Internacional
Agoniza diálogo entre el gobierno de Evo Morales y la oposición
La Iglesia católica, OEA, Naciones Unidas, la Unión Europea y Unasur, podrían fungir como mediadores en el conflicto boliviano
SANTA CRUZ, BOLIVIA.- El diálogo entre el
gobierno boliviano y la oposición "no ha muerto, pero está en agonía", afirmó este martes el prefecto de Tarija, Mario Cossío, al denunciar la falta de condiciones para proseguir con la búsqueda de la pacificación del país.
"El diálogo aún no ha muerto, pero está en agonía", dijo Cossío en una rueda de prensa en el aeropuerto de Santa Cruz de retorno a Tarija, tras quedar en suspenso una negociación en curso con el Ejecutivo.
El prefecto de Tarija negoció en La Paz con el vicepresidente Alvaro García las bases para un acuerdo que permita zanjar la crisis política boliviana, exacerbada la última semana por la violencia con un saldo total de 18 muertos.
Cossío, que negociaba el acuerdo a nombre de sus pares de Santa Cruz, Beni, Pando y Chuquisaca, responsabilizó al gobierno de bloquear las gestiones de paz, al decretar un estado de sitio en el departamento de Pando, en el extremo norte y fronterizo con Brasil.
También reprochó la orden del gobierno de detener y confinar al prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, que se rebeló al estado de sitio vigente en su región y fue acusado de promover una masacre que dejó 16 muertos en un solo día, a 30 km al sur de Cobija.
Un borrador de entendimiento negociado entre Cossío y García incorporaba la mediación de la Iglesia católica, las organizaciones de Estados Americanos y Naciones Unidas, la Unión Europea y la Unión de Naciones Sudamericanos ( Unasur), según la autoridad.
También se pactaba que mientras el diálogo esté en curso el gobierno debía dejar en suspenso el referendo para aprobar una nueva Constitución, una demanda central de cinco de las nueve regiones que rechazan el texto al que tachan de ser excesivamente indígena y estatista.
"Está en manos del presidente (Morales) reencaminar el diálogo, dando verdaderas señales para un acuerdo nacional", afirmó el prefecto de Tarija.
Bolivia está sumida en una fuerte polarización, por las pugnas políticas entre el gobernante boliviano y cinco de los nueve prefectos del país que discrepan sobre el tipo de país que se quiere construir.
"El diálogo aún no ha muerto, pero está en agonía", dijo Cossío en una rueda de prensa en el aeropuerto de Santa Cruz de retorno a Tarija, tras quedar en suspenso una negociación en curso con el Ejecutivo.
El prefecto de Tarija negoció en La Paz con el vicepresidente Alvaro García las bases para un acuerdo que permita zanjar la crisis política boliviana, exacerbada la última semana por la violencia con un saldo total de 18 muertos.
Cossío, que negociaba el acuerdo a nombre de sus pares de Santa Cruz, Beni, Pando y Chuquisaca, responsabilizó al gobierno de bloquear las gestiones de paz, al decretar un estado de sitio en el departamento de Pando, en el extremo norte y fronterizo con Brasil.
También reprochó la orden del gobierno de detener y confinar al prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, que se rebeló al estado de sitio vigente en su región y fue acusado de promover una masacre que dejó 16 muertos en un solo día, a 30 km al sur de Cobija.
Un borrador de entendimiento negociado entre Cossío y García incorporaba la mediación de la Iglesia católica, las organizaciones de Estados Americanos y Naciones Unidas, la Unión Europea y la Unión de Naciones Sudamericanos ( Unasur), según la autoridad.
También se pactaba que mientras el diálogo esté en curso el gobierno debía dejar en suspenso el referendo para aprobar una nueva Constitución, una demanda central de cinco de las nueve regiones que rechazan el texto al que tachan de ser excesivamente indígena y estatista.
"Está en manos del presidente (Morales) reencaminar el diálogo, dando verdaderas señales para un acuerdo nacional", afirmó el prefecto de Tarija.
Bolivia está sumida en una fuerte polarización, por las pugnas políticas entre el gobernante boliviano y cinco de los nueve prefectos del país que discrepan sobre el tipo de país que se quiere construir.