Internacional

Bush admite dificultades en Afganistán y dice que revisa el nivel de tropas

Ha sido un mes difícil en Afganistán, pero también ha sido un mes difícil para el Talibán, dijo el mandatario norteamericano

WASHINGTON, EU.- El Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, reconoció hoy que junio fue un "mes difícil" para su país, después de que se alcanzara el récord en número de muertes entre las tropas estadounidenses y de sus aliados desde 2001.

"Ha sido un mes difícil en Afganistán, pero también ha sido un mes difícil para el Talibán", dijo Bush en una rueda de prensa en la rosaleda de la Casa Blanca.

El mandatario señaló que Estados Unidos "constantemente revisa el nivel de tropas", pero no anunció el envío de refuerzos, que por ahora está previsto que lleguen a Afganistán en 2009.

En junio murieron 46 soldados estadounidenses y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán, frente a las 31 bajas registradas en Irak, con lo que fue el segundo mes consecutivo en el que el territorio afgano fue más letal.

Bush dijo que las pérdidas humanas se deben a que las tropas de su país "combaten contra un enemigo duro".

El Presidente también se refirió a la tensión con Irán, después de que aumentara la especulación sobre un posible ataque israelí a sus instalaciones nucleares.

"Siempre he dicho que todas las opciones están sobre la mesa, pero la primera opción para Estados Unidos es resolver el problema diplomáticamente", afirmó.

Para ello, indicó que su país enviará un mensaje conjunto con sus aliados a Irán: "Estarás aislado y sufrirás dificultades económicas si continúas enriqueciendo uranio".

Irán insiste en que su programa tiene objetivos civiles, mientras que Estados Unidos está convencido de que pretende obtener una bomba atómica.

El jefe de la Casa Blanca hizo estos comentarios tras una declaración sobre su agenda para la cumbre del Grupo de los Ocho (G8), que tendrá lugar la próxima semana en Japón.

Apuntó que instará a los otros miembros del grupo -Canadá, Reino Unido, Francia, Italia, Alemania, Rusia y el propio Japón- a aumentar los envíos de alimentos, fertilizantes y semillas para ayudar a los países pobres a lidiar con el alza de los precios de la comida.

También indicó que Estados Unidos asistirá a otras naciones para aumentar sus cultivos y defendió la biotecnología como método para incrementar la productividad.

Otro de los temas principales de la cumbre será el cambio climático.

En este sentido, Bush reiteró su posición de que se puede cuidar del medio ambiente "sin sacrificar el crecimiento económico" y destacó la importancia de los avances tecnológicos para paliar el calentamiento global.

El gobernante señaló, además, que no puede haber un acuerdo "efectivo" que reemplace al Protocolo de Kioto, que vence en 2012, "a menos que China e India formen parte de él".

"Algunas naciones han mostrado reticencia a participar", se quejó. El Protocolo de Kioto no requiere que los países en desarrollo disminuyan sus emisiones de gases contaminantes.

Bush denunció que algunas naciones piensan que pueden obtener la misma ventaja de nuevo.

Poco después de acceder a la Casa Blanca en 2001, Bush retiró la firma de su país del tratado, que había estampado su antecesor, Bill Clinton.

En la breve rueda de prensa tras su declaración sobre el G8, el mandatario estadounidense también reiteró que su Gobierno mantiene una política a favor de "un dólar fuerte".

Sin embargo, no precisó cómo pretende defender el dólar, cuya depreciación frente a la mayoría de las monedas del mundo no da visos de detenerse.

Bush reconoció que los consumidores estadounidenses atraviesan "un período difícil" por el alto precio del petróleo e instó una vez más al Congreso a permitir las explotaciones de crudo en la Reserva Nacional Ártica de Vida Animal de Alaska y en la plataforma continental de EE.UU. en alta mar.

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