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Clinton deja la secretaría de Estado

Por medio de una carta, Clinton agradece a Obama por la oportunidad de servir en su gobierno

Clinton deja la secretaría de Estado
WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS (01/FEB/2013).- Hillary Rodham Clinton renunció formalmente el viernes a su cargo de secretaria de Estado, con lo que puso fin a cuatro años en los que recorrió medio mundo como jefa de la diplomacia estadounidense.

En una carta que envió al presidente Barack Obama, Clinton agradeció a quien fuera su rival por la candidatura presidencial demócrata en el 2008 por la oportunidad de servir en su gobierno. Clinton dijo que fue un honor ser parte de su gabinete y agregó estar convencida de la "firmeza" del liderazgo estadounidense "para ser una fuerza del bien en el mundo".

Su renuncia será efectiva en el momento en que jure su sucesor, John Kerry, quien iba a prestar juramento en una ceremonia privada un poco más tarde el viernes.

Clinton dejó el cargo rebatiendo a quienes criticaron al gobierno por su reacción ante el ataque de septiembre a una misión diplomática estadounidense en Libia. Dijo a la Associated Press en una entrevista el jueves que los críticos del gobierno no viven en un "mundo basado en evidencias" y que su "negativa a aceptar los hechos" era lamentable.


Deja la diplomacia con un ojo en la Casa Blanca

La secretaria de Estado norteamericana  Hillary Clinton abandona este viernes su cargo tras haberle dado un giro de  180° a la diplomacia estadounidense y a su política exterior, grandes logros  que la habilitarían a disputar la Casa Blanca en 2016 pero sobre lo que todavía  permanece indefinida.

Clinton abandona el cargo en el pico de su popularidad, tras haber  defendido a capa y espada durante cuatro años la política diplomática de Barack  Obama.

Pero si bien los analistas le reconocen un profesionalismo, una energía y  un carisma "excepcionales" para enarbolar los valores e intereses de la primera  potencia mundial, tienen más dificultades para atribuirle grandes éxitos  personales o estrepitosos fracasos.

A la hora de pasar raya, la abogada que fue primera dama, senadora y  candidata a las primarias demócratas para las presidenciales de 2008 ha  recibido una lluvia de elogios en su última semana en el puesto: recepciones,  ovaciones de su personal, conferencias, entrevistas con la prensa e incluso una  reunión con Obama, que la definió como "una de las mejores secretarias de  Estado" de la historia de Estados Unidos.

Por su parte, Clinton afirmó el jueves estar "orgullosa" de haber sido la  portavoz de un "Estados Unidos más fuerte en casa y más respetado en el mundo"  gracias a "una forma diferente de hacer diplomacia".

Recordó también la herencia dejada por el expresidente George W. Bush  (2001-2009) cuando Obama le confió el cargo: "Dos guerras, una economía en  caída libre, alianzas débiles, un estatus diplomático herido y muchas  interrogantes en el mundo sobre los valores de Estados Unidos".

Cuatro años más tarde, Clinton se jacta de haber "revitalizado la  diplomacia estadounidense y consolidado sus alianzas" y de haber aportado su  granito de arena a los retiros de Irak y pronto de Afganistán, a la eliminación  de Osama bin Laden, a la intervención en Libia, al apoyo de la Primavera árabe,  al aislamiento de Corea del Norte e Irán, al reequilibrio con Asia y el  acercamiento con Europa, América Latina y África.

"En 2009, se debía reconstruir todo, Estados Unidos salía de una década  horrible. (...) Ella restauró la imagen de Estados Unidos en el mundo, eso es  incuestionable", afirma un diplomático occidental.


Le califican como una "rock star" 

El ex embajador estadounidense en Israel Martin Indyk admira también "la fuerza de la política Clinton, que rehabilitó las relaciones exteriores de  Estados Unidos con los dirigentes, así como con sus pueblos".

Con un récord de 112 países visitados, aplaudida en Kosovo, Camboya, India y Malaui, esta adepta a la "diplomacia de influencia (...) es una rock star en su manera de querer estar en todo, aportando mucho a un presidente que no tiene  el tiempo, ni el gusto para hacerlo como ella", afirma Indyk, analista de la  Brookings Institution.

Incansable defensora de los derechos de las mujeres y los homosexuales, de  la salud y la libertad en internet, Clinton parte sin haber otorgado su nombre  a un gran informe diplomático. Para el profesor Aaron David Miller, del Wilson  Center, esto sucedió porque Obama le dejó poco espacio y porque "nunca desde  Richard Nixon (1969-1974) un presidente controló tanto la política exterior".

Clinton deja el cargo así con una popularidad del 69 por ciento, mayor que su  presidente, opiniones a favor que la señalan como una buena candidata para las  presidenciales de 2016.

Sin embargo, esta semana consiguió eludir todas las preguntas sobre su  futuro político, asegurando que por el momento tan sólo piensa en "recuperar"  sus "20 años de sueño perdidos".

"Si decide candidatearse, es invencible en las primarias demócratas",  estima el diplomático, que sin embargo ve "dos frenos" a su carrera: "la mancha  política del tema Bengasi y su salud".

A sus 65 años, Clinton reconoció estar "agotada" y pasó el Año Nuevo en el  hospital tras sufrir un coágulo sanguíneo en la cabeza luego de una caída en  diciembre.


Con información de AP y AFP

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