Internacional

Sudán del Sur inicia era con la promesa de estabilidad

Una consulta valida el deseo de sudaneses sureños de separarse de la República, y da origen a un país

Sudán del Sur inicia era con la promesa de estabilidad
JUBA, SUDÁN (08/FEB/2011).- En poco más de cinco meses, Sudán del Sur se convertirá en el país más joven del mundo. Los resultados finales de un referendo de independencia confirmaron la separación de esta región de Sudán, nación con mayor extensión territorial de África.

Con casi 44 millones de habitantes, Sudán dejará de ocupar el décimo lugar en área geográfica con la secesión de Sudán del Sur, una región autónoma integrada por 10 estados, que tiene su capital en la ciudad de Juba.

Juba tiene grandes riquezas petroleras, pero carece de las embajadas y rascacielos de otras capitales. Apenas hace un año existía menos de cinco kilómetros de pavimento y los archivos locales están guardados en una tienda de campaña. Muchos, sin embargo, ven un gran potencial y no pueden esperar para controlar sus propios destinos.

El pueblo de Juba va a ser promovido a capital más adelante. Sólo que Sudán del Sur necesita mucho más que su propia moneda y un himno nacional: La mayoría de los caminos son terraplenes e incluso los trabajadores de ayuda viven en contenedores de uso naval.

Dos décadas de guerra entre el Norte predominantemente musulmán y rebeldes en el Sur cristiano-animista cobraron al menos a dos millones de vidas antes de un acuerdo de paz firmado en 2005, entre el Gobierno central de Sudán y el Gobierno autónomo del Sur, que acuerdo puso fin a la Segunda Guerra Civil Sudanesa, la más larga de África. Los residentes del área están jubilosos de finalmente poder tener su propio país.

Decenios de guerra y pobreza han mantenido el Sur en un estado lamentable y sus más de ocho millones de habitantes viven en una de las regiones menos desarrolladas en el mundo. La ONU dice que una niña de 15 años aquí tiene más probabilidades de morir por complicaciones de embarazo que las posibilidades de terminar la escuela. Aproximadamente 85% de la población es analfabeta.

Además, los precios de algunos bienes como el azúcar, el jabón y el aceite de cocina han aumentado más de 50% en semanas recientes.

El presidente sudanés, Omar Hassan al Bashir, había aceptó la decisión del Sur —98.83% de sudaneses que participaron en la consulta votaron a favor de independizarse—, lo que despejó temores a que la secesión pudiera reiniciar el conflicto por el control de las reservas petroleras del Sur. “Hoy recibimos estos resultados y los aceptamos y damos la bienvenida a estos resultados porque representan la voluntad del pueblo del Sur”.

Autoridades sureñas argumentan que la cuestión del nombre para el nuevo Estado sigue sin resolver, pero que podría ser simplemente Sudán del Sur.

El líder de Sudán del Sur, Salva Kiir, se sumó al entorno conciliador al prometer que ayudaría a Jartum en su campaña por obtener la condonación de sus deudas y el levantamiento de las sanciones comerciales internacionales en los próximos meses.

Ambas partes evitaron grandes estallidos de violencia en los últimos cinco años, pero no lograron superar décadas de desconfianza mutua para persuadir a los habitantes del sur de que abrazaran la unidad.

Sus comentarios reflejan la dependencia económica entre las dos regiones: el Sur de Sudán, que es rico en petróleo, no puede exportar sus recursos sin utilizar un oleoducto que pasa por el Norte.

Inquietud y escepticismo

Con la creación del Estado más nuevo de África inicia también una época de incertidumbre para la fracturada región.

Muchos sureños ven la votación como una oportunidad para terminar con años de represión por parte del Norte, que según dicen se extiende más allá de los años de guerras civiles hasta incursiones de traficantes de esclavos en el siglo XIX.

La Unión Europea (UE) estuvo entre los primeros en decir que aceptaba los resultados del referendo, además de Naciones Unidas. Por su parte, el presidente Barack Obama dijo que Estados Unidos apuntará a reconocer a Sudán del Sur como un país soberano a partir del 9 julio.

El Departamento de Estado estadounidense comunicó que inició el proceso para retirar a Sudán de su lista de países que apoyan el terrorismo, pero enfatizó que sólo podría hacerlo si cumple con todos los criterios bajo las leyes de la nación norteamericana.

Pero Occidente podría verse atado de manos por la continua inquietud internacional por el conflicto en Darfur. Bashir aún vive bajo la amenaza de pedidos de arresto de parte del Tribunal Penal Internacional por cargos de haber orquestado un genocidio en Darfur.

La incertidumbre en torno a la estabilidad política y económica de ambos territorios durante los próximos cinco meses de intensas negociaciones sobre cómo compartir sus ingresos del petróleo y otros asuntos sin resolver, permanece debido a que Sudán es altamente dependiente de sus ingresos petroleros y ha tenido dificultades para encontrar otras fuentes de sustento de su economía que cubran los altos costos militares y los salarios de los empleados públicos.

DESAFÍOS LOGÍSTICOS
Puntos clave de la secesión


1 Los términos del pacto de secesión efectiva entre Sudán y Sudán del Sur se esperan para el 9 de julio. Los responsables nordistas y sudistas disponen de alrededor de cinco meses para acordar sobre los puntos sensibles, como la delimitación de las fronteras, el reparto de los ingresos del petróleo o el estatuto de la disputada región petrolera de Abyei.

2 Una fórmula de reparto de distribución de las deudas nacionales, y de los ingresos petroleros, dado que 80% de las reservas de crudo del país, estimadas en más de seis mil millones de barriles, se encuentran en el Sur, pero la región tiene que utilizar el oleoducto que atreviesa el Norte del país para la exportación.

3 Las dos partes tienen que llegar rápidamente a un entendimiento sobre el estatuto de los cientos de miles de sudistas que siguen viviendo en el Norte, al igual que los nordistas instalados en el Sur, para evitar acelerar las oleadas de migraciones que ya se iniciaron.

4 Se añade la demarcación de la frontera Norte-Sur, de la cual 20% es objeto de debate, y la cuestión de Abyei, enclave situado en el límite entre el Norte y el Sur reivindicado a la vez por la tribu sudista Dinka Ngok y la nordista de los Misseriya.

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