Internacional
Reforma del sistema de derechos humanos acapara inauguración
Con la ausencia de la mitad de los cancilleres, el debate sobre la hambruna en América pasa a segundo plano
COCHABAMBA, BOLIVIA (04/JUN/2012).- Cambio de tema. La reforma del sistema de derechos humanos de la OEA, que incomoda a Ecuador, Venezuela y sus aliados, acaparó ayer la inauguración de la 42 asamblea general del organismo, relegando a segundo plano el hambre de 53 millones de latinoamericanos y caribeños, anunciado como tema central del foro.
El secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, y el presidente boliviano, Evo Morales, destacaron ese debate sobre derechos humanos, que tendrá decisiones al acabar el martes la Asamblea, en la que no están la mitad de los cancilleres, incluida la secretaria de Estado Hillary Clinton.
El foro de Cochabamba fue anunciado como la oportunidad para que 34 gobiernos, todos los de América salvo Cuba, estudiaran la situación de 53 millones de personas que sufren hambre crónica o desnutrición en el continente, pero el tema paso a segundo plano.
Insulza pidió a los gobiernos ser “especialmente cuidadosos” al debatir sobre el sistema de derechos humanos de la OEA, el organismo más antiguo del mundo en integración regional, porque tiene “un prestigio bien ganado”, incluso en tiempos “duros de las dictaduras y las guerras internas”.
En cambio, el presidente de Bolivia, Evo Morales, dio un ultimátum: la OEA tiene solo dos caminos: “muere al servicio del Imperio (estadounidense) o renace para servir a los pueblos de América”.
Morales exigió que la Comisión vigile también los derechos humanos en Estados Unidos o que, si no, “mejor que desaparezca”.
El secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, y el presidente boliviano, Evo Morales, destacaron ese debate sobre derechos humanos, que tendrá decisiones al acabar el martes la Asamblea, en la que no están la mitad de los cancilleres, incluida la secretaria de Estado Hillary Clinton.
El foro de Cochabamba fue anunciado como la oportunidad para que 34 gobiernos, todos los de América salvo Cuba, estudiaran la situación de 53 millones de personas que sufren hambre crónica o desnutrición en el continente, pero el tema paso a segundo plano.
Insulza pidió a los gobiernos ser “especialmente cuidadosos” al debatir sobre el sistema de derechos humanos de la OEA, el organismo más antiguo del mundo en integración regional, porque tiene “un prestigio bien ganado”, incluso en tiempos “duros de las dictaduras y las guerras internas”.
En cambio, el presidente de Bolivia, Evo Morales, dio un ultimátum: la OEA tiene solo dos caminos: “muere al servicio del Imperio (estadounidense) o renace para servir a los pueblos de América”.
Morales exigió que la Comisión vigile también los derechos humanos en Estados Unidos o que, si no, “mejor que desaparezca”.