Internacional

Opositores de Morsi se manifiestan en Egipto

Se teme que las movilizaciones desencadenen nuevos hechos violentos

EL CAIRO, EGIPTO (07/JUL/2013).- Miles de opositores a Mohamed  Morsi se reunían este domingo en Egipto, especialmente en la plaza Tahrir de El  Cairo, en una demostración de fuerza destinada a probar que el ex presidente  islamista fue derrocado por una revolución popular y no por un golpe de Estado.  

Por su parte, los islamistas continuaban movilizando a sus simpatizantes  para mantener la presión sobre el ejército que retiene a Morsi desde su  destitución el miércoles y para denunciar el "Estado policial" que según ellos  instauró.  

Por estas movilizaciones rivales se temen nuevos hechos violentos, en un  momento en que continúan las negociaciones para nombrar a un primer ministro,  cargo para el que, aunque suena con fuerza el nombre del premio Nobel de la Paz  Mohamed ElBaradei, no acaba de haber un consenso.  

El viernes, al menos 37 personas murieron, entre ellas varios policías y un  militar en el Sinaí. Desde el 26 de junio, cuando empezaron los  enfrentamientos, han muerto en el país más de 80 personas.

Este domingo, mientras aviones caza surcaban los cielos de la capital  dejando tras de ellos humo con los colores de la bandera nacional, la plaza de  Tahrir era un hervidero de gente que deseaba participar en una movilización  pacífica.  

En la plaza se respiraba un buen ambiente y una multitud de banderas, entre  las que destacaba una en la que podía leerse "Vete" en referencia a Morsi,  cubría el lugar. "Egipto vivió una revolución, no un golpe", podía leerse en  inglés en varias pancartas.  

No lejos de allí, Yaser, un ingeniero, afirmó que la destitución  de Morsi no iba "contra la democracia ya que 30 millones de personas salieron a  la calle para expresar su rabia".  

Como él, decenas de miles de egipcios se movilizaron este domingo en  numerosas ciudades del país "para terminar (la revolución) del 30 de junio", en  declaraciones de Tamarod (rebelión en árabe), movimiento que convocó las  grandes manifestaciones contra Morsi hace una semana.  

Los partidarios de Morsi se reunieron en una gran plaza frente a la  mezquita de Nasr City, un barrio de la capital, en los alrededores de la  Universidad de El Cairo, en el barrio de Guizeh, y ante la sede de la Guardia  Republicana, donde murieron cuatro personas de sus filas el viernes en un  intercambio de disparos con los soldados.  

"Los militares robaron la legitimidad y mi voto. Son unos traidores", dijo  Ahmed Mohamed, un estudiante llegado desde Asiut (sur).  

Negociaciones políticas

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Aunque la transición fue puesta en marcha con la designación de Adly Mansur  como presidente interino y la disolución de la cámara alta dominada por los  islamistas, las nuevas autoridades no logran ponerse de acuerdo sobre el nombre  del primer ministro.  

La elección de ElBaradei, que la víspera anunciaron la agencia oficial Mena  y varias fuentes políticas y militares, se topa con las reservas del partido  salafista al Nur, socio islamista de una coalición que está integrada  principalmente por partidos y movimientos laicos.

ElBaradei, ex director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica  (AIEA) de 71 años, podría finalmente convertirse en vicepresidente y la  dirección del gobierno quedaría en manos de un tecnócrata de 48 años, Ziad  Bahaa Eldin, un abogado empresarial que dirigió varias instituciones económicas  y financieras, indicó el portavoz de Mansur.  

"El presidente se está inclinando hacia el nombramiento de Bahaa Eldin y  ElBaradei", dijo a los medios el portavoz del presidente interino, Ahmad al  Muslimani.

Esta misma fuente indicó que la decisión final sería anunciada "mañana".  

Quien quiera que sea, el futuro jefe del gobierno tendrá un papel difícil.  Heredará un país al borde de la bancarrota, cuyas divisiones políticas se  traducen en enfrentamientos sangrientos, y tendrá que preparar también  elecciones legislativas y presidenciales, aunque la fecha todavía no está  establecida.

El presidente estadounidense, Barack Obama, repitió que Estados Unidos "no  está alineado ni apoya a ningún partido político ni grupo egipcio en  particular".  

El presidente ruso, Vladimir Putin, consideró que Egipto estaba al borde de  una guerra civil, pero el ex primer ministro británico Tony Blair, emisario del  Cuarteto para Medio Oriente, defendió la decisión del ejército de derrocar a  Mursi, ya que la alternativa era el "caos".

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, pidió a los  nuevos líderes de Egipto que "restauren el orden constitucional".  

El derrocado Morsi, acusado por sus detractores de acaparar el poder para  los Hermanos Musulmanes, está detenido por el ejército, y el guía supremo,  Mohamed Badie, es objeto, junto con otros ocho jefes de la cofradía, de una  acusación de "incitación al asesinato". El número dos de la hermandad, Jairat  al-Shater, está detenido.

En cambio, un tribunal de El Cairo, absolvió este domingo a 12 militantes  políticos conocidos por sus virulentas críticas contra Morsi.

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