Internacional
Muertos por alud en Guatemala suman 69
Autoridades anuncian suspensión de búsqueda durante la noche del sábado para garantizar seguridad de rescatistas
SANTA CATARINA PINULA, GUATEMALA (03/OCT/2015).- La esperanza de encontrar sobrevivientes bajo la tierra y los escombros tras un alud en esta comunidad de la periferia de la capital de Guatemala ha comenzado a disminuir, mientras la cifra de fallecidos sigue en aumento y ascendió a 69 al final de la jornada.
Las autoridades anunciaron la suspensión de las labores de búsqueda durante la noche del sábado para garantizar la seguridad de los rescatistas. Los trabajos se reanudarán la mañana del domingo, aunque se restringirá el acceso sólo a elementos de los cuerpos de emergencia y seguridad, dos días después de que habían permitido a personas voluntarias estar en el área.
El vocero designado para la emergencia, Julio Sánchez, indicó que la cifra de muertos pasó de 56 a 69, varios de las cuales aún no han sido identificados, tras el deslave el jueves del cerro que sepultó unas 125 casas de Cambray II, una colonia del municipio de Santa Catarina Pinula, a unos 15 kilómetros al este de la capital.
Los cuerpos de emergencia habían estimado el sábado temprano que había unas 350 personas desaparecidas, aunque las autoridades municipales dijeron por la noche que podrían ser unas 300, debido a que hay personas que no estaba en la zona.
Socorristas, bomberos y policías con ayuda de perros buscaban sin cesar entre las toneladas de tierra, mientras una empresa telefónica instaló un aparato para tratar de captar cualquier señal de algún teléfono celular, en busca de rastros sobre dónde más podrían excavar.
Y aunque las autoridades insistían en la noche que la esperanza es lo último que se pierde, algunos rescatistas veían un panorama sombrío.
"Para la hora que llevamos, la verdad no hay esperanzas de vida", dijo Inés de León, de la Brigada de Rescate de los Bomberos Voluntarios del Departamento de Retalhuleu, al sur del país.
"Sólo un milagro los salvaría", añadió el hombre que dice que han decidido trabajar una hora y descansar otra, tiempo en el que aprovecha para llamar a su familia y decirles que está bien.
El portavoz había dicho que en algunos casos sólo se han recuperado algunos miembros desprendidos, como una cabeza o un tórax, sin embargo las autoridades han decidido que serán considerados como un cuerpo completo. No precisó el número de ese tipo de casos.
Refieren que una vez que se cumplan 72 horas después de la tragedia se determinará cuántos días más continuarán la búsqueda. El coordinador para la atención de la emergencia, Sergio Cabañas había comentado que una persona podría sobrevivir ese tiempo bajo algunas condiciones, por ejemplo que tuviera agua.
En la zona cero de la tragedia, David Aguilar, un técnico de la empresa de telefonía Movistar, manipulaba un aparato llamado "mini celda" diseñado para captar señales de los aparatos. Dijo, sin embargo, que los celulares tenían que estar encendidos y hasta ahora no se había reportado que registrara alguna señal.
Cabañas había dicho que varias personas se han acercado para decirles que han recibido mensajes por celular de sus familiares atrapados y que aunque las autoridades no han visto ninguno de esos textos, solicitaron a las compañías telefónicas hacer un "mapeo" de los lugares donde registraron la última señal de los aparatos para realizar búsquedas ahí.
El viernes, los socorristas rescataron con vida a Rony Ramos, de 45 años, quien era hasta ahora el único sobreviviente sacado de los escombros. Permaneció al menos 12 horas bajo los escombros. Herido e inconsciente, fue ingresado al Hospital Roosevelt con politraumatismo, pero murió al final de la noche.
Cabañas dijo que al final de la colonia hay varias casas que no quedaron soterradas y que ahí viven cerca de 50 familias que no quieren abandonar el lugar.
Desde el espacio habilitado como morgue se comenzaba a desprender un olor a cuerpos en descomposición.
En La zona cero del desastre, los socorristas hacían sonar por momentos un silbato y alguien grita "¡silencio!". Todos callaban alrededor de un minuto para tratar de escuchar mejor algún signo de vida.
"¡Somos la unidad de rescate. Si hay alguien acá por favor haga ruido o grite!", decía un socorrista, que puso su cabeza en el suelo y trataba de escuchar algo. Si nada se oía, entonces sonaba el silbato dos veces en señal de que se debe continuar con el trabajo.
Los socorristas colocaron una bandera de Guatemala en un palo de caña clavado en la zona del desastre, donde se alcanzan a ver láminas y bloques de cemento de las casas que estuvieron de pie ahí.
