Internacional
Incendio en penal de Honduras deja al menos 370 muertos
Familiares de los presos se enfrentan con las fuerzas de seguridad y provocan la fuga de alrededor de 80 internos
TEGUCIGALPA, HONDURAS (16/FEB/2012).- Un enorme incendio en una prisión de Honduras provocó la muerte de al menos 370 reos (agencias informativas precisaban una cifra de 377 víctimas) que quedaron atrapados en sus celdas, en la que ya es la mayor tragedia de este tipo en un país centroamericano, donde la regla general es que las cárceles estén sobrepobladas.
El incendio comenzó en la noche del martes y se extendió hasta la madrugada de ayer en esta prisión, situada en la ciudad de Comayagua.
“Nosotros rompimos el techo y salimos, pero vimos cómo morían en el módulo de enfrente. (Los presos) querían salir pero estaba cerrado”, relató Eladio Chicas, de 39 años.
La cárcel cuenta con 10 módulos de celdas y, según las primeras investigaciones, el fuego —ocasionado aparentemente por un cortocircuito— comenzó en el sexto y se extendió hasta el décimo.
La prisión alojaba a más de 800 prisioneros: casi el doble de su capacidad, por lo que murieron casi la mitad de sus internos. Muchos de los presos purgaban penas relacionadas con el crimen organizado.
Los bomberos no pudieron entrar de inmediato porque debían respetar el protocolo de seguridad, lo que complicó el rescate de sobrevivientes. Además, familiares de los prisioneros, en plena desesperación, se enfrentaron a las fuerzas de seguridad, las apedrearon y entraron por la fuerza, provocando la fuga de unos 80 internos, según los reportes.
Ayer llegaron los primeros cadáveres a Tegucigalpa, donde serán identificados por médicos forenses. México envió a cinco especialistas para apoyar.
El incendio comenzó en la noche del martes y se extendió hasta la madrugada de ayer en esta prisión, situada en la ciudad de Comayagua.
“Nosotros rompimos el techo y salimos, pero vimos cómo morían en el módulo de enfrente. (Los presos) querían salir pero estaba cerrado”, relató Eladio Chicas, de 39 años.
La cárcel cuenta con 10 módulos de celdas y, según las primeras investigaciones, el fuego —ocasionado aparentemente por un cortocircuito— comenzó en el sexto y se extendió hasta el décimo.
La prisión alojaba a más de 800 prisioneros: casi el doble de su capacidad, por lo que murieron casi la mitad de sus internos. Muchos de los presos purgaban penas relacionadas con el crimen organizado.
Los bomberos no pudieron entrar de inmediato porque debían respetar el protocolo de seguridad, lo que complicó el rescate de sobrevivientes. Además, familiares de los prisioneros, en plena desesperación, se enfrentaron a las fuerzas de seguridad, las apedrearon y entraron por la fuerza, provocando la fuga de unos 80 internos, según los reportes.
Ayer llegaron los primeros cadáveres a Tegucigalpa, donde serán identificados por médicos forenses. México envió a cinco especialistas para apoyar.