cuatro amenazas que más temen los británicos.
Así lo expresa la nueva Estrategia de Seguridad Nacional, publicada por la coalición de conservadores y liberales-demócratas. El texto va acompañado de una significativa introducción firmada por el primer ministro conservador, David Cameron, y el viceprimer ministro liberal, Nick Clegg. Una forma de mostrar unidad en un tema capaz de suscitar tensiones en un Gobierno que reúne el agresivo militarismo tory y la tendencia al pacifismo de los liberales.
La publicación de la estrategia no es casual, ya que recientemente se informó de condicionar el monto y naturaleza del futuro gasto militar británico.
En los últimos días, militares, políticos británicos y extranjeros, han expresado su opinión en favor de una opción u otra. No por casualidad, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, y su colega de Defensa, Robert Gates, han expresado su temor a que los ajustes afecten a los recursos militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Los militares británicos han voceado también su temor a sufrir recortes tan drásticos. Los medios británicos coinciden en que se situarán entre 8 y 10 por ciento.
El peligro del terrorismo internacional o el procedente de Irlanda del Norte, la posibilidad de un ataque cibernético a gran escala, de una gran catástrofe natural y, en un orden más convencional, el verse implicado en una crisis militar internacional, son ahora las cuatro amenazas que más temen los británicos.
Así lo expresa la nueva Estrategia de Seguridad Nacional, publicada por la coalición de conservadores y liberales-demócratas. El texto va acompañado de una significativa introducción firmada por el primer ministro conservador, David Cameron, y el viceprimer ministro liberal, Nick Clegg. Una forma de mostrar unidad en un tema capaz de suscitar tensiones en un Gobierno que reúne el agresivo militarismo tory y la tendencia al pacifismo de los liberales.
La publicación de la estrategia no es casual, ya que recientemente se informó de condicionar el monto y naturaleza del futuro gasto militar británico.
En los últimos días, militares, políticos británicos y extranjeros, han expresado su opinión en favor de una opción u otra. No por casualidad, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, y su colega de Defensa, Robert Gates, han expresado su temor a que los ajustes afecten a los recursos militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Los militares británicos han voceado también su temor a sufrir recortes tan drásticos. Los medios británicos coinciden en que se situarán entre 8 y 10 por ciento.