En el área trabaja maquinaria pesada para remover parte de la tierra que luego es sacada de la zona por camiones, pero a casi 48 horas del desastre es aún poco lo que han podido retirar.
Las autoridades anunciaron la suspensión de las labores de búsqueda durante la noche del sábado para garantizar la seguridad de los rescatistas. Los trabajos se reanudarán la mañana del domingo, aunque se restringirá el acceso sólo a elementos de los cuerpos de emergencia y seguridad, dos días después de que habían permitido a personas voluntarias estar en el área.
El vocero designado para la emergencia, Julio Sánchez, indicó que la cifra de muertos pasó de 56 a 69, varios de las cuales aún no han sido identificados, tras el deslave el jueves del cerro que sepultó unas 125 casas de Cambray II, una colonia del municipio de Santa Catarina Pinula, a unos 15 kilómetros al este de la capital.
Los cuerpos de emergencia habían estimado el sábado temprano que había unas 350 personas desaparecidas, aunque las autoridades municipales dijeron por la noche que podrían ser unas 300, debido a que hay personas que no estaba en la zona.
Socorristas, bomberos y policías con ayuda de perros buscaban sin cesar entre las toneladas de tierra, mientras una empresa telefónica instaló un aparato para tratar de captar cualquier señal de algún teléfono celular, en busca de rastros sobre dónde más podrían excavar.
Y aunque las autoridades insistían en la noche que la esperanza es lo último que se pierde, algunos rescatistas veían un panorama sombrío.
"Para la hora que llevamos, la verdad no hay esperanzas de vida", dijo Inés de León, de la Brigada de Rescate de los Bomberos Voluntarios del Departamento de Retalhuleu, al sur del país.
"Sólo un milagro los salvaría", añadió el hombre que dice que han decidido trabajar una hora y descansar otra, tiempo en el que aprovecha para llamar a su familia y decirles que está bien.
El portavoz había dicho que en algunos casos sólo se han recuperado algunos miembros desprendidos, como una cabeza o un tórax, sin embargo las autoridades han decidido que serán considerados como un cuerpo completo. No precisó el número de ese tipo de casos.
Refieren que una vez que se cumplan 72 horas después de la tragedia se determinará cuántos días más continuarán la búsqueda. El coordinador para la atención de la emergencia, Sergio Cabañas había comentado que una persona podría sobrevivir ese tiempo bajo algunas condiciones, por ejemplo que tuviera agua.
En la zona cero de la tragedia, David Aguilar, un técnico de la empresa de telefonía Movistar, manipulaba un aparato llamado "mini celda" diseñado para captar señales de los aparatos. Dijo, sin embargo, que los celulares tenían que estar encendidos y hasta ahora no se había reportado que registrara alguna señal.
Cabañas había dicho que varias personas se han acercado para decirles que han recibido mensajes por celular de sus familiares atrapados y que aunque las autoridades no han visto ninguno de esos textos, solicitaron a las compañías telefónicas hacer un "mapeo" de los lugares donde registraron la última señal de los aparatos para realizar búsquedas ahí.
El viernes, los socorristas rescataron con vida a Rony Ramos, de 45 años, quien era hasta ahora el único sobreviviente sacado de los escombros. Permaneció al menos 12 horas bajo los escombros. Herido e inconsciente, fue ingresado al Hospital Roosevelt con politraumatismo, pero murió al final de la noche.
Cabañas dijo que al final de la colonia hay varias casas que no quedaron soterradas y que ahí viven cerca de 50 familias que no quieren abandonar el lugar.
Desde el espacio habilitado como morgue se comenzaba a desprender un olor a cuerpos en descomposición.
En La zona cero del desastre, los socorristas hacían sonar por momentos un silbato y alguien grita "¡silencio!". Todos callaban alrededor de un minuto para tratar de escuchar mejor algún signo de vida.
"¡Somos la unidad de rescate. Si hay alguien acá por favor haga ruido o grite!", decía un socorrista, que puso su cabeza en el suelo y trataba de escuchar algo. Si nada se oía, entonces sonaba el silbato dos veces en señal de que se debe continuar con el trabajo.
Los socorristas colocaron una bandera de Guatemala en un palo de caña clavado en la zona del desastre, donde se alcanzan a ver láminas y bloques de cemento de las casas que estuvieron de pie ahí.
En el área trabaja maquinaria pesada para remover parte de la tierra que luego es sacada de la zona por camiones, pero a casi 48 horas del desastre es aún poco lo que han podido retirar.